06/03/2015, 00.00
JAPÓN
Enviar a un amigo

Obispos japoneses: Con el Papa Francisco contra el retorno a una "mentalidad de guerra"

Los prelados publicar el mensaje en conmemoración de los 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial: "Tenemos una especial vocación por la paz, no por política, sino por el remordimiento de lo que Japón ha hecho antes y después de la guerra". Como siempre nos recuerda el pontífice "el mundo está dominado por la globalización de los negocios y el sistema financiero. Las desigualdades siguen aumentando y los pobres están excluidos. Si queremos lograr la paz, esta situación tiene que cambiar". El texto completo del mensaje.

Tokio (AsiaNews) - La globalización económica, el aumento de la desigualdad social, el terrorismo rampante "es un fenómeno de masas que ha afectado a todo el mundo. Nosotros, los obispos japoneses tenemos una especial vocación por la paz, y esta realidad amenaza con destruirla. Seguimos al Papa Francisco y repensamos nuestras posiciones". Es el sentido del mensaje publicado en los últimos días por la Conferencia de Obispos japoneses con motivo de los 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial. A continuación el texto completo, titulado "70 años después de la guerra. Bienaventurados los pacificadores, - Sobre todo ahora, la paz no debe depender de las armas" (traducción de AsiaNews).

A nuestros hermanos y hermanas en Cristo y todos aquellos que quieren la paz

La Conferencia Episcopal de Japón ha publicado algunos mensajes con motivo del aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, tanto en 1995 ("Resolución por la Paz - el 50º aniversario del final de la guerra"); en 2005 ("Mensaje de la paz después de 60 años del final de la Segunda Guerra Mundial - el camino de la paz basada en la no violencia - ahora es el momento de ser proféticos"). Este año, al celebrar el 70 aniversario del final de la guerra, queremos declarar una vez más nuestro compromiso con la paz.

1. La Iglesia no puede permanecer en silencio frente a la amenaza de la vida y la dignidad humana

Para la Iglesia Católica es un año importante, porque estamos celebrando el 50º aniversario del final del Concilio Vaticano II (1962-1965).

En la primera mitad del siglo XX, la Iglesia se ha centrado en la experiencia de dos guerras mundiales y el genocidio contra los Judíos llevada a cabo por la Alemania nazi. Reflexionando sobre estas tragedias, la Iglesia no puede encerrarse en sí misma con cuestiones puramente "religiosas". Hemos comprendido que los problemas de la humanidad son nuestros problemas. Comenzando con las siguientes palabras, la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, publicado a finales del Concilio Vaticano II, es un claro ejemplo de este punto de vista: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y preocupaciones de la gente de este tiempo, especialmente de aquellos que son pobres o que sufren por alguna razón, son los gozos y esperanzas, tristezas y preocupaciones de los seguidores de Cristo. De hecho, todo lo humano se hace eco en su corazón".

La Iglesia se ha enfrentadote modo activo a asuntos de la vida y la dignidad humana, en particular, de los excluidos y oprimidos, desde el final del Concilio Vaticano II hasta hoy, con el pontificado del Papa Francisco.

2. La decisión de repudiar la guerra

El gobierno colonial japonés en la península coreana hasta 1945, así como diversos actos de agresión contra China y otros países asiáticos, ha causado un gran sufrimiento y sacrificio entre las poblaciones. La Segunda Guerra Mundial fue una experiencia horrible para el pueblo japonés. Comenzada el 10 de marzo 1945 con ataques aéreos sobre la ciudad de Tokio, la guerra se ha llevado a cabo con bombardeos a gran escala que han afectado a muchas ciudades de Japón. Además de varias víctimas en las tropas japonesas y extranjeras durante la batalla de la tierra en Okinawa, incluso la población civil ha sufrido mucho. Luego, al final tuvimos los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945. Estos eventos trágicos han provocado la aparición de un deseo de paz que ha sido codificado en la Constitución de Japón, que fue aprobado en 1946: es basado en la soberanía del pueblo, el repudio de la guerra y el respeto de los derechos humanos fundamentales. A raíz de esta constitución basada en la paz, Japón ha tenido problemas para construir lazos de confianza y amistad con las naciones de Asia.

