10/06/2019, 14.11
IRAK
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Irak, miles de hectáreas de cosechas incendiadas. Sacerdote iraquí: Grave daño a la economía

En las últimas semanas, se multiplicaron los casos de incendios, quizás dolosos, en las áreas agrícolas del norte del país. En apenas un mes, 236 incendios destruyeron más de 5100 hectáreas de campo. Las sospechas recaen sobre los milicianos del Estado Islámico o sobre disputas locales; las altas temperaturas agravan el problema. Don Paolo: Cristianos y musulmanes han sido golpeados por igual; la iglesia participa en las tareas para apagar los focos de incendio.

Mosul (AsiaNews) - Hace más de un mes que en el norte de Irak, y en particular en la Llanura de Nínive, se registran incendios misteriosos (y dolosos) que amenazan las cosechas. Fuentes locales informan que hay miles de hectáreas bajo el humo. La llanura es considerada el “granero” del país porque allí se concentra una buena parte de la producción agrícola. Las sospechas se centran en las células yihadistas del Estado Islámico (EI, ex ISIS) que siguen operando en el área y en los conflictos étnicos que desembocan en riñas y ataques contra grupos rivales.

Según los datos difundidos por el gobierno iraquí, en el último mes se han registrado al menos 236 incendios, la mayor parte de ellos en campos donde se cultiva cebada, destruyendo más de 5100 hectáreas de terreno cultivado. En muchos casos, los incendios han ocurrido en áreas que estuvieron controladas anteriormente [entre el 2014 y el 2017] por el “Califato”, y donde, todavía hoy, se esconden “lobos solitarios” o pequeños grupos listos para atacar.

La cúpula del ISIS ha reivindicado el origen doloso de los incendios. En la revista semanal de propaganda yihadista al-Naba, los milicianos afirman que han destruido “cientos de hectáreas” de cosecha de los “apóstatas” en las provincias de Kirkuk, Nínive, Salahaddin y Diyala. Funcionarios de gobierno y administradores locales consideran factible que detrás de “algunos” incendios esté el Estado Islámico, que busca castigar a cuantos se niegan a pagar “una suerte de azaque” (en árabe, el zakat)”.  .

Un policía de Kirkuk, que se mantiene en el anonimato, cuenta que los “combatientes del ISIS generan incendios en los campos”. Los milicianos “llegan montados en motocicletas, prenden fuego y colocan explosivos en la tierra. Luego los hacen estallar cuando los habitantes o los bomberos acuden al lugar para apagar los incendios”. En la sola provincia de Kirkuk ya habrían muerto al menos cinco personas y otras 10 habrían resultado heridas en las explosiones.

Sin embargo, según los expertos, los incendios no son obra de los fundamentalistas exclusivamente. Hay otras razones que los favorecen, como las condiciones de calor extremo, con temperaturas que superan los 45 grados y la fuerte sequía en curso. Además, en algunos casos, son los mismos campesinos los que desatan pequeños incendios para quemar el exceso de vegetación o para fertilizar los campos teniendo en mente la futura siembra.

“Luego de muchas semanas de lluvias intensas -que han generado una masa homogénea de malas hierbas, campo cultivado y plantas- se sabía que la estación seca y las altas temperaturas podrían derivar en incendios”, cuenta a AsiaNews Don Paolo Thabit Mekko, sacerdote caldeo y responsable de la comunidad cristiana en Karamles, en la Llanura de Nínive, situada en el norte de Irak. “Algunos son accidentes -cuenta-, pero otros, es muy probable que sean de origen doloso. Lo cierto es que provocan daños no solo a los campesinos, sino al mismo Estado iraquí, que es atacado directo al corazón”.

Una de las zonas más golpeadas es la provincia de Nínive, habitada mayormente por comunidades cristianas, donde se produce “entre el 40 y el 50% de los cereales de todo Irak”. El sacerdote caldeo prosigue explicando que nuestra Iglesia “ha puesto a disposición palas y excavadoras mecánicas para colaborar con las tareas para apagar los incendios. En los últimos días se han registrado unos diez incendios”.

Para casi un tercio de los iraquíes, la agricultura y el campo constituyen su principal fuente de sustento; el gobierno ofrece subsidios y compra una parte de la cosecha. Considerando solamente Kirkuk, allí hay 200.000 hectáreas de campo cultivadas, cuya producción anual llega a 650.000 toneladas. “Detrás de los incendios -subraya Don Paolo- hay varias tesis, que van desde los atentados del ISIS en Mosul y en la Llanura de Nínive, a accidentes producto de la casualidad o la negligencia. No cabe duda de que los incendios han golpeado a cristianos y a musulmanes por igual. En los últimos días, algunas personas han publicado imágenes de pedazos de lentes o espejos, que fueron usados para concentrar los rayos del sol, lo cual prueba el origen doloso de los incendios”.

“Quizás sea un intento de destruir la economía -concluye el sacerdote caldeo- y así impedir el regreso de las personas que huyeron en el pasado, y que hoy tratan de reconstruir una vida. En este sentido, se precisan fondos del exterior, ya que los recursos con los que podemos contar de momento son insuficientes, tanto para la reconstrucción de las viviendas como para la puesta en valor de áreas de recreación y encuentro como son parques y jardines”.

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