18/12/2018, 14.28
VATICANO
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Papa: como San José, no perdamos la capacidad de soñar

“El sueño es un lugar privilegiado para buscar la verdad, porque allí no nos defendemos de la verdad. Vienen, y... Y Dios también habla en los sueños. No siempre, porque lo habitual es que sea nuestra conciencia la que acude, pero muchas veces Dios elige hablar en los sueños”. 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “José es el hombre que sabe acompañar en silencio” y es “hombre de sueños”.  Francisco definió de esta manera las características de San José, en la homilía de la misa celebrada en la Casa Santa Marta, durante la cual se rezó por los niños discapacitados de Eslovaquia, que confeccionaron los adornos para el árbol de Navidad colocado junto al altar.

En las Sagradas Escrituras, conocemos a José como “un hombre justo, observante de la ley, un trabajador, humilde, enamorado de María”. En un primer momento, ante lo incomprensible “prefiere hacerse a un lado”, pero luego “Dios le revela su misión”. Y de esta manera, José abraza su tarea, su rol, y acompaña el crecimiento del Hijo de Dios “en silencio, sin juzgar, sin hablar mal, sin parlotear”. “Ayudar a crecer, a desarrollarse. Así, buscó un lugar para que el hijo naciese; lo cuidó; lo ayudó a crecer; le enseñó el oficio: muchas cosas… En silencio. Jamás se apropió del hijo: dejó que creciera en silencio. Deja crecer: estas palabras nos ayudarían tanto a nosotros, que por naturaleza siempre queremos meter las narices en todo, sobre todo en la vida ajena, ‘¿Y por qué hace eso? ¿Por qué tal cosa…?’. Y comenzamos a parlotear, a decir… Y él deja crecer. Custodia. Ayuda, pero en silencio”.

Una actitud sabia, que el Papa reconoce en tantos padres: la capacidad de esperar, sin regañar enseguida, aún frente a un error. Es fundamental saber esperar, antes de decir la palabra que permita hacer crecer. Esperar en silencio, como hace Dios con sus hijos, con los que tiene tanta paciencia.

Luego, al comentar el pasaje del Evangelio (Mateo 1,18-24) en el cual el ángel se aparece a José en sueños, Francisco dijo que San José era un hombre concreto, pero con el corazón abierto, un “hombre de sueños”, no un “soñador”. “El sueño es un lugar privilegiado para buscar la verdad, porque allí no nos defendemos de la verdad. Vienen, y... Y Dios también habla en los sueños. No siempre, porque lo habitual es que acuda nuestro inconsciente, pero Dios muchas veces elige hablar en los sueños. Lo hizo muchas veces, en la Biblia se ve, ¿no? En sueños. José era hombre de sueños, pero no era un soñador, ¿eh? No era un fantasioso. Un soñador es otra cosa; es aquello que cree... va… está en los aires, y no tiene los pies sobre la tierra. José tenía los pies sobre la tierra. Pero era abierto”.

Francisco concluyó pidiendo que no perdamos la capacidad de soñar, la capacidad de abrirse al mañana con confianza, a pesar de las dificultades que puedan surgir. “No perder la capacidad de soñar el futuro: cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros: soñar con nuestra familia, con nuestros hijos, con nuestros padres. Mirar cómo querría yo que marchase su vida. Los sacerdotes también: soñar con sus fieles, sobre lo que queremos para ellos. Soñar como sueñan los jóvenes, que son “desinhibidos” a la hora de soñar,  y allí encuentran un camino. No perder la capacidad de soñar, porque soñar es abrir las puertas al futuro. A ser fecundos en el futuro”. 

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