09/04/2015, 00.00
TAILANDIA – HONG KONG – CHINA
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Justicia y Paz: Empeora la situación de los católicos en China, el gobierno cambia marcha

de Lina Chan
En el encuentro internacional sobre: “Paz y reconciliación en el contexto de Asia”, en curso en Bangkok, el secretario ejecutivo de la comisión diocesana de Hong Kong, Lina Chan presenta un informe detallado sobre la real situación de la Iglesia católica en China continental. Entre violaciones a la libertad religiosa y arrestos arbitrarios, pasando por las torturas contra los sacerdotes desobedientes, emerge un cuadro preocupante. Las estructuras gubernamentales ahorcan la libertad de la iglesia y pretenden un control no debido. El texto completo de la intervención (traducción en italiano curado por AsiaNews).

Bangkok (AsiaNews)- La comisión Justicia y Paz de la diócesis católica de Hong Kong, está preocupada por la situación de la Iglesia católica en China continental. Las autoridades chinas han impuesto políticas religiosas y civiles que son contrarias a los principios y a la práctica de la fe católica y han violado en manera muy grave los derechos humanos de los fieles. Esto ha causado una división al interior de la Iglesia, dividida en la así llamada “Iglesia oficial” y la “Iglesia clandestina o subterránea” y entre las dos comunidades. Esto causa dolor y sufrimiento entre los fieles. Ambas comunidades, con diversa intensidad, han sufrido por las violaciones a los derechos humanos impuestos y realizados por las autoridades. Los fieles chinos han sufrido no sólo una distorsión de la libertad religiosa, sino que han visto violados sus derechos sobre la libertad personal y a la libertad de asociación. A continuación presentamos algunos casos que ilustran esta situación.

En China son violados ya sea el Art. 18 de la declaración universal de los derechos humanos que el Art. 18 del Pacto Internacional para los derechos civiles y políticos. Ambos artículos hablan del respeto de la libertad religiosa y de la autonomía de la Iglesia.

Cada credo religioso tiene sus características propias, una jerarquía religiosa, enseñanzas y principios de fe. Manifestar una religión o un credo, practicando estas características es una forma de libertad religiosa. Ambos artículos citados reconocen estos derechos.

Una de las características de la iglesia católica es la comunión y la unidad de la Iglesia. La iglesia católica de China es parte de la Iglesia universal y el nombramiento de los obispos católicos es una prerrogativa del Papa. Como lo ha escrito el Papa emérito Benedicto XVI (el cual se retiró de su oficio el 28 de febrero de 2013) en la Carta a los católicos de China continental (del 2007): “Comunión y unidad, permítanme repetirlo, son elementos esenciales e integrales de la Iglesia católica: de consecuencia la propuesta de una Iglesia que sea “independiente” de la Santa Sede, en la esfera religiosa es incompatible con la doctrina católica” (Cfr. P. n° 8).

Y aún más: “El Papa, cuando concede el mandato apostólico para la ordenación de un Obispo, ejercita sus suprema autoridad espiritual: autoridad de intervención, que permanecen en el ámbito estrechamente religioso. No se trata, por lo tanto de una autoridad política, que se entromete no debidamente en los asuntos internos de un Estado y agravia a la soberanía. El nombramiento de Pastores para una determinada comunidad religiosa está entendida, también en los documentos internacionales, como un elemento constitutivo del pleno ejercicio del derecho a la libertad religiosa” (Cfr. P. n° 9 y el parágrafo 1 del Art. 18 del Pacto internacional para los derechos civiles y políticos).

En el momento actual, uno de los principios base de la política religiosa del gobierno chino predica: “la independencia, la autonomía y la auto-gestión de la Iglesia”. El gobierno chino declara que quiere ayudar a la Iglesia en salvaguardar su propia autonomía. Sin embargo, en realidad, éste viola la libertad de conciencia de los fieles e invalida las propiedades esenciales de la Iglesia católica, violando en manera conspicua el art. 18 de los dos Tratados internacionales. El gobierno chino, utiliza este eslogan para cubrir sus violaciones a los derechos religiosos. Sobre la base de este principio, el gobierno chino promovió y se comprometió en manera activa para establecer la Asociación patriótica de los católicos chinos (de aquí adelante Apcc) y la Asamblea nacional de los representantes católicos (de aquí en adelante Anrc), ordenando a los obispos sin el indispensable mandato papal.

