Papa: no acercarse al diablo, ‘un derrotado’, que sin embargo es capaz de morder
“Nos seduce, sabe tocar nuestra vanidad, la curiosidad y nosotros compramos todo”, o sea “caemos en la tentación”. Es, por lo tanto, “un derrotado peligroso”. “Los Padres de la Iglesia, sobre todo los místicos rusos, dicen: en el tiempo de las turbaciones espirituales, refugiarse bajo el manto de la gran Madre de Dios”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- No nos acerquemos al diablo, ni dialogar con él: es “un derrotado”, “es un encadenado que está por morir, pero es capaz de hacer estragos”, porque es el “padre de la mentira” es capaz de seducir y es como un perro rabioso encadenado. Lo dijo el Papa Francisco en la misa que celebró esta mañana en la casa Santa Marta, partiendo del pasaje evangélico de Juan (16,5-11) en el cual Jesús dice: “el príncipe de este mundo ya fue juzgado”.
“Podemos decir que está moribundo”, agregó el Papa y por lo tanto es “un derrotado”. Pero no es fácil convencerse porque “el diablo es un seductor”, “sabe qué palabras decirnos”, y a “nosotros nos gusta ser seducidos”. “Y él tiene esta capacidad; esta capacidad de seducir. Por eso es tan difícil entender que es un derrotado, porque él se presenta con gran poder, te promete tantas cosas, te trae regalos bellos, bien envueltos. ‘¡Oh! qué bello’- pero tú no sabes lo que hay allí dentro-‘Pero el envoltorio es bello’. Nos seduce con el paquete sin hacernos ver qué hay adentro. Sabe presentar sus propuestas ante nuestra vanidad, a nuestra curiosidad”.
Los cazadores dicen que no hay que acercarse al cocodrilo que está por morir porque con un golpe de cola aún te puede matar. De la misma manera, el diablo es “peligrosísimo”: se presenta con todo su poder, “las propuestas son todas mentiras”, “y nosotros, tontos, las creemos”. De hecho, el diablo, “es el gran mentiroso, el padre de la mentira”. “Sabe hablar bien”, “y es capaz de cantar para engañar”: “es un derrotado pero se mueve como un ganador”. Su luz es deslumbrante “como los fuegos artificiales” pero no dura, se desvanece, mientras que la del Señor es “suave, pero es permanente”.
El diablo, siguió diciendo Francisco: “nos seduce, sabe tocar nuestra vanidad, la curiosidad y nosotros compramos todo”, o sea “caemos en la tentación”. Es, por lo tanto, “un derrotado peligroso”. “Debemos estar atentos al diablo”, fue la admonición del Papa que invita, como dice Jesús, a velar, rezar, ayunar. Así se vence la tentación. Luego, es fundamental “no acercarse a él” porque, como decía un Padre de la Iglesia, es como un perro “rabioso”, “enojado””, encadenado pero al cual no se debe acariciar porque muerde. “Si yo que espiritualmente me acerco a ese pensamiento, si me acerco a ese deseo, si yo voy de aquella parte o de la otra, me estoy acercando al perro rabioso y encadenado. Por favor, no lo hagan nunca. ‘Tengo una gran herida…’-‘¿Quién te la hizo- ‘”El perro’- Pero, ¿si estaba encadenado?’. ‘Sí, pero yo fui a acariciarlo’- ‘Entonces te la buscaste’. Es así: no te acerques nunca, porque está encadenado. Dejémoslo allí, encadenado”.
Y debemos estar atentos en no dialogar con el diablo como hizo Eva: “se creyó como una gran teóloga y cayó”. Jesús no lo hace: en el desierto, responde con la Palabra de Dios. Echa al demonio, algunas veces pregunta su nombre, pero no dialoga con ellos. “Con el diablo no se dialoga, porque él nos gana, porque es más inteligente que nosotros”. Se disfraza de ángel de luz, pero es “un ángel de las sombras, un ángel de la muerte”.
“Es un condenado, es un derrotado, es un encadenado que está por morir, pero es capaz de hacer estragos. Y nosotros debemos hacer penitencia, rezar, no acercarnos, no dialogar con él. Y al final, ir donde está la madre, como los niños. Cuando los niños tienen miedo, van a ver a su mamá: “Mamá, mamá…¡tengo miedo!”, cuando tienen pesadillas…van a donde está su mamá. Acudir a la Virgen; Ella nos custodia. Y los Padres de la Iglesia, sobre todo los místicos rusos, dicen: en el tiempo de las turbaciones espirituales, refugiarse bajo el manto de la gran Madre de Dios. Vayan a la Madre. Que Ella nos ayude en esta lucha contra el derrotado, contra el encadenado, para ganarle y vencerlo”.
