Papa: oración en las Fosas Ardeatinas

Francisco se ha dirigido al "Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios que hace un pacto con el hombre, para siempre, en todo momento", "Dios de los 335 hombres muertos aquí".

Roma (AsiaNews) - Una visita y una oración en las Fosas Ardeatinas, donde el 24 de marzo de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, 335 hombres fueron asesinados por los alemanes, y finalmente en una de las Grutas de la Basílica del Vaticano terminó el día en que Francisco ha dedicado a la conmemoración de los difuntos.

En las Fosas Ardeatinas, donde llegó de vuelta del Cementerio estadounidense de Neptuno (en la foto), Francisco ha pasado entre las tumbas de los muertos, colocando en muchas de ellas una rosa.

Luego vino la oración en hebreo el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, que fue seguida por la de Francisco, dirigida al ""Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, con este nombre te has presentado a Moisés cuando le revelaste la voluntad de liberar a Tu pueblo de la esclavitud en Egipto. Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, Dios que estrecha alianza con el hombre. Dios que se une con un pacto de amor fiel para siempre, misericordioso y compasivo con cada hombre y cada pueblo que sufre la opresión. “Yo he visto la opresión de mi pueblo, y he oído los gritos de dolor”. Dios de los rostros y de los nombres, Dios de cada uno de los 335 hombres que murieron aquí, el 24 de marzo de 1944, cuyos restos descansan en estas tumbas. Tú, Señor, conoces sus rostros y sus nombres… … No eres el Dios de muertos, sino de los vivos… Haz, oh Señor – ha dicho en alta voz -…que nos quitemos las sandalias del egoísmo y la indiferencia, y por medio del arbusto ardiente de este mausoleo escuchemos en silencio Tu nombre".

“Fue, como dijo el domingo después de la recitación del Ángelus, de "dos etapas de memoria y sufragio para las víctimas de la guerra y la violencia. Las guerras no producen más que cementerios y muerte: es por eso que quería dar este signo en un momento en que nuestra humanidad parece no haber aprendido la lección o no querer aprenderla".

Alrededor de las 18.00, Francisco regresó al Vaticano y en las Grutas de la Basílica Vaticana oró en privado, en sufragio de los papas enterrados allí y de todos los muertos.