La Apcc, controlada por el gobierno chino, manipula partes significativas de las cuestiones católicas: un ejemplo viene justo de las ordenaciones episcopales ilícitas y de la interrupción de los nombramientos personales decididos por la iglesia. La Anrc es actualmente el cuerpo de gobierno más importante relativo a la iglesia católica china, más arriba del concejo de los obispos. En los hechos se trata de una mera asamblea política, frecuentada por lo general por oficiales del gobierno, controlada y guiada por la Apcc y por las autoridades chinas, en la cual los obispos y sacerdotes no pueden discutir en libertad las cuestiones relativas a la Iglesia.

Según el Derecho canónico, un obispo es la autoridad decisional más alta de la diócesis; del mismo modo, la Conferencia episcopal es la autoridad más importante de la Iglesia local. Sin embargo, este mecanismo (de la Anrc), que es específico sólo de China, junto a la Apcc “gobierna” a los obispos y se coloca sobre ellos. Ellos violan la autonomía y la normal operatividad de la Iglesia.

Algunos fieles chinos se sienten muy frustrados por estas dos organizaciones. Algunos de ellos se negaron de participar en la octava reunión de la Anrc (diciembre de 2010) y a otras ordenaciones ilícitas (entre ellas las de noviembre de 2010, julio y junio de 2011 y julio de 2012) armadas por las autoridades chinas y la Apcc. Sin embargo, los católicos son a menudo tratados con el método de la “patraña y el bastón”, pero también con secuestros, arrestos domiciliarios y hasta con coerciones físicas para que participen en estas actividades. Esos actos violan en modo grave el derecho de la libertad religiosa y de con ciencia.

Un ejemplo. En la vigilia de la octava reunión de la Anrc (diciembre de 2010), decenas de funcionarios gubernamentales y vehículos de la seguridad pública han rodeado la residencia del obispo Feng Ximao de Hengshui (condado de Jing en el Hebei). Estos agentes han escoltado y obligado con la fuerza a participar a la asamblea que se realizaba en Beijing. El obispo, Li Liangui de la diócesis de Cangzhou (Xianxian, siempre en el Hebei) despareció por breve tiempo antes de la reunión: los funcionarios lo buscaron mucho, después de haber rodeado su casa. Algunos sacerdotes fueron llevados para ser interrogados por largo tiempo, para saber dónde estaba mons. Li: éste continuaba a no querer participar del encuentro. Poco después cuando lo encontraron fue obligado a participar en una “sesión de estudio” en una “casa para los huéspedes”, eufemismo usado por las autoridades chinas para indicar el estado de media detención no oficial, a menudo en hoteles o departamentos privados (ndr).

Algunos participantes al encuentro han subrayado que los representantes religiosos estaban “acompañados” por funcionarios del Departamento de asuntos religiosos o del Departamento del frente unido. Algunos de estos han dicho a sus “huéspedes” que mantuvieran la boca cerrada y demostrar obediencia en relación con los deberes a ellos asignados.

Entre noviembre de 2010 y julio de 2012, la Apcc y el gobierno chino- sin el indispensable mandato papal- han celebrado 4 ordenaciones ilícitas en las diócesis de Chengde (Hebei); Leshan (Sichuan); Shanthou (Guadong) y en la Administración apostólica de Harbin (Heilogjiang). En la diócesis de Shantou, cuenta un sacerdote que fue acompañado para colocar su voto (según las normas de “autonomía” de la Iglesia impuesta por el gobierno, el obispo fue “elegido” por la asamblea diocesana (ndr) por 9 funcionarios de la seguridad pública y agrega que había más “ayudantes” de civil que votantes. La entera elección se desarrolló bajo vigilancia. El mismo sacerdote agrega que el entero proceso: “le rompió el corazón”, dado que no se desarrolló según los principios de la Iglesia, sino bajo una violentísima opresión. Durante las ordenaciones episcopales ilícitas, donde los obispos de otras diócesis son obligados a participar, se violan los principios de fe y conciencia. Durante estas ceremonias algunos miembros del clero son arrestados, para ser liberados sólo después que todo haya terminado.

