11/06/2019, 18.42
CHINA-VATICANO
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El funeral de Mons. Li Side, un ‘asunto de Estado’ en manos de la policía, personal de seguridad, controles

de Peter Zhao

El obispo murió el 8 de junio. Siendo un obispo subterráneo (no reconocido por el gobierno), fue prohibido un funeral solemne, el uso del título de “obispo”. Prohibida también la participación de los sacerdotes y religiosas no oficiales. Las autoridades chinas tienen miedo de los obispos hasta después de muertos.

 

Tianjin (AsiaNews)Controles en la cámara mortuoria (capilla ardiente) , controles en el cementerio delante de la tumba, controles a las visitas, también los horarios de las oraciones, controles en las iglesias… Los funerales de Mons. Esteban Li Side, obispo ordinario de Tianjin, muerto el pasado 8 de junio, han obligado a las fuerzas del orden a tratar de sofocar la estima de la cual el obispo gozaba: prohibida un misa de cuerpo presente; prohibidos los títulos episcopales; prohibida la presencia de los fieles subterráneos, de religiosas no registradas… Todo esto para hacer triunfar el hecho que él era un obispo no reconocido por el gobierno y por lo tanto sin derecho a un funeral solemne.

Un fiel de la diócesis envió a AsiaNews su narración, de la cual se deduce que a) la Iglesia en China está realmente encadenada, b) que las autoridades tienen miedo de los obispos también después de muertos. Y han escenificado controles (inútiles) como si fuese un asunto de Estado, mientras que era sólo el extremo saludo de un pueblo a su pastor.

 

En estos días, tantas personas se interesaron en la cuestión del obispo Li Side, perteneciente a mi diócesis de Tianjin. Quiero dar algunas informaciones desde el inicio de su enfermedad, hasta hoy. Las noticias que les doy las tomé de algunos sacerdotes con los cuales hablé.

A mitad de mayo, a causa de una trombosis cerebral, Mons. Li Side fue llevado al hospital; después tuvo también dificultades en respirar.

El 8 de junio pasado hacia las 10 de la mañana estaba moribundo y nos dejó a las 11.24. Ya una semana antes de su muerte, el Frente unido, las fuerzas de seguridad y la policía tomaron el control de la parroquia en la cual reside el obispo Melchor Shi Hongzhen[1], nadie podía acceder o salir libremente. Sólo después que las cenizas del obispo Li fueron sepultadas, hacia las 11 de ayer, 10 de junio, los funcionarios del gobierno se retiraron poco a poco.

Durante la permanencia en el hospital, los sacerdotes discutieron sobre cómo proceder con el funeral estableciendo también un plan, pero no tuvieron tiempo para discutir con la Oficina local de Asuntos religiosos que el obispo Li había vuelto a la casa del Padre.

Cuando recibimos la noticia el 8 de junio pasado, inmediatamente fuimos a Ji Zhou, donde residía el obispo Li, pero nos dijeron que por motivos de seguridad no era posible preparar la capilla ardiente en la sala funeraria en la parroquia de  Liang Zhuang, donde Mons. Li sirvió por años. El gobierno llevó su cuerpo a la casa velatoria de Ji Zhou, donde fue colocado en una urna de vidrio. Después de haber sabido esto, todos los sacerdotes, excluídos aquellos bajo control (los sacerdotes subterráneos, ndr), fueron a sala velatoria. Junto a ellos llegaron también los del Frente Unido, la Oficina para la seguridad interna y la policía. Algunos representantes, en nombre de todos los sacerdotes, intentaron discutir con estas oficinas sobre cómo organizar el funeral de Mons. Li, expresando algunos pedidos como: ¿por cuántos días podría permanecer el cuerpo?; ¿quién celebraría el funeral?; si el cuerpo debía ser sepultado o cremado; ´donde iba a ser sepultada?; etc., pero las únicas respuestas que recibieron fueron: “Debemos preguntar a los superiores” o “debemos esperar las directivas de arriba”.

Luego los representantes locales del Frente Unido, nos comunicaron que sigamos a la Asociación patriótica y al Comité para la administración educativa católica de Tianjin. Así, todos los fieles y los sacerdotes fuimos dejado de lado y todas veces que expresamos algunas propuestas, y siempre nos respondieron: “escuchen a Lianghui (lectura: las 2 organizaciones)”.