La Iglesia católica en el mundo - en el contexto de la guerra fría y la posterior caída del Muro de Berlín - siempre ha mostrado claramente su oposición a la carrera armamentista y el uso de las armas para resolver las disputas.

En su encíclica Pacem in Terris, el Papa Juan XXIII dijo: "En un momento en el que se jacta de su poder atómico, no tiene sentido argumentar que la guerra es una simple herramienta con la cual remediar la violación de la justicia". El Concilio Vaticano II en la Gaudium et Spes se opuso a la carrera de armamentos y llamó a la consecución de la paz que no se debe confiar en la fuerza militar. En su "Llamamiento por la Paz", celebrada en Hiroshima en 1981, el Papa Juan Pablo II ha mostrado una clara renuncia a la guerra cuando dijo: "La guerra es fruto del hombre. La guerra es la destrucción de la vida humana. La guerra es la muerte".

Es automático que nosotros los obispos japoneses respetemos los ideales pacifistas de la Constitución de Japón, dados nuestros orígenes históricos. Para los cristianos, el rechazo a la guerra es requerido por el Evangelio de Cristo. El respeto a la vida es un ideal que no puede ser abandonado por la gente de fe y debe ser fuertemente apoyada por toda la humanidad.

3. La vocación por la paz de la Iglesia japonesa

La Conferencia Episcopal de Japón saben que tiene una especial vocación por la paz. Esta vocación no se basa en ninguna ideología política. Seguimos orando por la paz no como una cuestión política, sino como un hecho humano. Nuestra conciencia de esta vocación ha sido influenciada, sin duda, de los horrores infligidos por las armas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, pero también surgió de lo más profundo remordimiento acerca de la posición de la Iglesia en Japón antes y durante la guerra.

Durante la misa celebrada en Tokio el 26 de septiembre 1986, en ocasión de la Asamblea Plenaria de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC), el entonces Arzobispo de Tokio, Mons. Shirayanagi hizo la siguiente declaración: "Nosotros, los obispos católicos de Japón, como japoneses y miembros de la Iglesia Católica en Japón, sinceramente pedimos perdón a Dios y a nuestros hermanos y hermanas en Asia y la región del Pacífico de la tragedia causada por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Como parte involucrada en la guerra, compartimos la responsabilidad de más de 20 millones de víctimas en Asia y el Pacífico. Nosotros también tenemos profundo remordimiento por haber dañado la vida y cultura de los pueblos de estas regiones. El trauma de todo todavía no se ha sanado".

No eran las palabras de un sencillo obispo. Hablaba como el presidente de la Conferencia Episcopal, con lo que era la opinión de todo el conjunto. Como se dijo al comienzo, los dos mensajes por el 50avo y el 60avo aniversario del final de la guerra, los obispos han continuado reflexionando sobre la cuestión de la responsabilidad de la Iglesia antes y durante la guerra y desde esta posición han expresado su determinación a favor de paz.

4. Problemas tales como la comprensión de la historia y el uso de la legítima defensa colectiva

70 años después de la guerra la memoria de ella se está desvaneciendo, junto con recuerdos de dominio colonial japonés y la agresión con sus crímenes contra la humanidad. Ahora está emergiendo la petición de reescribir la historia de aquellos tiempos, negando lo que realmente sucedió. El actual gobierno está tratando de aprobar leyes que protegen los secretos de Estado, permitiendo el derecho a la autodefensa colectiva y modificando el artículo 9 de la Constitución para permitir el uso de la fuerza militar en el exterior.

