06/05/2016, 14.26
SIRIA
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Obispo sirio: el ataque al campo de refugiados de Idlib es algo “anormal”. En Alepo se cierne la “violencia ciega”.

Mons. Abou Khazen invita a tener cautela en relación al ataque al centro de refugiados situado en la frontera con Turquía, en el cual murieron 28 personas. En Alepo la gente “vive presa del terror”, son muchos los que “han retomado la huida”. La tregua fue “infringida miles de veces”, se perfila una “catástrofe humanitaria”. Caritas Siria lanza una campaña de donación de sangre para los heridos de Alepo. Esta tarde en Damasco se reza por la paz.

Damasco (AsiaNews) – El ataque aéreo contra un campo de refugiados ocurrido ayer en la provincia de Idlib, cerca de la frontera con Turquía, presenta una serie de “anomalías”. En primer lugar, es “extraño” que el ejército sirio o los cazas rusos “ataquen un campo de refugiados”, sobre todo cuando éste se encuentra “cercano a la frontera con Turquía”. Es por esto que es esencial ser cautelosos y no “montar noticias” cuando el cuadro no está claro. En lo que afirma a AsiaNews el vicario apostólico de Alepo de los Latinos, Mons. Georges Abou Khazen, al comentar el ataque aéreo que ayer por la tarde fue llevado a cabo contra el centro para desplazados internos, en el cual murieron 28 personas, entre ellas mujeres y niños, y en el cual resultaron heridas otras 50. En el ataque fue golpeada la jefatura de Kamouna, a 4 km de la ciudad de Sarmada y a 10 de la frontera con Turquía.

Funcionarios de las Naciones Unidas pidieron que se abra una investigación sobre el ataque aéreo en una zona controlada por los rebeldes, que algunas fuentes atribuyen al ejército sirio o a la aviación rusa.

Sin embargo, no hay elementos que puedan esclarecer las responsabilidades del ataque con misiles, que ha estado centrado en las carpas y hogares –incendiando una docena de ellos- en los que estaban alojados sirios que habían huido de otras zonas de guerra

Stephen O’Brien, alto funcionario de la ONU, por cuestiones humanitarias, habla de “actos terribles” que no “serán olvidados” y dice que sus autores serán “entregados a la justicia y procesados” por estos crímenes contra refugiados indefensos.

En tanto, Alepo vive en una continua alternancia de momentos de quietud y violencia, luego del anuncio de la tregua parcial entre gobierno y rebeldes, alcanzada en la noche del 5 de mayo pasado, con posterioridad a las presiones diplomáticas de Rusia y los Estados Unidos. Los enfrentamientos entre los dos frentes, con la involucración de grupos yihadistas y extremistas islámicos, ha causado en dos semanas más de 300 muertos y ha agudizado una crisis humanitaria que de por sí ya era gravísima. El temor es que la escalada del conflicto en la metrópoli del norte y en la provincia puede tener efectos “catastróficos”, como dicen las fuentes de la ONU, y generar un éxodo en masa de más de 400.000 personas rumbo a la frontera turca.

Mons. Abou Khazen en los últimos días regresó a Alepo, tras haber mantenido una serie de reuniones y conferencias en Italia. “En las últimas horas –cuenta- he dado una vuelta por las calles, he visto las casas bombardeadas, he visitado a los heridos en el hospital. Es una situación que causa mucha pena, la gente vive presa del miedo y en muchos casos vuelven a  huir, están abandonando la ciudad en busca de refugio. Esperamos que la tregua se mantenga y que siga adelante”.

Recientemente Alepo se volvió el epicentro del conflicto sirio. En un mensaje enviado a AsiaNews por el Padre Ibrahim Alsabagh, guardián y párroco de la parroquia latina de Alepo, habla de una “tregua infringida miles de veces” y de “decenas de misiles caídos sobre nosotros”. La lira siria continúa desplomándose y el riesgo de catástrofe humanitaria se vuelve cada vez más concreto. En 10 días, en la zona oeste de la ciudad [bajo el control del ejército del gobierno, ndr]  fueron dañadas o destruidas más de 600 viviendas”.

“No nos esperábamos toda esta ferocidad – retoma el obispo -, una ferocidad de la que no se ha  salvado nada. No hay un solo vecindario que siga siendo seguro, y, en el último tiempo han sido usadas armas jamás vistas antes, de una intensidad y fuerza increíbles. Una violencia ciega, que ha embestido incluso cinco hospitales”.

Esta mañana, la situación es de “relativa calma”, concluye el obispo, que confirma la misa y la jornada de oración por la paz en Alepo y en Siria, programada para el domingo 8 de mayo. “Habrá cristianos de todas las confesiones, unidos por el ecumenismo de la sangre. Y no se excluye que puedan participar también ciudadanos de fe musulmana, como ya ha ocurrido en el pasado”.

En tanto, en Damasco, Caritas Siria lanzó una campaña de donación de sangre, que será destinada a los heridos de Alepo. Bajo el eslogan “Viva Alepo, Alepo está sangrando”, los activistas cristianos invitan a los ciudadanos a unirse y donar. Fuentes de la nunciatura entrevistadas por AsiaNews confirman la “preocupación” por la situación en el norte del país. Por eso, esta noche a las 20 horas, se ha programado una vigilia de oración por la paz en Alepo y en toda Siria. “Ayer también el Papa ha rezado por las naciones que sufren –refiere la fuente eclesiástica-, por lo tanto, nuestra tarea es acoger este llamado y volver a proponer la oración, estando cerca de quienes sufren, y al mismo tiempo seguir siendo siempre un sostén para todos”.(DS)

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