26/11/2014, 00.00
VATICANO
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Papa: El Paraíso, "más que un lugar" es un "estado" en el que se cumplirán las expectativas más profundas

"No, por lo tanto, una aniquilación del universo y todo lo que nos rodea, sino un llevar todo a la plenitud del ser, de la verdad, de la belleza". "Del próximo viernes al domingo viajaré a Turquía en viaje apostólico. Os invito a todos a orar para que esta visita de Pedro a su hermano Andrés, lleve frutos de paz, diálogo sincero entre las religiones y la concordia a la nación turca".

Ciudad del Vaticano (Asianews) - El Paraíso, " más que un lugar, es un" estado "en el que nuestras expectativas más profundas serán cumplidas de manera abundante y nuestro ser como criaturas y como hijos de Dios, alcanzará la plena maduración". Del "último paso" hacia la "Jerusalén celestial" el Papa Francisco habló hoy en la catequesis de la audiencia general, a partir de la declaración del Concilio, que "la Iglesia no es una realidad estática, detenida, con fin en sí misma, sino que está continuamente en camino en la historia, hacia la meta última y maravillosa que es el Reino de los cielos, del cual la Iglesia en la tierra es el germen y el inicio".

Para las 15 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro a pesar de la amenaza de lluvia - " Un poco feo el día, pero ustedes son valientes, esperamos para orar juntos", dijo Francesco al comienzo del encuentro - el Papa ha recordado que el pasaje de la Lumen Gentium 39, donde dice: "Ignoramos el tiempo en que se hará la consumación de la tierra y de la humanidad. Tampoco conocemos de qué manera se transformará el universo. La figura de este mundo, deformada por el pecado, pasa, pero Dios nos enseña que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra donde habita la justicia y cuya bienaventuranza es capaz de saciar y rebasar todos los anhelos de paz que surgen en el corazón humano". "Seremos finalmente revestidos de la alegría, de la paz y del amor de Dios en modo completo, sin más ningún límite, y estaremos cara a cara con Él".

"En esta perspectiva - continuó - es bello percibir cómo hay una continuidad y una comunión de fondo entre la Iglesia que está en el cielo y aquella todavía en camino sobre la tierra. Aquellos que ya viven en la presencia de Dios, de hecho, nos pueden sostener e interceder por nosotros, rezar por nosotros. Por otro lado, también nosotros estamos siempre invitados a ofrecer buenas acciones, oraciones y la Eucaristía misma para aliviar las tribulaciones de las almas que todavía están esperando la beatitud sin fin. Sí, porque en la perspectiva cristiana, la distinción no es más entre quien ya está muerto y que todavía no lo está, sino entre quien está en Cristo y quién no lo está. Éste es el elemento determinante, realmente decisivo para nuestra salvación y para nuestra felicidad.

3. Al mismo tiempo, la Sagrada Escritura nos enseña que el cumplimiento de este diseño maravilloso no puede no interesar también todo aquello que nos rodea, y que ha salido del pensamiento y del corazón de Dios. El apóstol Pablo lo afirma explícitamente, cuando dice que también "la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios". (Rom 8,21). Otros textos utilizan la imagen del "cielo nuevo" y la "tierra nueva" (cf. 2 P 3,13; Ap 21,1), en el sentido de que todo el universo será renovado y liberado de una vez para siempre de todos los rastros del mal y de la misma  muerte. Lo que se prospecta, como cumplimiento de una transformación que en realidad ya está en acto a partir de la muerte y resurrección de Cristo, es por lo tanto una nueva creación; no una aniquilación del cosmos y de todo lo que nos rodea, sino que es llevar cada cosa a su plenitud de ser, de verdad, de belleza. Este es el diseño que Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, desde siempre quiere realizar y está realizando".

"Ccuando pensamos en estas maravillosas realidades que nos esperan concluyó -  nos damos cuenta del maravilloso don que es pertenecer a la Iglesia, que lleva inscrita una vocación altísima. Pidamos entonces a la Virgen María, Madre de la Iglesia, que vigile siempre sobre nuestro camino y nos ayude a ser, como ella, un signo gozoso de confianza y esperanza entre nuestros hermanos".

En su saludo en italiano, por último, el Papa pidió oraciones para su próximo viaje a Turquía. "Como ustedes saben - dijo -. del próximo viernes al domingo viajaré a Turquía en Viaje Apostólico. Invito a todos a orar para que esta visita de Pedro a su hermano Andrés, lleve frutos de paz, diálogo sincero entre las religiones y la concordia a la nación turca".

 

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