Indios presentes en el Sínodo: Sin jóvenes, no existe la Iglesia del mañana
Esta mañana se celebró en la Plaza de San Pedro la misa de inauguración del Sínodo. Promover una mayor participación de las nuevas generaciones, dado que la responsabilidad de la Iglesia está en sus manos. Caída de las vocaciones. La labor para asistir a los inundados en Kerala.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Escuchar más a los jóvenes y hacerlos participar en las iniciativas de la Iglesia; “rejuvenecer” las jerarquías eclesiásticas y renovarlas con nueva linfa vital juvenil; sostener a las familias en la formación espiritual de las nuevas generaciones. Son comentarios expresados esta mañana por parte de algunos indios que acudieron a la Plaza de San Pedro, en Roma, para participar de la misa de inauguración del Sínodo de obispos dedicado a los jóvenes. Algunos afirman que los jóvenes trabajan activamente en asociaciones católicas, otros, en cambio, resaltan el vacío que hay en las parroquias de la India, donde “aún se les da muy poco espacio”. Si bien lo que sale a flote es, sobre todo, una dificultad para comprender a las nuevas generaciones, sus sueños y sus aspiraciones, se reafirma al mismo tiempo la urgencia de acompañarlos en el camino vocacional, en el discernimiento y en el sostén de la fe.
La necesidad de entender a los jóvenes, y de guiarlos, es justamente lo que fundamenta el encuentro sinodal convocado por el Papa Francisco. En los últimos días se sucedieron comentarios polémicos en vista de su escasa participación, resaltando el exiguo número de delegados que han sido admitidos en los encuentros (36 de todos los países, contra 266 participantes de las altas jerarquías de la Iglesia), que no tienen derecho al voto y que pueden participar sólo en calidad de “oyentes”.
En medio de la multitud están sor Joshna y sor Alekhya, ambas de la congregación de Santa María Magdalena Postel, que vienen de Andhra Pradesh. Las religiosas resaltan la caída en las vocaciones que se registra en la India. Para poner freno a esto, su comunidad organiza todas las semanas un encuentro con catequistas de la parroquia, después de la misa dominical. “Debemos hacer que los jóvenes redescubran la belleza de la fe, de la oración, inspirarlos para trabajar en la sociedad y con los pobres”. Sin embargo, agrega, no son ellas quienes van al encuentro de los jóvenes, dado que ésta es una tarea asignada a los catequistas.
Luego, nos encontramos con Ranjith Kumar Pentareddy, un diácono del PIME, que viene de Hyderabad. Él está en San Pedro con el tío, Vijay Kumar Duppimpudi, que afirma: “En la mayor parte de las parroquias, no hay iniciativas dedicadas a los jóvenes. Son pocos los que participan en los eventos”. Ranjith concuerda con él y dice que sin jóvenes, “no existe la Iglesia. Compete a nosotros atraerlos e involucrarlos más en las jerarquías. Ellos tienen que darse cuenta de que la responsabilidad de la Iglesia está en sus manos”. Además, “no deben tener miedo de profesar su fe, más allá de las tensiones que puedan desencadenar los nacionalistas hindúes”. Según Vijay, “también debemos rejuvenecer a la cúpula [de la Iglesia] y empezar nuevamente por la educación espiritual impartida en las familias”.
Justamente en relación al tema de la responsabilidad, Kerala da testimonio de una experiencia distinta. Se refieren a ello el Pbro. Varghese Pirul, de la diócesis de Arnakulam, y el Pbro. Jimmichan, secretario de la Iglesia siro-malabar. Los jóvenes del Estado “son muy activos a nivel de asociaciones y movimientos: entre ellos, figuran el Kerala Catholic Youth Movement, el Siro-Malabar Youth Movement, Christian Life Charities y Catholic Mission League. Se reúnen una vez por semana y desarrollan varias tareas. En las inundaciones ocurridas recientemente, se ocuparon de la distribución de artículos de primera necesidad y brindaron ayuda, socorriendo a las personas que estaban en dificultades”. Son todos jóvenes, concluye el padre Varghese, “que tienen objetivos en la vida, que quieren estudiar, trabajar y afirmarse”.
