16/10/2016, 14.20
VATICANO
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Papa: los santos, hombres y mujeres que luchan con la oración

En la misa en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco canoniza a siete nuevos santos de Europa y América del Sur y Central. Entre estos, hay dos mártires, el "cura Brochero", muy querido por el Papa, y la carmelita Isabel de la Trinidad. "Rezar no significa refugiarse en un mundo ideal, no es evadirse en una falsa tranquilidad egoísta. Por el contrario, la oración es luchar, y dejar que el Espíritu Santo ore en nosotros". El Día mundial contra la pobreza.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Los santos son hombres y mujeres que penetran hasta el fondo en el misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos". Así, el Papa Francisco introdujo la calidad de los siete nuevos santos que fueron canonizados durante la misa en la Plaza de San Pedro. La fachada de la basílica estaba adornada con las imágenes de los nuevos santos: Salomón Leclercq (1745-1792), de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, martirizado durante la Revolución Francesa; José Sánchez del Río (1913-1928), un joven mártir durante régimen mexicano anticlerical; Manuel González García (1877-1940), obispo de Palencia, fundador de la Unión Eucarística y la Reparación de la congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret hermanas; Ludovico Pavoni (1784-1849), sacerdote, fundador de la Congregación de los Hijos de María Inmaculada; Alfonso María Fusco (1839-1910), sacerdote, fundador de la congregación de las Hermanas de San Juan Bautista; José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914), sacerdote argentino, muy cercano a la sensibilidad de Francisco; Beata Isabel de la Trinidad Catez (1880-1906), monja carmelita, cuya meditaciones sobre la Trinidad han sorprendido a teólogos como Hans Urs von Balthasar.

En su homilía, frente a 80.000 fieles, el Papa subrayó varias veces que, con la canonización, estos santos y santas "han alcanzado la meta, han tenido un corazón generoso y fiel, a través de la oración: han orado con todas sus fuerzas, lucharon, y ganaron".

El Papa se inspira en la oración de Moisés en la batalla contra Amalec (Ex. 17,8 a 13), que permitió la victoria del pueblo judío. Para mantener los brazos en alto en la oración, Moisés fue apoyado por Aarón y Hur.

"Este es el estilo de vida espiritual que nos pide la Iglesia: no para ganar la guerra, sino para ganar la paz. En el episodio de Moisés hay un mensaje importante: el compromiso de la oración necesita del apoyo del otro. El cansancio es inevitable, y en ocasiones ya no podemos más, pero con la ayuda de los hermanos, nuestra oración puede continuar, hasta que el Señor concluya su obra".

"No se vence la «batalla» de la perseverancia sin la oración. Pero no una oración esporádica e inestable, sino hecha como Jesús enseña en el Evangelio de hoy: «Orar siempre, sin desanimarse» (Lc 18,1). Este es el modo de actuar cristiano: estar firmes en la oración para permanecer firmes en la fe y en el testimonio. Y de nuevo surge una voz dentro de nosotros: «Pero Señor, ¿cómo es posible no cansarse? Somos seres humanos, incluso Moisés se cansó»”.

“Es cierto, cada uno de nosotros se cansa. Pero no estamos solos, somos parte de un Cuerpo. Somos miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, cuyos brazos se levantan al cielo día y noche gracias a la presencia de Cristo resucitado y de su Espíritu Santo. Y sólo en la Iglesia, y gracias a la oración de la Iglesia, podemos permanecer firmes en la fe y en el testimonio”.

"Este es el misterio de la oración: gritar, no cansarse y, si te cansas, pide ayuda para mantener las manos en alto. Esta es la oración que Jesús nos ha revelado y nos ha dado a través del Espíritu Santo. Orar no es refugiarse en un mundo ideal, no es evadirse en una falsa quietud egoísta. Por el contrario, orar es luchar, y dejar que también el Espíritu Santo ore en nosotros. Es el Espíritu Santo quien nos enseña a rezar, quien nos guía en la oración y nos hace orar como hijos”.

“Estos siete testigos que hoy han sido canonizados  – concluyó - ,también  han combatido con la oración la buena batalla de la fe y del amor. Por eso han permanecido firmes en la fe, con el corazón generoso y fiel. Que con su ejemplo y su intercesión, Dios nos conceda también a nosotros ser hombres y mujeres de oración; gritar día y noche a Dios, sin cansarnos; dejar que el Espíritu Santo ore en nosotros, y orar sosteniéndonos unos a otros para permanecer con los brazos en alt0, hasta que triunfe la Misericordia Divina".

Antes de la conclusión de la misa, Francisco agradeció a todos los presentes, incluyendo a las delegaciones oficiales de Argentina, España, Francia, Italia, México, los países de origen de los nuevos santos. "Que el ejemplo y la intercesión de estos testigos luminosos - dijo el Papa - apoyen los esfuerzos de cada uno en sus respectivas áreas de trabajo y servicio, por el bien de la Iglesia y la comunidad civil".

Francisco también recordó que mañana es el Día Mundial contra la pobreza. "Unamos nuestras fuerzas, morales y económicas - dijo - para luchar juntos contra la pobreza que degrada, daña y mata a muchos hermanos y hermanas, mediante la implementación de políticas serias para las familias y para el trabajo".

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