03/04/2019, 15.29
CHINA-VATICANO
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Mons. Guo Xijin y los chantajes en la diócesis de Mindong después del acuerdo entre China y la Santa Sede

de Bernardo Cervellera

El ex obispo ordinario, ahora reducido a obispo auxiliar por un pedido del Papa, no podrá celebrar la misa crismal. La Oficina asuntos religiosos no lo reconoce como obispo, a menos que no se inscriba a la Asociación patriótica. De todos los sacerdotes no oficiales se exige la inscripción y el apoyo a la “Iglesia independiente”. Si se inscriben reciben un premio de 200 mil yuan (26 mil euros). La ambigüedad de Mons. Zhan Silu, que de excomulgado es ahora el obispo ordinario de la diócesis.

 

Roma (AsiaNews) – Mons. Vincenzo Guo Xijin arriesga no poder celebrar la misa crismal del Jueves Santo porque la Oficina asuntos religiosos y el Frente unido no lo reconocen como obispo. Hasta hace pocos meses, Mons. Guo (Foto 1) era el obispo ordinario de Mindong (Fujian), reconocido por la Santa Sede, pero no por el gobierno. Después del acuerdo entre China y Vaticano y la eliminación de la excomunión al obispo oficial Mons. Vincenzo Zhan Silu (Foto 2), a petición del Papa Francisco él aceptó ser retrocedido a obispo auxiliar para dejar la sede de ordinario a Mons.Zhan.

Pero, las autoridades chinas continúan no reconociéndolo como obispo y califican su ministerio como “ilegal”. En diversos diálogos con él, ellos han puesto como condición para reconocerlo como obispo auxiliar que él se inscriba a la Asociación patriótica (AP), el organismo de control de la Iglesia católica en China, que trabaja por una “Iglesia independiente” (de la Santa Sede). John, un fiel comenta a AsiaNews: “En práctica es un chantaje. Si el obispo no se inscribe a la AP, no podrá concelebrar con Mons. Zhan Silu en la misa crismal y arriesga no ejercer ningún ministerio. Después del acuerdo China-Vaticano, todo se dio vuelta: el obispo que antes era ilícito (excomulgado) ahora puede celebrar, quien era antes el ordinario, ¡ahora se volvió ilegal! Es algo de qué reirse, sino fuese ¡un hecho serio y doloroso!”.

El acuerdo sino-vaticano, a los ojos del Papa Francisco debía ser un paso para reconciliar las dos ramas de la Iglesia católica en China, la oficial y la subterránea. En el Mensaje a los católicos chinos y a la Iglesia universal, difundido algunos días después de la firma del acuerdo, el pontífice habla de proceso de reconciliación entre los católicos oficiales y no oficiales, pero no dice que esa se obtiene con la eliminación de la comunidad subterránea y con la adhesión obligatoria a la AP, citando al Papa Benedicto XVI, Francisco afirma que el fenómeno de la clandestinidad “no encaja en la normalidad de la vida de la Iglesia”, pero dice también-siempre con Benedicto- que “Pastores y fieles recurren sólo en el sufrido deseo de mantener íntegra la propia fe”: justo como en el caso de la así llamada “independencia” de la Iglesia, deseada por la AP.

Pero en muchas diócesis la AP y la Oficina de asuntos religiosos continúan exigiendo que todos los sacerdotes se inscriban a la AP y apoyen a la “Iglesia independiente”. El Vaticano expresó una tímida reserva en una entrevista del Card. Filoni al Osservatore Romano, según la ley china, debería ser facultativa.

En cambio, en la diócesis de Mindong, la Oficina de asuntos religiosos está lamando uno por uno a todos los sacerdotes subterráneos- que son la mayoría- y les exige que se inscriban a la AP, de otro modo deberán dejar las parroquias y no podrán ejercitar el ministerio.

La diócesis de Mindong tiene además 90 mil católicos, De éstos, al menos 80 mil pertenecían a la Iglesia no oficial, atendidos por 57 sacerdotes, 200 religiosas, 300 laicas consagradas y centenares de laicos catequistas. Los sacerdotes de la comunidad oficial era 12. Bastan estos números para comprender que el intento de la Oficina de asuntos religiosos es el de destruir la Iglesia diocesana, alejando a los sacerdotes que no quieran someterse. Para alentarlos a la inscripción a la AP, la Oficina de asuntos religiosos ofrece a algunos sacerdotes un premio de hasta 200 mil yuan (casi 27 mil euros). Pero, hasta ahora ninguno aceptó.

Según informaciones de AsiaNews, la Oficina de asuntos religiosos exige que los sacerdotes clandestinos firmen un documento. En él se pide que ellos pregunten al nuevo ordinario, Mons. Zhan Silu, las facultades sacerdotales, jurando obediencia a él. En segundo lugar, que ellos juren obedecer a las leyes del Estado, se inscriban a las organizaciones estatales y sostengan el principio de “independencia” de la Iglesia. En práctica, más que de “reconciliación”, se comete una acción contra la comunidad (ex) subterránea, con una grave intromisión en la vida de la Iglesia.

No se conoce la posición de Mons. Zhan Silu. Según algunos fieles él habría aconsejado a algún sacerdote que firme y adhiera a la AP. Hay también que decir que él es el vicepresidente nacional de la AP.

A inicios de marzo, él estaba en Beijing como miembro de la Conferencia política consultiva de pueblo chino (CPCPC). A un periodista del Sintao Daily (3 de marzo) que le preguntaba si a él no le disgustase que los fieles son obligados a entrar en la comunidad oficial, haciendo desaparecer aquella no oficial, él declaró que este es el único modo por el cual “la Iglesia esté unida”. En aquella ocasión, Mons. Zhan hasta dijo que los católicos subterráneos no entran en la oficialidad porque tienen “motivos de interés personal”.

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