02/09/2016, 17.06
VATICANO - SIMPOSIO – ASIA
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P. Brambillasca: Madre Teresa enseña al Pime la misión vivida con “alegría y serenidad”

de Ferruccio Brambillasca*

La relación entre la santa de Calcuta y el Instituto misionero nace en 1973. El “profundo interés” de Madre Teresa “por el otro, el prójimo”. De Camboya a Brasil, las misiones iniciadas o crecidas gracias a la colaboración entre las Misioneras de la Caridad y los sacerdotes del Pime. La intervención completa del Superior General del Pime en el Simposio de AsiaNews.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La misión “nace y vive” a través de una verdadera “experiencia de Dios en la fe y en la oración”. La prioridad es “amar a los pobres, los marginadas y los últimos”. Además, la vocación misionera debe ser vivida con “alegría y serenidad”. Es cuánto subrayó el p. Ferruccio Brambillasca, Superiro General del Pontificio Misiones Extranjeras (Pime), narrando la enseñanza dejada por madre Teresa a cuántos obran en la misión. A continuación, la intervención completa del p. Brambillasca en el Simposium de AsiaNews, dedicado a madre Teresa.

Queridísimos:

En el saludar a todos vosotros que participáis en este Simposium, quisiera brevemente recordar la figura de Madre Teresa en relación con mi Instituto, el Pontificio Instituto Misiones Extranjeras-PIME.

Ante todo, quisiera compartir con vosotros el gran don recibido durante mi personal experiencia de trabajo en India como formador en el seminario del Pime en Pune, habiendo encontrado diversas veces a las hermanas de Madre Teresa (donde nuestros seminaristas desarrollaban una experiencia de caritativa) y la misma Madre Teresa.

Todavía recuerdo el encuentro con Madre Teresa como si fuese hoy. Junto a otro co-hermano, me encontraba en Calcuta y habíamos decidido visitar, sin haber dado ningún preaviso, la casa y las obras de las hermanas de Madre Teresa. Entre otras cosas, me encontraba personalmente en un período muy difícil porque el gobierno indio me había pedido que dejase inmediatamente el país, dado que mi visa no podía ser renovada. Además deseaba tanto encontrar a Madre Teresa antes de abandonar India, ¡y así fue!

En esos días Madre Teresa estaba de Ejercicios Espirituales con sus hermanas, pero, apenas supo que dos misioneros deseaban encontrarla aunque sea brevemente, dejó el lugar de los Ejercicios y vino a recibirnos. Inmediatamente nos preguntó quiénes éramos, por qué estábamos en India, si teníamos problemas con la visa- y le dije inmediatamente que justamente en esos días no me habían renovado la visa de permanencia en India-problemas con la comida y el clima indio. Nosotros, al final, que queríamos saber algo sobre ella y sobre su vida, nos dimos cuenta que las cosas se dieron vuelta: fue la Madre Teresa que se interesó sobre nosotros, sobre nuestra vocación, nuestra vida, demostrándonos su profundo y sentido interés ¡por el otro, por el prójimo!

Durante mis visitas a las misiones del Pime, me encontré diversas veces con las hermanas de madre Teresa. Recuerdo en modo especial a las hermanas que viven cerca de nuestra parroquia de Port Moresby y las que viven en la diócesis de Vanimo (ambos lugares en Papúa Nueva Guinea); las hermanas que trabajan en la diócesis de Parintins (Brasil) en el río Amazonas y además las hermanas que junto al Pime abrieron una nueva misión en Camboya, justo hace 25 años.

En todas estas comunidades-y también en las otras que no mencioné-siempre he encontrado mucha acogida, disponibilidad en trabajar para y con los pobres, oración, pobreza y simplicidad de vida. Además, siempre admiré una característica especial presente en las hermanas: verdadera alegría y profunda en el vivir la misión.

Incluso en mi experiencia misionera en Japón, así como de haber conocido y apreciado las actividades de las hermanas de la Madre Teresa que trabajan en Tokio, debo expresar mi gratitud al Señor porque, en la parroquia donde viví y trabajé (siempre en la diócesis de Tokio) , ha florecido vocación religiosa de una joven mujer japonesa que ha decidido unirse a la comunidad de las hermanas de la Madre Teresa. Creo que es importante decir esto porque la vocación de esta joven es una señal concreta de que el encanto y el carisma de la Madre Teresa no tiene límites, incluso en un país como Japón, donde los cristianos son una pequeña minoría y las vocaciones a la vida religiosa son muy pocos.

Por supuesto, la relación de la PIME y la Madre Teresa, sobre todo en Italia, tiene una larga historia que comenzó en 1973, cuando, por primera vez, la Madre Teresa llegó a Italia por invitación de los misioneros del PIME para participar en una marcha por las calles Milán: ¡lo que se convertiría en la primera vigilia misionera! Desde entonces, los encuentros de los misioneros del PIME con la Madre Teresa y "sus" hermanas han sido innumerables y no han terminado.

¿Qué enseña hoy la Madre Teresa a nosotros los misioneros del PIME, dispersos en diversas partes del mundo y comprometidos con el anuncio del Evangelio en las diversas culturas?

Creo que la Madre Teresa nos enseña muchas cosas diferentes, enumeramos brevemente algunos de ellos:

  • La misión nace y vive a través de una experiencia real de Dios en la fe y en la oración. La vida, el testimonio de la Madre Teresa para nosotros los misioneros por encima de todo es esto, ¡sin duda alguna! La misión, parece decirnos también la Madre Teresa, no puede tener otros orígenes o fuentes si no el hecho de que uno ha experimentado el Dios vivo y que Dios vivo llama a cada uno a ser misionero y Su testigo.
  • La prioridad de amar a los pobres, los marginados, los últimos, en primer lugar y sobre todo en nuestras misiones, en cualquier lugar donde nos encontramos, desde el pequeño pueblo de Guinea Bissau a la gran metrópoli de Hong Kong. Estoy convencido de que este recurso de la Madre Teresa es esencial para nosotros los misioneros, incluso y sobre todo en algunas misiones en las que trabajamos, en los que podría parecer que el llamado "último" no existe o no se puede hacer mucho por ellos. Este enfoque de amor por los pobres, tan fuerte y esencial en la vida de la Madre Teresa, nos desafía a revisar nuestra misión y nuestra presencia.
  • Por último, la alegría y la serenidad en vivir nuestra vocación misionera, también, a veces, cuando la misión se ve fatigosa y difícil. Encontrando a la Madre Teresa y visitando las comunidades de las Misioneras de la Caridad, siempre me di cuenta, con gran asombro, la alegría y la serenidad presente en ellas, una señal de que el protagonista del suyo y nuestro trabajo y misión es y sigue siendo Dios. Pienso que nosotros también misioneros debemos recuperar estos dos realidades - alegría y serenidad - frente a una misión que cambia y parece que cada vez es más difícil e incierta. Que la Madre nos acompañe a darnos cuenta de este nuestro propio deseo.

Concluyo agradeciendo al padre Bernardo Cervellera, misionero del PIME y director de AsiaNews, junto con todo su personal, por la organización de este Simposio, en vísperas de la canonización de la Madre Teresa. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a los que han intervenido e intervendrán durante este Simposio, y agradezco a todos ustedes por su participación y su atención.

Gracias.

(* Superior General del PIME)

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