Al mismo tiempo, no podemos dejar de señalar el creciente nacionalismo no sólo en Japón, sino entre los gobiernos de otros países en esta área del mundo. Cuando surgen tensiones entre las naciones, para asegurar la estabilidad regional se vuelve importante el firme compromiso de mejorar las relaciones a través del diálogo y la negociación en lugar de aumentar el compromiso militar.

La situación en Okinawa tiene particulares y graves problemas desde el punto de vista interno.

En comparación con el resto del país, el número de bases militares es especialmente alto. Se ha iniciado la construcción de una nueva base, contra la voluntad de los ciudadanos de la prefectura. Esto demuestra una actitud que da prioridad a las armas y no tiene en cuenta la población y los esfuerzos para construir la paz.

5. En medio de las graves crisis que enfrenta el mundo de hoy

Mirando el mundo de hoy, las tragedias del conflicto militar y del terrorismo se producen continuamente en muchos lugares. Cada vez más en todo el mundo, más allá de los conflictos entre las naciones y los grupos étnicos, la violencia en nombre de la religión parece hacer imposible el diálogo. En esta situación se encuentran amenazados principalmente las mujeres, los niños y las minorías étnicas y religiosas y muchos de ellos pierden la vida.

Frente a esta tendencia destructiva general, el Papa Francisco expresó su preocupación por lo que algunos llaman "III Guerra Mundial", en lugar de asegurarse de no repetir los errores del pasado. El mundo se enfrenta a las crisis de tal manera que la gente no puede dejar de preguntarse si la fuerza es la respuesta correcta. ¿Qué pasó con el respeto por la humanidad? De cualquier modo, responder a la violencia con la violencia sólo puede conducir a la destrucción de la humanidad.

El mundo está dominado por la globalización de los negocios y el sistema financiero. Las desigualdades siguen aumentando y los pobres están excluidos. La actividad económica del hombre está causando el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad. Si queremos lograr la paz, esto debe cambiar. No podemos ignorar los problemas de la pobreza y del ambiente produciendo desigualdades y exclusión. Cada uno de nosotros está llamado a superar nuestra indiferencia hacia los problemas del mundo y cambiar nuestras vidas. No podemos resolver todos los problemas del mundo a la vez, pero podemos seguir trabajando pacientemente por la paz y el entendimiento mutuo.

En conclusión

Recordamos las palabras del Papa Juan Pablo II en su "Llamamiento por la Paz" en Hiroshima: "La paz debe ser siempre la meta: paz perseguida y protegida en cualquier circunstancia. No repitamos el pasado, un pasado de violencia y destrucción. Embarquémonos en la ardua y difícil senda de la paz, la única senda que conviene a la dignidad humana, la única senda que conduce a la verdadera plenitud del destino humano, la única senda para un futuro en el cual la equidad, la justicia y la solidaridad sean realidades y no precisamente lejanos sueños.".

Nos sentimos alentados por las palabras de Jesucristo: "Bienaventurados los pacificadores" (Mateo 5: 9). A 70 años después del final de la guerra y 50 años después del final del Concilio Vaticano II renovamos nuestra determinación de buscar la paz y trabajar por la paz. Nosotros los católicos en Japón somos pocos en número, pero junto con otros cristianos, los fieles de otras religiones y colores de todo el mundo que quieren la paz, renovamos nuestro compromiso de trabajar para que la paz sea una realidad.

 

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
El Papa publica el Mensaje por la Paz 2017: La no violencia, estilo de una política para la paz
12/12/2016 14:21
Papa: el "derecho fundamental" al trabajo "no puede ser considerada como una variable dependiente de los mercados financieros y monetarios"
02/10/2014
Elecciones en Tokio: los datos dan la victoria a los demócratas liberales, pero retroceden
30/10/2021 11:53
Papa: El hombre nos es dueño del tiempo, que pertenece a Dios
26/11/2013
Papa: la paz es el don de la propia vida y se la debe buscar siempre y de todas maneras
15/04/2020 12:30


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”