17/12/2014, 00.00
VATICANO
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Papa: Dios "convierta los corazones de los violentos que no se detienen ni delante de los niños"

Una oración "por las víctimas de actos terroristas inhumanos en los últimos días en Australia, Pakistán y Yemen". Bailarines de tango, un pastel y saludos en todos los idiomas en los 78 años de Francis. Las "meditaciones" sobre la familia durante las audiencias generales se insertan en el camino en el cual el Sínodo Extraordinario de octubre", fue el primer paso".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Oremos "por las víctimas de actos terroristas inhumanos en los últimos días en Australia, Pakistán y Yemen. El Señor los acoja en su paz a los muertos, conforte sus familias, y convierta los corazones de los violentos que no se detienen incluso delante de los niños". Terminó así, hoy, la audiencia general que se inició con el signo de la celebración por el cumpleaños 78º de Francisco. Deseos cantadas en diferentes idiomas de los grupos y precedidos de un tango bailado por unas tres mil personas, que ha divertido a Francisco. Y un grupo de religiosos argentinos ha llevado una torta helada en blanco y azul, los colores de su país. Francisco ha soplado para apagar las velas. Pero después no comió la rebanada que se le ofreció acompañada de un mate.

Deseos aparte, la catequesis del Papa se dedicó todavía a la familia y en el propósito de Francisco pidió que las "meditaciones" del miércoles ese inserten en el camino en que el Sínodo extraordinario de Octubre "fue el primer paso", que finalizará en 'próximo mes de octubre con la celebración de otra Asamblea sobre el tema "Vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo".

Y hoy, subrayó en la "elección" de Dios para nacer en una familia humana, una familia "normal", de la que "redescubrirá la vocación y la misión de la familia, de cada familia. Y, como sucedió en los treinta años de Nazaret, así puede suceder para nosotros: para convertirse en amor normal, no odio, para hacer la ayuda mutua común, no la indiferencia o la hostilidad".

"La encarnación del Hijo de Dios - dijo - abre un nuevo comienzo en la historia universal del hombre y la mujer, y este nuevo comienzo sucede dentro de una familia, en Nazaret. Jesús nació en una familia. Él podía venir.... como un guerrero, un emperador... No, no: viene como un hijo... en una familia. Esto es importante; ver en el pesebre esta escena tan hermosa".

"Dios quiso nacer en una familia humana, que ha formado Él mismo. La ha formado en una aldea remota de las afueras del Imperio Romano. No en Roma, que era la principal ciudad del Imperio, no en una gran ciudad sino en una periferia casi invisible, de hecho, bastante infamante. Lo recuerdan los Evangelios, casi como una forma de decir, "¿de Nazaret puede salir algo bueno". Tal vez, en muchas partes del mundo, todavía hablamos de nosotros mismos así, cuando escuchamos el nombre de algún lugar periférico de una gran ciudad. Bueno, a partir de ahí, desde la periferia del gran imperio, inició la más sagrada historia y más buena, ¡la de Jesús entre los hombres! Y allí estaba esta familia".

"Jesús permaneció en esa periferia por más de treinta años. El evangelista Lucas resume este periodo así: "...vivía sujeto a ellos, es decir a María y José.  Pero uno dice: ¿pero este Dios que viene a salvarnos ha perdido treinta años allí, en aquella periferia de mala fama? ¡Ha perdido treinta años! Y Él ha querido esto. El camino de Jesús estaba en esa familia. La madre conservaba todas estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres." (2, 51-52). No se habla de milagros o curaciones, de predicaciones - no hizo ninguna en aquel tiempo - no se habla de predicaciones, de muchedumbres que se aglomeran; en Nazaret todo parece suceder "normalmente", según las costumbres de una pía y trabajadora familia israelí: se trabajaba, la mamá cocinaba, hacía todas las cosas de la casa, planchaba las camisas...todas cosas de mamá. El papá, carpintero, trabajaba, enseñaba al hijo a trabajar. Treinta años: "¡pero que desperdicio padre! Pero, nunca se sabe. Los caminos de Dios son misteriosos. ¡Pero aquello era importante, allí estaba la familia! ¡Y eso no era un desperdicio, eh! Eran grandes santos: María, la mujer más santa, inmaculada, y José, el hombre más justo. La familia".

" Ciertamente estaríamos enternecidos por el relato de cómo Jesús adolescente afrontaba los encuentros de la comunidad religiosa y los deberes de la vida social; en el conocer cómo, cuando era un joven obrero, trabajaba con José; y luego su modo de participar en la escucha de las Escrituras, en la oración de los salmos y en tantas otras costumbres de la vida cotidiana. Los Evangelios, en su sobriedad, no refieren nada acerca de la adolescencia de Jesús y dejan esta tarea a nuestra afectuosa meditación. El arte, la literatura, la música han recorrida esta vía de la imaginación. Ciertamente, ¡no es difícil imaginar cuánto las mamás podrías aprender de los cuidados de María por el hijo! ¡Y cuánto los papás podrían ganar del ejemplo de José, hombre justo, que dedicó su vida a sostener y a defender el niño y la esposa - su familia - en los momentos difíciles! ¡Y no digamos cuánto los jóvenes podrían ser alentados por Jesús adolescente a comprender la necesidad y la belleza de cultivar su vocación más profunda y de soñar a la grande! Y Jesús ha cultivado en aquellos treinta años su vocación por la cual el Padre lo ha enviado, ¿no? El Padre Dios. Jesús jamás en aquel tiempo se desalentó, sino que creció en coraje para seguir adelante con su misión".

"Cada familia cristiana - como hicieron María y José -  puede en primer lugar acoger a Jesús, escucharlo, hablar con Él, custodiarlo, protegerlo, crecer con Él;  y así mejorar el mundo. Hagamos espacio en nuestro corazón y en nuestras jornadas al Señor. Así hicieron también María y José, y no fue fácil: ¡cuántas dificultades tuvieron que superar! No era una familia fingida, no era una familia irreal. La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de la familia, da toda familia. Y como sucede en aquellos treinta años en Nazaret, así puede suceder también para nosotros: hacer que se transforme en normal el amor y no el odio, hacer que se transforme común la mutua ayuda, no la indiferencia o la enemistad. Entonces, no es casualidad, que Nazaret signifique "Aquella que custodia", como María, que - dice el Evangelio "... conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón." (cfr Lc 2, 19-51)). Desde entonces, cada vez que hay una familia que custodia este misterio, aunque esté en la periferia del mundo, el misterio del Hijo de Dios, el misterio de Jesús que viene a salvarnos, está obrando. Y viene para salvar al mundo".

"Y ésta - ha concluido - es la grande misión de la familia: hacer lugar a Jesús que viene, recibir a Jesús en la familia, en la persona de los hijos, del marido, de la esposa, de los abuelos, porque Jesús está allí. Recibirlo allí, para que crezca espiritualmente en esa familia. Que el Señor nos de esta gracia en estos últimos días antes de Navidad. Gracias".

 

 

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