Las comunidades religiosas tienen el derecho de gobernarse según las propias normas y principios religiosos. Las comunidades religiosas tienen el derecho de no sufrir interferencias, a través de medidas legales o acciones administrativas, por parte del gobierno en el proceso de selección, formación, nombramientos o transferir a los propios pastores: todas prácticas normales en la Iglesia católica. Sin embargo, en  noviembre de 2012, algunos sacerdotes de la diócesis de Wuhan (provincia de Hubei) han organizado un encuentro y preparado una propia lista de asignaciones y traslados entre las parroquias. Algunos de éstos fueron “amonestados” por el gobierno, que definió al encuentro mismo como “ilegal”. Del mismo modo, las autoridades han aclarado que los sacerdotes “no tenían ningún permiso para dejar sus parroquias” (el 9 de diciembre de 2012, el p. Francis Wu Zhengfu, que iba hacia la iglesia de Boquan para asumir sus nuevas tareas, fue encerrado en una habitación por funcionarios de la seguridad pública que le impidieron verse con sus parroquianos. También se le prohibió celebrar los sacramentos en la parroquia).

El 13 de diciembre, 15 entre sacerdotes y religiosos fueron “escoltados” hasta la Oficina provincial para los asuntos étnicos y religiosos, donde los funcionarios les advirtieron que habría “cambios” en dos importantes cargos eclesiásticos (uno de estos es la posición del p. Joseph Shen Guo´an, en ese entonces encargado temporáneamente del cuidado de la diócesis de Wuhan, que fue “removido”). Eñ gobierno también disolvió el Concejo diocesano y creó una comisión de 5 miembros para la gestión de la diócesis. Como jefe fue puesto el p, Francis Cui Qinqi, considerado como cercano al gobierno.

Nuestra comisión invita firmemente al gobierno chino a: eliminar el principio de “independencia, autonomía y auto-gestión de la Iglesia”,; interrumpir las reuniones de la Anrc; impedir a la Apcc el nombramiento de obispos, ordenando a ellos en cómo guiar y dirigir a la Iglesia; terminar con las ordenaciones episcopales ilícitas; respetar la libertad del Papa de poder ordenar a los obispos; respetar la autonomía de la Iglesia, frenar las interferencias en las elecciones de gestión personal e internas, proteger la libertad de la diócesis de Wuhan.

En China se violan ya sea el art. 20 de la declaración universal de los derechos humanos, como así también el art. 22 del Pacto internacional para los derechos civiles y políticos. Estos hablan de la libertad de asociación de los fieles y prohíben que éstos sean obligados a unirse a asociaciones del gobierno.

El gobierno chino declara que ninguno-miembro del clero o laico-está obligado a unirse a la Asociación patriótica católica (de aquí en adelante Apc), y algunas Iglesias oficiales están en grado de resistir y evitar la creación de la Apc en las propias zonas. Pero cuando hicieron esto fueron condenados por “actos ilegales” y “violaciones a la ley”. Algunos grupos religiosos (en su mayor parte de la Iglesia clandestina) fueron obligados por la fuerza, con la cárcel o los arrestos domiciliarios a unirse a la Apc.

En el momento actual el gobierno chino lleva adelante un doble sistema de gestión para las organizaciones religiosas. Sus estatutos y su dirección debe ser aprobada por el Departamento para la registración (Ministerio de Asuntos civiles) como también por el Departamento de los Asuntos (la Administración para los Asuntos religiosos). Estos departamentos usan criterios muy estrechos para contener la formación de organizaciones religiosas que no comparten los mismos intereses del gobierno. Por reglamentos y leyes, el gobierno chino define a la Apc y a los grupos similares a ésta “las solas y únicas estructuras legales y aprobadas” en interior de la Iglesia (el art. 13 de los Reglamentos sobre la gestión de la registración de las organizaciones sociales dice: “En un región administrativa donde existan ya organizaciones de este tipo, no es necesario crear nuevas”. Como consecuencia la registración es denegada. Del mismo modo el art. 7 agrega: “Al interior de la misma región administrativa no está permitida la repetición una organización del mismo tipo”. Esto permite al gobierno negar la registración y de hecho garantiza a las organizaciones patrióticas de ser las únicas legales en el territorio).

Quien no quiera unirse a estas organizaciones, sean del clero o laicos, no logra construir nuevas estructuras: y esto representa una grave invasión en la libertad religiosa y en la libertad de asociación prevista por los Tratados internacionales.

En China, todos los lugares de culto deben estar registrados para poder organizar la práctica religiosa. De otro modo pueden ser declaradas ilegales. Según el art. 13 del Reglamento sobre los Asuntos religiosos, para construir un lugar de culto, las organizaciones religiosas deben presentar un demanda a la Oficina Asuntos Religiosos (el art. 20 del Reglamento, establece que también las organizaciones o los lugares de culto no religiosos no tienen el permiso de organizar actividades religiosas o de aceptar donaciones). Dadas las estrechas condiciones del gobierno en la creación de las organizaciones religiosas, cuando se dice: “organización religiosa”, en China continental se entiende en los hechos “organización patriótica”.

