15/05/2017, 16.28
CHINA - INDIA
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La nueva Ruta de la Seda recibe el aplauso de 27 países, siembra sospechas en muchos y es boicoteada por la India

Nueva Delhi no participó en la reunión cumbre de Beijing porque se opone al proyecto que establece un corredor de 57 millardos entre China y Pakistán, que pasa por Cachemira.  El presidente Xi Jinping ha obtenido la firma del acuerdo por parte de 27 países para financiar el ambicioso plan de infraestructuras chino. Él garantiza que lo que se busca es “compartir”, y que no se quiere interferir en los modelos sociales de los países interesados. Un nuevo impulso hacia la globalización.

Beijing (AsiaNews/Agencias) -  La cumbre que se está desarrollando en el día de hoy y mañana en Beijing, sobre el proyecto  “One Belt, One Road (OBOR)”, orientado a construir una nueva Ruta de la Seda por tierra y por mar, representa el sueño del presidente chino Xi Jinping de unificar a China con Asia Central y Europa, y con la India y África.

En el encuentro, que se inició ayer, han participado 30 jefes de gobierno y delegados de más de 100 naciones, además de responsables de las Naciones Unidas, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Pero la India estuvo ausente.  

Durante la cumbre, el presidente chino Xi Jinping prometió 124 millardos de dólares para su nueva Ruta de la Seda destinada a “forjar un camino de paz, inclusión y libre comercio”, y pidió el abandono de los antiguos modelos basados en la rivalidad y los juegos de poder diplomático. Varios observadores coinciden al opinar que Xi está utilizando las cumbres internacionales con los líderes de todo el mundo para reforzar las ambiciones de liderazgo global de China.  Semejante política, partidaria de la globalización, parece estar en las antípodas de la que lleva adelante el presidente de los EEUU, Donald Trump,  quien a través de la promoción del “America first” pone en duda cualquier iniciativa de libre intercambio que se precie.

Sin embargo, ayer, el delegado de los EEUU en el encuentro y consejero de la Casa Blanca,  Matt Pottinger, declaró que los Estados Unidos “han recibido favorablemente los esfuerzos realizados por China para promover el plan de infraestructuras” en el ámbito del cual las sociedades americanas “podrían ofrecer servicios de gran valor”.  

“Tendremos que construir una plataforma de cooperación que sea abierta, y sostener y desarrollar una economía mundial abierta”, ratificó Xi Jinping en su discurso inaugural.

Según China, el mundo debe crear condiciones que promuevan el desarrollo abierto e impulsen la construcción de sistemas de “normas comerciales y de inversión global razonables y transparentes”. El ministro de finanzas británico declaró en dicha cumbre que su país es un “colaborador natural” en lo que atañe a la nueva Ruta de la Seda, en tanto el premier de Pakistán,  Nawaz Sharif elogió la “visión y el ingenio” de la China por haber emprendido un proyecto “sin precedentes en la historia”.

 

Temores de hegemonía

Algunos diplomáticos occidentales han expresado su desaprobación, tanto en relación al vértice como al plan en su totalidad, considerando el mismo como un intento de promover la influencia china a nivel mundial. El ministro de Comercio de Australia Steven Ciobo resaltó que, además de las  oportunidades comerciales de la nueva Ruta de la seda, hay intereses nacionales que defender. "China está dispuesta a compartir su experiencia en el desarrollo con todos los países”, lo tranquilizó Xi Jinping. "No interferiremos en los asuntos internos de otros países, no exportaremos nuestro sistema de sociedad ni nuestro modelo de desarrollo, y aún más, no queremos impone nuestros puntos de vista sobre los demás”. El presidente chino evocó “un nuevo modelo de cooperación y beneficio recíproco”.

Uno  de los problemas a que hacer frente es cómo financiar el volumen de proyectos vinculados al OBOR. Hasta ahora, China ha prometido 113 millardos de dólares. Pero según el Asian Development Bank se precisarían cuando menos 8 billones para el año 2020.

"Necesitamos de un esfuerzo conjunto entre los países, para incrementar la cooperación financiera” admitió Zhou Xiaochuan, delegado de gobierno en representación del Banco Central chino. Las naciones debieran permitir a las empresas desarrollar un rol clave, siendo que los recursos de los gobiernos son limitados, agregó   Zhou. La utilización activa de las monedas locales también contribuirá a movilizar los ahorros locales, reducir los costos de cambio y de reembolso, y salvaguardar la estabilidad financiera.  

En el fórum, los ministerios de Hacienda de 27 países, entre ellos el de China, aprobaron una serie de principios que guían el financiamiento de proyectos en el desarrollo de la nueva Ruta de la Seda. Sin embargo, Alemania, aunque declarando la participación de las empresas alemanas, no aprobó los lineamientos en común por ser necesaria una mayor transparencia.

En la cumbre participaron el presidente ruso Vladimir Putin, el primer ministro camboyano Hun Sen y el presidente kazajo Nursultan Nazarbayev. También estuvieron presentes varios líderes europeos, entre ellos, los primeros ministros españoles, italianos, griegos y húngaros.

 

Las críticas de la India

El encuentro fue boicoteado por la India, a causa de su oposición a uno de los proyectos del OBOR; el corredor económico entre China y Pakistán, que pasa a través de la polémica zona de Cachemira, ocupada por Pakistán. "Ningún país puede aceptar un proyecto en el cual se ignoran  preocupaciones fundamentales como son la soberanía y la integridad territorial”, declaró el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores indio, Gopal Baglay. La India también mostró su perplejidad frente al tema del financiamiento, mencionando la carga de endeudamiento inherente como una entre sus otras preocupaciones, afirmando que “la realización de las infraestructuras debe seguir principios de sustentabilidad y responsabilidad financiera, para evitar que los proyectos puedan crear un carga de endeudamiento que resulte insostenible para las comunidades”.

 "Es extraño que el espectador esté más ansioso que los jugadores” es la réplica de los chinos, “mientras la India se preocupa por el peso de la deuda de sus vecinos, los mismos vecinos parecen estar dispuestos a asumir sus decisiones”.  

Dos días atrás, Pakistán y China pusieron en negro sobre blanco nuevas ofertas por un valor de casi 500 millones de dólares, concernientes al aeropuerto, al puerto y a la construcción de carreteras. En lo que respecta a la carga potencial de deuda, es cierto que los reembolsos de Pakistán registrarán un pico que rondaría los 5 millardos de dólares para el año 2022, pero según China éste debiera ser compensado “por las tasas de tránsito aplicadas al corredor”.

En tanto, Nepal ha firmado un acuerdo con China para llevar a cabo una conexión ferroviaria transfronteriza que podría llegar a costar unos 8 millardos de dólares.  

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