18/12/2017, 12.52
VATICANO
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Papa: ‘el gran José’ que ‘creyó y obedeció’ y así ayudó al plan de Dios

Dios le dijo “¡Levántate!”-toma a María, llévala a tu casa. Hazte cargo de la situación: ocúpate de esta situación y ve adelante’, José no fue a lo de sus amigos a consolarse, no fue al psiquiatra para que le interpretase el sueño…no: creó. Y fue para adelante”. El Señor necesitaba de él para llevar adelante “el misterio de la re-conducción del pueblo hacia la nueva Creación”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- José, hombre que “creyó” y sin buscar la ayuda de los amigos o psiquiatras, “obedeció” a Dios y de tal modo ayudó al Señor fue el centro de la homilía del Papa Francisco en la misa que celebró esta mañana en la casa santa Marta, comentando el pasaje del Evangelio de Mateo (1,18-24) en el cual se narra sobre María que estaba embarazada por obra del Espíritu Santo.

El Papa se detuvo sobre las emociones de José, cuando en María comenzaron a ser “visibles” los signos de la maternidad, una vez que volvió de la casa de Isabel: habla de las “dudas” del hombre, de su “dolor”, de su “sufrimiento”, mientras que por todo el alrededor comenzaban a murmurar “las chismosas del pueblo”. Él “no entendió” pero sabía que María era “una mujer de Dios”: así que decidió “dejarla en silencio”, no causarla “públicamente”, hasta que no “intervino el Señor”, a través de un ángel durante un sueño, que le explicó que el niño “generado en ella” venía “del Espíritu Santo”. Y así “creyó y obedeció”.

 “José luchaba en su interior. En aquella lucha sentía la voz de Dios que le decía: ‘Levántate’, ese ‘levántate’ que tantas veces, al comienzo de una misión, podemos leer en la Biblia. ‘Levántate, toma a María y llévala a tu casa. Hazte cargo de la situación, haz frente a esta situación y ve adelante’”.

“José no fue junto a sus amigos a confortarse, no fue al psiquiatra para que interpretase su sueño. No: él creyó. Y fue adelante. Afrontó la situación. ¿Pero en qué consistía esa situación? ¿De qué se hizo cargo? De dos cosas: de la paternidad y del misterio”.

 Por lo tanto José “se hizo cargo de una paternidad”. Y esto se intuye ya en la “genealogía de Jesús”, en la cual se explica cómo se pensaba que no era suya, que venía del Padre. Y llevó adelante la paternidad con todo lo que ello implicaba: no sólo sostener a María y al niño, sino también hacer crecer al niño, enseñarle el misterio, llevarlo a la madurez del hombre. ‘Hazte cargo de la paternidad que no es tuya, sino de Dios’. Y esto sin decir una palabra. En el Evangelio no hay ninguna palabra dicha por San José. El hombre del silencio, la obediencia silenciosa”.

En este sentido, es también el hombre que toma de la mano este misterio  de la re-creación y “José toma en sus manos este misterio y ofrece su ayuda: con su silencio, con su trabajo hasta el momento en que Dios lo llama a sí”.

“De este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre aprendió a decir ‘papá’, ‘padre’, a su Padre que conocía como Dios, fue gracias a que lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelanta la paternidad y el misterio, que no toma nada para sí mismo”. Es concluyó Francisco, el “gran José”, del cual Dios necesitaba para llevar adelante “el misterio de re-conducción del pueblo hacia la nueva Creación”.

    

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