Para aquellos grupos religiosos de China continental que quieran presentar una registración independiente de los Departamentos del gobierno, en falta de otras afiliaciones, necesitan de las “organizaciones patrióticas”, que hablen en nombre de ellas. Esto significa que deben reconocer o hasta unirse a estas estructuras. Y además implica que necesitan del pre-requisito para registrar un lugar de culto. Si los fieles no aceptan este estado de cosas, entonces se convierten en “ilegales”. Sólo las varias Oficinas para los Asuntos religiosos de las varias zonas pueden evaluar estos pedidos o demandas.

En los últimos años, el gobierno parecía haber aliviado la administración de las Organizaciones no gubernamentales, pero no obstante esto impone aún enormes limitaciones a muchísimas Ong. Para las organizaciones religiosas las cosas son aún peores: de ehcho no tienen libertad de asociación.

Nuestra Comisión in vita con fuerza al gobierno chino a: respetar la libertad de asociación de los fieles y frenar la obligación de inscripción en la Apc; proteger los derechos de los fieles de establecer en libertad las propias organizaciones religiosas; eliminar los reglamentos que limitan la libertad de asociación de los individuos, o sea aquellos de los Asuntos religiosos, de la Gestión para la registración de las Organizaciones religiosas sociales.

En China son violados los art. 3,9 y 10 de la Declaración universal de los derechos humanos que el art 9 del Pacto internacional para los derechos civiles y políticos. Deben eliminarse las detenciones ilegales por largo tiempo y las desapariciones ilegales.

A fines de febrero de 2013, los sacerdotes Ma Wuyong y Liu Honggeng de la diócesis de Baoding (Hebei) resultan aún en la cárcel de modo ilegal, sin proceso o investigación (según datos de AsiaNews, los 2 sacerdotes están aún encarcelados desde el momento de la publicación, 9 de abril de 2015) El p. Ma fue arrestado el 6 de agosto de 2004. Antes del Fin de Año lunar de 2006 fue liberado por poc o tiempo y fue arrestado nuevamente un mes después. Desde ahora está preso. El p. Liu fue arrestado el 27 de diciembre de 2006 y todavía está en la cárcel.

No es la primera vez que miembros del clero son detenidos en forma ilegal por mucho tiempo, sin investigaciones oficiales o procesos. Según algunas fuentes los sacerdotes fueron obligados a firmar documentos en los cuales declaran que apoyan al socialismo en China, que adhieren a la mentalidad “independiente, auto-sostenida y auto-gobernada” de la gestión de la Iglesia, que aceptan la dirigencia de las organizaciones patrióticas, que concelebran con el clero de la Iglesia oficial, etc, etc…Firmaron estos documentos porque les dijeron que después de firmar serían liberados. Estos hechos, impuestos por el gobierno, violan el derecho a la libertad personal, a la religiosa y de conciencia.

Hasta fines de febrero de 2013 resultaban todavía “desaparecidos”.

1-El obispo Giacomo Su Zhemin (también conocido como Su Zhimin), de la diócesis de Baoding (Hebei), nacido en 1932, tendría hoy 83 años. Fue arrestado en la ciudad de Xinji en las cercanías de Shijiazhuang, el 8 de octubre de 1997. Desapareció hace 18 años.

2-El obispo Cosma Shi Enxiang, de la diócesis de Yixian (Hebei), nacido en 1921, tendría 94 años. Arrestado el Viernes santo de 2001, su suerte es desconocida (en los últimos tiempos corrió la voz que había muerto, para mayores informaciones (véase aquí, ndr).

3-El p. Lu Genjun, de la diócesis de Baoding, fue arrestado en febrero de 2006 y desapareció de la circulación y detenido en un lugar secreto (fue liberado en agosto de 2014, ndr).

Nuestra Comisión invita firmemente al gobierno chino a liberar a todos aquellos que fueron arrestados y a todos los que han  hecho desaparecer.

En China son violados ya sea el art. 3 de la Declaración universal de los derechos humanos como el art. 9 del Pacto internacional por los derechos políticos y civiles. Deben terminar los arrestos domiciliarios ilegales y toda forma de restricción de la libertad personal.

La libertad personal de muchos miembros del clero católico es a menudo violada en manera arbitraria, en condiciones que son del todo ilegales y sin fundamentos. Por ejemplo, a veces les es prohibido salir de la iglesia o de la residencia; son raptados y confinados en “casas para huéspedes”, hoteles o en las llamadas “escuelas de socialismo”. Estas prácticas aumentan muchísimo de número durante las ocasiones particulares (como eventos internacionales o grandes congresos religiosos).

