25/01/2014, 00.00
VATICANO
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Papa: el camino ecuménico nos ha permitido profundizar nuestra comprensión del ministerio petrino

Al concluir la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Papa Francisco dice que "no podemos considerar las divisiones en la Iglesia como algo natural e inevitable"". Cristo, queridos amigos, ¡no puede ser dividido! Esta convicción debe sostenernos y animarnos a perseverar con humildad y confiar en el camino hacia el restablecimiento de la plena unidad visible de todos los creyentes en Cristo".

Roma (AsiaNews) - "Hoy el ministerio petrino no puede ser plenamente comprendido sin esta apertura al diálogo con todos los creyentes en Cristo. Podemos decir también que el camino ecuménico nos ha permitido llegar a una comprensión más profunda del ministerio del Sucesor de Pedro, y tenemos que estar seguros de que seguirá haciéndolo en el futuro".  "El camino de la unidad" agradeciéndole a Dios por todos los progresos y "sin ocultar las dificultades" se encontraba en el centro de la reflexión el Papa Francisco mientras cerraba la 47 ª semana de Oración por la Unidad de los Cristianos sobre el tema: "¿Se ha dividido Cristo" (cf. 1 Corintios 1:1-17 ).

En la Basílica de St. Pablo Extramuros, donde se celebra tradicionalmente las segundas Vísperas de la solemnidad de la Conversión del Apóstol san Pablo, el Papa recordó la exhortación de Pablo a los cristianos de Corinto que deben estar unidos en  «en nombre de nuestro Señor Jesucristo», a ser unánimes en el hablar, para que no haya divisiones entre ellos, sino que estén perfectamente unidos en un mismo pensar y un mismo sentir (cf. v. 10). La comunión de la que el Apóstol habla, sin embargo, no puede ser el fruto de estrategias humanas. La perfecta unión entre hermanos sólo puede venir de mirar a la mente y el corazón de Jesucristo"."Sólo Cristo puede ser el principio, la causa y el motor de nuestra unidad".

"Cuando estamos en su presencia, nos hacemos aún más conscientes de que no podemos considerar las divisiones en la Iglesia como un fenómeno en cierto modo natural, inevitable en cualquier forma de vida asociativa. Nuestras divisiones hieren su cuerpo, dañan el testimonio que estamos llamados a dar en el mundo". Francisco entonces recordó el Decreto del Concilio Vaticano II sobre el ecumenismo (UR, 1), para el que " Esta división contradice clara y abiertamente la voluntad de Cristo, es un escándalo para el mundo y perjudica a la causa santísima de predicar el Evangelio a toda criatura". "¡Todos nosotros hemos sido dañados por las divisiones! ¡Ninguno de nosotros queremos llegar a ser un escándalo! Y por esto todos nosotros caminamos juntos, fraternamente, por el camino hacia la unidad".

 "Esta certeza debe animarnos y sostenernos para continuar con humildad y confianza en el camino hacia el restablecimiento de la plena unidad visible de todos los creyentes en Cristo. Me es grato recordar en este momento la obra de dos grandes Papas: los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II. Tanto uno como otro fueron madurando durante su vida la conciencia de la urgencia de la causa de la unidad y, una vez elegidos como Obispos de Roma, han guiado con determinación a la grey católica por el camino ecuménico. El papa Juan, abriendo nuevas vías, antes casi impensables. El papa Juan Pablo, proponiendo el diálogo ecuménico como dimensión ordinaria e imprescindible de la vida de cada Iglesia particular. Junto a ellos, menciono también al papa Pablo VI, otro gran protagonista del diálogo, del que recordamos precisamente en estos días el quincuagésimo aniversario del histórico abrazo en Jerusalén con el Patriarca de Constantinopla, Atenágoras".

"La obra de estos predecesores míos ha conseguido que el aspecto del diálogo ecuménico se haya convertido en una dimensión esencial del ministerio del Obispo de Roma, hasta el punto de que hoy no se entendería plenamente el servicio petrino sin incluir en él esta apertura al diálogo con todos los creyentes en Cristo. También podemos decir que el camino ecuménico ha permitido profundizar la comprensión del ministerio del Sucesor de Pedro, y debemos confiar en que seguirá actuando en este sentido en el futuro. Mientras consideramos con gratitud los avances que el Señor nos ha permitido hacer, y sin ocultar las dificultades por las que hoy atraviesa el diálogo ecuménico, pidamos que todos seamos impregnados de los sentimientos de Cristo, para poder caminar hacia la unidad que él quiere. ¡Y caminar juntos ya es hacer unidad!".

" En este ambiente de oración por el don de la unidad, quisiera saludar cordial y fraternalmente a Su Eminencia el Metropolita Gennadios, representante del Patriarcado Ecuménico, a Su Gracia David Moxon, representante del arzobispo de Canterbury en Roma, y a todos los representantes de las diversas Iglesias y Comunidades Eclesiales que esta tarde han venido aquí".

"Queridos hermanos y hermanas, oremos al Señor Jesús, que nos ha hecho miembros vivos de su Cuerpo, para que nos mantenga profundamente unidos a él, nos ayude a superar nuestros conflictos, nuestras divisiones, nuestros egoísmos, ¡y recordemos que la unidad siempre superior al conflicto! Y nos ayude a estar unidos unos a otros por una sola fuerza, la del amor, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones".

 

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