Después que el cuerpo de Mons. Li fue colocado en la capilla ardiente, sus familiares y los fieles vinieron de todas las parroquias de la diócesis para las condolencias, pero al inicio las personas no podían ni siquiera acercarse. Luego, quizás a causa del número siempre mayor de personas, el cuerpo fue depuesto en un sarcófago eléctrico (refrigerado) y con alta tensión (380 voltios), el personal del funeral tuvo que cierra la capilla ardiente por motivos de seguridad.  

La clausura de la sala mortuoria estaba prevista para las 4 de la tarde, pero han extendido una hora más, probablemente por orden de alguien. A las 17, un administrador de la casa funeraria nos dijo que estaban por cerrar y nos pidió que saliéramos (en un modo más bien gentil).

Hacia las 17,30 estábamos todos en el patio y llegaron algunos sacerdotes para el responso. Tratamos con el gobierno para que tuviésemos realizar el responso a Mons. Li. Nos lo permitieron y cuando terminamos nos fuimos. En toda esa media jornada, aparte de algún sacerdote de la Iglesia oficial que prestan servicio en la diócesis de Ji Zhou, ningún otro sacerdote se presentó.

Durante la misma tarde las “Lianghui” de Tianjin publicaron en internet el horario (del funeral y la sepultura), pero jamás nos dijeron a nosotros sobre las relativa organización del funeral. Ellos sostenían que querían respetar el testamento de Mons. Li, redactado en 2017, en el cual el obispo pedía que el funeral fuese lo más simple posible. Este testamento tiene todos los efectos legales y está acompañado también por un video. El testamento escrito lo pudimos ver, mientras que el video lo pudieron ver sólo los familiares. Si bien el gobierno dice que fue Mons. Li deseaba hacer el testamento, nosotros dudamos que él haya sido obligado a hacerlo. Como muchas parroquias debían celebrar la misa en ocasión de la vigilia de Pentecostés o debían celebrar la misa para conmemorar al obispo Li, pudimos ver la lista (de los horarios) sólo a las 10 de la noche.

El día después, en ocasión de Pentecostés, después de la misa solemne, muchos parroquianos vinieron para las condolencias. Todos los presentes debían registrarse antes de entrar, declarando la propia diócesis, nombre y apellido, el número del celular, etc., por motivos de seguridad. Y siempre por motivos de seguridad se podía sólo entrar en grupos. Como el horario difiere de parroquia en parroquia, los sacerdotes continuaban llegando también a la tarde. Ellos querían tratar nuevamente con el gobierno, pero los funcionarios del gobierno se presentaron; a ellos los sacerdotes les expresaron algunos pedidos como: que no cremaran el cuerpo, sepultarla en la iglesia o en el pueblo de Liang Zhuang Zi, pedir que el obispo Shi celebrara el funeral o al menos el párroco de Liang Zhuang Zi,, etc. , pero todos estos pedidos fueron rechazados. Las motivaciones eran siempre las mismas: la sepultura: la sepultura del cuerpo es ilegal, Li y Shi no son obispos reconocidos; etc. Al final pedimos si, antes del funeral , podíamos ir con los fieles para celebrar la misa y darle el último saludo de despedida, aunque fuera a la noche. Esta vez el gobierno no dijo que no, discutieron un poco entre ellos y presentaron el pedido a sus superiores. Nos comunicaron que después de medianoche podíamos ir sólo los sacerdotes pero no los fieles. Nuestro representantes pidieron nuevamente si podíamos llevar a algunas religiosas, dado que la Congregación de la Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús fue fundada por Mons. Li y las religiosas eran sus hijas. lamentablemente también esto fue rechazado. Sólo después de tantas tratativas, permitieron la participación de 2 religiosas, en nombre de todas las otras. Cuando los sacerdotes entendieron que no había más margen de tratativas, también los últimos que quedaban se fueron para la celebración de la misa.

Después de la misa muchos volvieron a la capilla ardiente, algunos no vinieron sólo por motivos de salud o por motivos personales. Para evitar que se hicieran fotos o videos durante la misa, las autoridades pidieron se les entregaran los celulares. A medianoche y 5 minutos, los sacerdotes celebraron la misa y el responso final. Mons. Shi no vino. La misa fue celebrada por el p. yang, nadie lograba esconder el propio dolor. Durante la lectura de la oración de agradecimiento, no se lograba casi continuar, sobre todo cuando se leía la palabra “nuestro obispo”. El rito era muy solemne, sereno y ordenado, terminada la misa los sacerdotes volvierona sus propias parroquias.

