29/02/2016, 12.39
VATICANO
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Papa: la salvación no proviene de los entramados clericales o políticos, sino de las “cosas pequeñas”

“Nos hará bien usar algo de tiempo –hoy, mañana- en leer las Bienaventuranzas, leer el capítulo 25 de Mateo, y estar atentos a lo que sucede en nuestro corazón: si en él hay  desprecio , y pedir al Señor la gracia de entender que la única vía de la salvación es la “locura de la Cruz”, es decir, el anonadarse del  Hijo de Dios, del hacerse pequeño.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La salvación que nos es dada por Dios no viene de “cosas grandes”, no se encuentra “en el poder, en las los entramados, en los negociados”, sino en las “cosas pequeñas”, como enseña Jesús. Fue lo que dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, comentando las lecturas del día que hablan del desprecio: la indignación de un leproso, Naamán el Siro, que pide al profeta Eliseo que lo cure, pero no aprecia la simplicidad del modo en el cual dicha curación ha de ocurrir. Y los habitantes de Nazaret se indignan ante las palabras de Jesús.

No es “como nosotros pensamos que se da la salvación, esa salvación que todos queremos”. Jesús siente el “desprecio” de los “doctores de la Ley, que buscaban las salvación en la casuística de la moral” y en tantos preceptos, pero el pueblo no confiaba en ellos. “O los saduceos, que buscaban la salvación en los compromisos con los poderes del mundo, con el Imperio…unos, con los entramados clericales, los otros, con los entramados políticos, buscaban la salvación así. Pero el pueblo tenía olfato, y no creía. Sí, creía en Jesús porque hablaba ‘con autoridad’. Pero, ¿por qué este desprecio? Porque en nuestro imaginario, la salvación debe venir de algo grande, de algo majestuoso; sólo nos salvan los poderosos, los que tienen fuerza, los que tienen dinero, los que tienen poder: éstos pueden salvarnos. ¡Y el plan de Dios es otro! Desprecian porque no pueden entender que la salvación sólo viene de lo pequeño, de la simplicidad de las cosas de Dios”.

 “Cuando Jesús hace la propuesta de las vías de la salvación, jamás habla de cosas grandes” sino “de cosas pequeñas”. Son “los dos pilares del Evangelio” que pueden leerse en Mateo, las Bienaventuranzas y, en el capítulo 25, el Juicio final, “Ven, ven conmigo porque has hecho esto”. “Cosas simples. Tú no has buscado la salvación o tu esperanza en el poder, en los entramados, en los negociados…no…has hecho simplemente esto. Y esto produce el desprecio de muchos. Como preparación  para la Pascua, os invito – también yo mismo lo haré– a leer las Bienaventuranzas y a leer Mateo 25, a pensar,  y ver si hay algo de esto que me indigna, que me quita la paz. Porque la indignación es un lujo que sólo pueden permitirse quienes son vanidosos, los orgullosos. Si al final de las Bienaventuranzas Jesús dice una palabra que parece… ‘¿Pero por qué dice esto?’. ‘Bienaventurado aquél  que no  se escandaliza de mí” que no desprecia esto, que no se indigna.

“Nos hará bien, usar un poco de tiempo –hoy, mañana- en leer las Bienaventuranzas, leer Mateo 25, y estar atentos a lo que pasa en nuestro corazón: si hay algo de desprecio, y pedir al Señor la gracia de entender que la única vía de la salvación es la “locura de la Cruz”, es decir, en anonadarse del Hijo de Dios, del hacerse pequeño. Representado, aquí, en el bautismo en el Jordán o en el pequeño pueblo de Nazaret”.

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