22/08/2018, 14.52
INDIA
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Ex seminarista del PIME asistiendo a los inundados de Kerala: junto con el dolor, la armonía y el amor

de Biju Veticad

Biju Veticad regresó en el mes de mayo con la intención de ser útil a los demás.  Frente al desastre natural provocado por las lluvias del monzón, se puso inmediatamente a disposición, trabajando junto a la diócesis de Changanacherry para socorrer a los afectados. En su casa se están alojando dos familias hindúes y una musulmana.  

Changanacherry (AsiaNews) – Mientras el saldo de las víctimas de las inundaciones sube a 410 y más de un millón de desplazados se agolpan en los campamentos de evacuados, Kerala está de rodillas. Las lluvias del monzón ya no están cayendo incesantemente en los últimos dos días, pero de todas maneras, en el Estado indio todo está colapsado: las calles y caminos han dejado de existir, y las casas y cosechas han quedado destruidas.  

Desde todos lados comienzan a surgir críticas dirigidas al gobierno central de Narendra Modi. Expertos de fama mundial sostienen que la inundación fue una tragedia anunciada, y que la administración central ha estado subestimando las señales provocadas por el cambio climático. Las autoridades de Delhi han quedado muy expuestas por haber rechazado la ayuda del exterior: en primerísimo lugar, aquella ofrecida por los Emiratos Árabes Unidos, dispuestos a donar 7 millardos de rupias (86,6 millones de euros).  Por el momento, el gobierno ha liberado 5 millardos de rupias (61,9 millones de euros) destinados a ayudas, cuando la evaluación de los daños estima que las pérdidas rondan los 86,13 millardos de rupias (cerca de 414,5 millones de euros).

En tanto, en Kerala, quien pudo, dejó todo antes de que sobreviniese la última ola de aludes e inundaciones. Quien se quedó, como es el caso del Biju Veticad, un ex seminarista del PIME (Instituto Pontificio de Misiones en el Extranjero) se ha tenido que arremangar junto a las diócesis locales para ponerse a disposición de las autoridades estatales. A continuación, él relata la situación en el lugar.

 

En Kerala, estamos viviendo una gran calamidad, a raíz de las inundaciones y los aludes. En el mes de agosto, los monzones han provocado enormes desastres en ciertas regiones de Kerala. Algunas personas del distrito de Alappuzha incluso ya habían dejado sus hogares antes. Cuando todo parecía haber vuelto a la normalidad, a mediados de agosto, el agua regresó de un modo terrible, a tal punto que [las autoridades] tuvieron que abrir 27 diques del Estado [en el Estado, el número actualizado de diques abiertos llega a 80, ndr]. Esto provocó inundaciones en varias ciudades –de norte a sur- de Kerala.  

Este fenómeno se prolongó durante días. El agua subió hasta el segundo piso de las casas y la gente tuvo que subirse a los techos y a las terrazas. Sumado a esto, los aludes barrieron con las casas en varias zonas de Kerala. Lo mismo ha ocurrido en la zona donde se encuentra el Padre Sabu.

Los socorristas recorren las ciudades a bordo de botes. Desde hace dos días, el agua está bajando. Los desplazados aún siguen en los centros de evacuación. En las parroquias de nuestra diócesis (Changanacherry) hemos recibido a más de 40.000 personas provenientes de Kuttanad (distrito de Alappuzha – la zona de las Back Waters).

De inmediato, me puse en contacto directo con nuestra ciudad, Changanacherry. Estoy trabajando en los centros donde se recibe a los evacuados y también he estado en algunos suburbios abandonados.

Regresé a Kerala en mayo pasado, precisamente, con la intención de ser útil a los demás. En mi casa estamos hospedando a tres familias: dos son hindúes y una es musulmana. Ninguno de nosotros, jamás, había vivido una experiencia así.

Junto con el dolor, también estoy viviendo una maravillosa experiencia de armonía y de amor. La gente no habla de religión ni de política. Todos se ponen manos a la obra, en lo que puedan hacer.

Nuestras parroquias y la diócesis ya se han puesto en marcha para recuperar la zona de Alappuzha. Esta área va a seguir sumergida por algunas semanas. Al estar en una zona baja, toda el agua normalmente tiende a correr hacia Kuttanadu - Alappuzha.

El Padre Sabu me ha dicho que su familia se encuentra bien. En el PIME tenemos varios hermanos y hermanas que son de Kerala. Como yo he vivido en primera persona esta experiencia, pensé en compartirla con todos ustedes para pedirles sus oraciones. Para que el Señor nos de la fuerza de recuperar todo, juntos, unidos.

Estoy al tanto de lo ocurrido en el derrumbe del Puente Morandi [en Génova]. Italia está presente en mis oraciones.

Gracias. 

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