06/03/2018, 12.53
CHINA - VATICANO
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La cruz, el emperador chino y la Curia romana

de P. Peter (伯鐸神父)

En China, un territorio fértil para todas las religiones, el cristianismo, si bien siempre se topó con dificultades, también floreció. Sin embargo, entre el confucianismo imperial y la fe en Dios Padre siempre hubo tensiones cuando se trataba de aceptar que “los súbditos también son hijos del Cielo y hermanos del emperador”. No puede eliminarse el martirio, ni siquiera en los diálogos entre China y el Vaticano. La reflexión de un sacerdote chino.

Beijing (AsiaNews) – A pesar de las dificultades, desde un principio, el cristianismo superó varias pruebas en China. El célebre padre Matteo Ricci fue el Padre fundador de la misión gracias a su conocimiento de la cultura y el idioma chinos. Ricci abrió la puerta de China con sus ciencias y sembró el primer brote de la fe cristiana.

China representa un territorio ideal para la difusión de las religiones y, de hecho, aquí llegaron el nestorianismo, el maniqueísmo, el zoroastrismo, el budismo, el islamismo, el cristianismo, etc. A lo largo de la historia, algunas religiones desaparecieron, en tanto las demás han sobrevivido hasta hoy.  

En China, el taoísmo es una religión nativa; el budismo, si bien viene de afuera, está muy arraigado en la cultura china; el islam, debido a su origen cultural, se vuelve el portavoz de la cultura árabe; las Iglesias católica, protestante y ortodoxa tienen la misma raíz, pero por causas culturales, históricas y políticas se han convertido en tres comunidades separadas. El desarrollo de la misión en China coincide con el período del colonialismo; este hecho, inevitablemente, ha dado lugar a numerosos conflictos.

El catolicismo, bajo la jerarquía del poder papal, ha tenido varios encuentros y desencuentros con la cultura del poder imperial chino, como es el caso de la persecución de Yang Guangxian y las controversias sobre los ritos chinos en el período del emperador  Kangxi (1661-1722) y tantas otras en los períodos sucesivos, bajo el dominio de  Yongzheng y Qianlong.

En el período de Kangxi, la famosa controversia en torno a los ritos chinos, que se inició entre varias órdenes religiosas, pronto se convirtió en un contraste entre el poder del Papa y el del emperador. Los conflictos entre los dos poderes se transforman en un inevitable choque entre la fe católica y la cultura de la China imperial. [Es por este motivo que] hay tantos mártires en nuestra historia. El 1° de octubre del año 2000, el Papa Juan Pablo II proclamó 120 santos, y entre ellos hay sacerdotes, religiosos y laicos.  

El catolicismo exhorta a la igualdad entre las personas [porque] somos todos hijos e hijas de Dios Padre, y debemos amarnos los unos a los otros. La doctrina confuciana se basa en la jerarquía y en la veneración del emperador, que se extiende de parte de los ministros hacia el emperador, y de parte de los hijos hacia los padres. Si el emperador condena a muerte a un ministro, dicho ministro debe morir; si el padre condena al hijo al punto de casi dejarlo morir, el hijo debe obedecer. Después de dos mil años, la cultura confuciana se ha arraigado en el corazón de los chinos y se ha convertido en el núcleo del sistema de dominio.  En el período feudal, el emperador declaraba ser Tianzi, el hijo del Cielo, y su poder era concedido desde lo alto, es decir, le había sido otorgado por la divinidad suprema. En esta situación, es imposible hacer comprender que los súbditos también son, ellos mismos, hijos del Cielo y hermanos del emperador.

Jesucristo, el fundador del catolicismo, ha enseñado a sus discípulos: “Padrenuestro, que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre, venga a nosotros Tu reino, hágase Tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas así como nosotros personamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal”. La oración del Padrenuestro  nos dice que Dios es el Padre de todos y que nosotros somos familiares de Dios. Por lo tanto, debemos amarnos unos a otros. Al mismo tiempo, significa asimismo que los derechos humanos, la igualdad entre las personas, son concedidos por el Cielo. La mentalidad imperial ha tenido una influencia sobre China a lo largo de casi 2000 años: entonces, ¿cómo es posible que esta enseñanza [cristiana] pueda ser aceptada con facilidad en China? La consecuencia de ello es que resulta obvio que habrá muchas persecuciones.

Entonces, ¿cómo puede difundirse la fe católica en China? Yo pienso que debemos tener un espíritu de perseverancia y estar dispuestos al martirio. No es un atajo que haya que seguir. Pero quien piense en salvar la Iglesia de otro modo, sin el martirio, o incluso quien considere el martirio como una estupidez, realmente comete un error absurdo.

Hoy en día, las grandes personalidades de la Curia romana, frente a la antigua civilización china y al férreo poder imperial de la antigüedad, intentan hacer frente. Por un lado, aprecian la civilización china, para agradar al poder estatal; por otra, desde el punto de vista espiritual, descuidan todo lo que ha sido defendido a lo largo de muchos años. Es incluso peor: se solicita la renuncia de un obispo fiel al catolicismo, para colocar [en su lugar] a un traidor como nuevo pastor de la grey del Señor.

¿De verdad funcionará semejante política de la Santa Sede? Sólo podemos aguardar a ver el resultado. Si el espíritu mundano pasa a coincidir con el espíritu divino, entonces ¿por qué fue crucificado Jesucristo? ¿Acaso la sabiduría del Señor no es superior a la de los altos prelados de la Santa Sede? Con una China que tiene a sus espaldas 5000 años de civilización, ¿cómo debiera difundirse la fe católica? Aún no hay perspectivas claras sobre el futuro, y todavía hoy queda un largo camino por descubrir.  

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