El tercer día a las 5 de la madrugada, en las calles de los pueblos de las varias parroquias había autos de la policía, los funcionarios de las oficinas locales para los Asuntos religiosos que controlaban prohibían a la gente salir de sus casas. Casi ninguno pudo participar en el funeral del obispo. De videos en línea-y lo confirman también aquellos que han participado-había mucha gente presente, casi todo los sacerdotes de la comunidad oficial estaban el la sala de la capilla ardiente para la despedida, eran unos 40, estaban también las Misioneras de la Caridad pertenecientes a la comunidad oficial, pero los fieles que podían acceder no eran muchos: podían entrar s´lo aquellos elegidos por la Asociación patriótica. La mayor parte estaba en el patio y las fuerzas de seguridad eran más de los fieles. En la sala de la despedida, el p. Zhu presidió la misa y la oración fúnebre y todos los sacerdotes han concelebrado. Cuando en la catedral de S. José en Tianjin (Xikai), se celebraba la misa en la sala de la despedida, la gente que estaba afuera recitaba el rosario. Y fue así: los fieles continuaban rezando el rosario. Luego salió una persona diciendo que no rezaran más el rosario y que siguieran la misa, pero ninguno les hizo caso y continuaron rezando el rosario.  

El rito duró más de 1 hora y el rosario igual. Entre el patio y la sala de la despedida había una valla y las autoridades dijeron que no podían acercar al cuerpo para el saludo. Pero, algún fiel particularmente emocionado saltó la valla durante la misa, tratando de entrar en la sala de la despedida. Pero inmediatamente fue bloqueado y puesto bajo el control policial. Al finalizar el rito, cuando los sacerdotes de la comunidad estaban saliendo, había fieles que los insultaron diciéndoles que eran unos traidores.

El cementerio en el cual fue sepultado el obispo Li está en la mejor zona de Ji Zhou, se llama Yuanbao Shanzhuang, comprado por el gobierno y tiene un óptimo ambiente (para los fengshui -ndr).

El gobierno y las Lianghui, por motivos de seguridad, distribuyeron los pases a los sacerdotes oficiales y a algunos fieles: s´lo los automóviles que tenía el especial pase podían entrar en el cementerio. Los números de los pases eran limitados en relación con la cantidad de gente presente. En el ingreso del cementerio había tantas personas que no podían entrar a causa del pase. Algunos impacientes que esperaban hasta discutieron con los funcionarios del gobierno. A la entrada había un responsable que presentó el pedido a los jefes y éstos les permitieron. dado que el lugar donde se encontraba la tumba del obispo no era muy grande, también esta vez han hecho entrar de a grupos, como en la capilla ardiente: Los primeros en entrar fueron los sacerdotes y las religiosas de la comunidad oficial y celebraron el oficio de la sepultura. Los fieles pudieron entrar sólo después que los sacerdotes y las religiosas salieron. Los fieles estaban muy dolidos y cuando los vieron salir hablando y riéndose tranquilamente se enojaron mucho. El funeral terminó hacia las 11 de la mañana y también las guardias se retiraron de las varias parroquias.  

Fieles de la Iglesia oficial dicen que muchos sacerdotes oficiales parecían no tener ninguna relación con el obispo Li. Cuando se encontraba en el hospital sólo pocos fueron a visitarlo.

También durante los días de la capilla ardiente, excepto en el último día, sólo pocos fueron a dar las condolencias. había sacerdotes que hasta decían a los fieles: “Es inútil que vayamos, las altas autoridades no nos mandaron”. jamás han considerado a Mons. Li como su padre. En los últimos años de su vida, los sacerdotes oficiales iban a visitarlo, pero a menudo edra sólo cuando necesitaban de su firma y a veces ni siquiera iban personalmente, sino que enviaban a alguno con la carta o el certificado de nombramiento para pedirle la firma y después de algún saludo formal se iban inmediatamente. Debo agregar que en los últimos días de su vida. Mons. Shi Hongzhen fue a visitarlo (v Foto 3).

[1] Mons. Shi Hongzhen  es el obispo coadjutor (subterráneo) de Mons. Li Side. Tiene 92 años y también él sufrió muchos años de arrestos domiciliarios (ndr).

 

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