04/12/2013, 00.00
SRI LANKA
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La historia de Mangalika, seropositiva católica que ayuda a los pacientes con VIH/ SIDA

de Melani Manel Perera
La mujer, de 53 años de edad, descubrió que había contraído el virus de su marido, un trabajador migrante. El hombre no pudo resistir la vergüenza y se suicido. La fe en Dios, el apoyo de la familia y el estimulo de un médico - enfermo como ella - empujo a Princy Mangalika a establecer una organización no gubernamental para los afectados por el VIH / SIDA. En Sri Lanka, esta enfermedad sigue siendo estigmatizada, aunque en el país al menos 3.000 personas están afectadas. "Me amenazaron y quemaron la casa - dice -, pero agradezco al Señor por señalarme el camino".

Colombo (AsiaNews) - Ayudar a las personas con SIDA y VIH en Sri Lanka, a no avergonzarse de su enfermedad, y enfrentar el estigma social y el tratamiento. Es la meta de Princy Mangalika, 53, católica que hace 10 años descubrió que era VIH - positivo. Superado el trauma, la mujer fundó - y todavía funciona - la Positive Women's Network, una ONG que se ocupa de las personas con VIH / SIDA. "Lo que me ha sucedido a mí - Mangalika dice a AsiaNews - era por la voluntad de Dios, Él quería que yo le sirva a muchos que, como yo, han contraído el virus Hoy estoy muy feliz".

En Sri Lanka, las personas con VIH / SIDA a menudo son víctimas de persecución por parte de la sociedad, ya que el virus se considera una fuente de vergüenza y de impurezas. Además, hay poca información sobre cómo se puede prevenir, contrato y tratar la enfermedad. Según datos oficiales, en la actualidad el país, hay cerca de 3.000 enfermos.
La historia de Mangalika comienza en el el 2000, cuando se entero que había contraído el virus de su marido. Durante muchos años el hombre, budista, había trabajado en el extranjero en varios países, y en uno de ellos se enfermó. Cuando se enteró de la enfermedad, recuerda, "Yo no estaba enojada con él. Mucho lo amaba, y él era un padre amoroso con nuestras dos hijas".
"Mi marido - dice - se enfermaba a menudo. Tenía gripe y resfriados constantes, nunca nada grave, por lo que un día fue al hospital para hacerse el análisis Sugirieron hacerse la prueba del VIH, con un resultado positivo... Lamentablemente, la noticia se extendió rápidamente en el pueblo, y fue entonces cuando comenzó la pesadilla".
Mangalika y su familia comenzaron a recibir cartas amenazantes. "Algunos - explica - lanzaban piedras a nuestra casa, gritando obscenidades cuando caminamos por la calle. Entonces no conocía la enfermedad, ni sabía yo cómo curarla; yo estaba muy asustado por mis niñas... ".  La cercanía de la familia no ayudo al hombre, que no puede aceptar la realidad. Un día desaparece: la mujer lleva a sus hijas con sus padres y comienza a buscarlo. Al final, una llamada de la policía anunció que habían encontrado el cuerpo de su marido: él se había ido a un templo budista y se había envenenado. "Sólo habían pasado tres días desde que nos enteramos de su enfermedad".
Los problemas para la mujer y sus hijas no terminan, porque a más del estigma del virus se añade el que su marido se suicidó. "Yo quería que lo enterraran, por lo que celebré el funeral lejos de nuestro pueblo. Una noche oímos ruidos, nos levantamos y nos dimos cuenta de que alguien había prendido fuego a nuestra casa. "Malinka se da cuenta de que ya no puede vivir allí y decidió irse donde sus padres, en Ragam. "Nos dieron la bienvenida con amor - dice - y gracias al apoyo que encontré me decidí a tomar el examen Cuando me enteré de que era VIH positivo he tocado fondo no sabía a dónde ir o qué hacer".
Es así, continúa, "que me pongo en manos de Dios y me fui donde la doctora  Kamelika Abeyratne, quien me animó a tomar conciencia de la difícil situación del VIH / SIDA en Sri Lanka. "Incluso el médico era VIH- positiva, a causa de una transfusión de sangre". Su fuerza me dio el impulso necesario para fundar  Positive Women's Network en el 2009".
Por el momento, dice, "en mi casa-oficina viven muchos pacientes. No tienen un lugar a donde ir, por lo que aquí se pueden curar y llevar a cabo los exámenes necesarios. Me ocupo de la alimentación de ellos y apoyarlos en sus momentos de debilidad. Por esta razón, estoy en continua búsqueda de ayuda económica. Estamos todavía en alquiler y necesitamos una casa propia". En total, los pacientes tratados por la ONG Mangalika son 300. De ellos, 174 son niños y 32 son VIH positivo.
" Doy gracias al Señor por todo lo que me ha pasado - subraya -. e incluso por mis dos hijas, que ahora son grandes y han creado sus familias"

 

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