Nuestra Comisión está realmente preocupada por la situación del obispo Taddeo Ma Daqin, obispo auxiliar de la diócesis de Shanghai (la S. Sede nombró nombró a mons. Ma Daqin, como obispo auxiliar de Shanghai, mientras que la Conferencia de los obispos de la Iglesia católica de China- no reconocida como Conferencia episcopal por el Vaticano- lo aprobó como obispo coadjutor. También el gobierno chino lo reconoce como coadjutor). Durante su consagración, el 17 de julio de 2012, el obispo Ma expresó el deseo de dimitir de los cargos que hasta ese m omento desarrollaba para la iglesia de la Asociación patriótica católica y dedicar sus esfuerzos a la pastoral y a la evangelización. (el obispo dijo: “Después de haberme convertido en obispo auxiliar para ayudar al obispo Jin en la diócesis de Shanghai, mi cuerpo y mi corazón deberían dedicarse a lleno a la pastoral y a la evangelización. No es apropiado asumir por más tiempo otras tareas. Por lo tanto, desde el momento de mi ordenación de hoy, no es apropiado que pertenezca a la Apc). En la tarde del mismo día fue detenido: desapareció por un tiempo y más tarde fue confirmada “su permanencia obligada”, con limitaciones de movimiento, en el seminario de Sheshan en Shanghai.

Desde el inicio de 2013, mons. Ma está confinado en el seminario, privado de la libertad personal e impedido de sus funciones episcopales.

Nuestra Comisión, invita firmemente al gobierno chino a: dejar de violar la libertad personal y los otros derechos de base de mons. Taddeo Ma Daqin; respetarlo como obispo auxilioar y proteger sus derechos para conducir con libertad su acción pastoral; frenar todo arresto domiciliar ilegal, detención en hoteles u otros tratamientos inhumanos que limiten la libertad personal.

En China se violan ya sea el art. 5 de la declaración universal de los derechos humanos, como también el Pacto internacional para los derechos civiles y políticos. Basta de torturas y otros malos tratos inhumanos contra los miembros de la Iglesia.

El gobierno chino trató a los miembros de la comunidad de la iglesia clandestina en modo inhumano. Un ejemplo es de la región de Zhangjikou (Hebei), donde las autoridades locales han obligado al clero a registrarse con la fuerza en las organizaciones patrióticas y a aceptar los conceptos de “independencia y autonomía y auto-gestión de la Iglesia”. Desde el 2006 al menos 20 miembros del clero han sufrido detenciones ilegales, asaltos físicos y así otras vejaciones.

El 10 de enero de 2011, el p. Pietro Zhang Guangjun de la diócesis de Xuanhua (Hebei) fue llevado por la fuerza a un hotel. Durante la detención sufrió un tratamiento inhumano: no pudo dormir por 5 días y 5 noches, obligado a permanecer de pie. Después de algunos negociados, fue liberado el 2 de febrero de 2011. El 8 de marzo del mismo año fue llamado al Departamento del Frente unido y fue transferido a un hotel donde fue golpeado. Un funcionario le pegó con un balde de 10 kg y utilizó una meza plegadiza para tratar de ahorcarlo y le pegó en las piernas sin piedad. El p. Zhang fue finalmente liberado el 13 de abril de 2011. Sufre de síndrome post-conmoción cerebral, y a menudo tiene dolores de cabeza y vómitos.

El 9 de abril, el p. Giuseppe Chen Hailong, de la diócesis de Xunhua (Hebei) fue llevado por la fuerza por agentes de civil del condado de Yanqing a Beijing. Durante su detención, los agentes no le han permitido acostarse o sentarse y le ´prohibieron dormir por 4 días enteros. Fur confinado solo en una habitación sin ventanas, con poquísima comida. Por 2 meses vivió en aislamiento, sufriendo hambre y muy cerca de un derrumbe mental. Pidió le enviaran a un médico por su estado de salud, pero se lo negaron hasta lo último. Fue liberado a fines de julio de 2011.

Nuestra Comisión invita firmemente al gobierno chino a investigar en forma seria sobre estos tratos y estas torturas contra el pueblo católico; indemnizar y disculparse conlas personas que han pasado por estos tratamientos; frenar las torturas y todo acto inhumano contra los fieles de la Iglesia.

(Colaboró Shafique Khokhar).

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