26/02/2018, 12.17
RUSIA
Enviar a un amigo

Sacerdotes-soldados, los 100 años de la Armada Roja

de Vladimir Rozanskij

El ejército es el más importante elemento de continuidad con el régimen soviético ya desaparecido. Junto al KGB y a la Iglesia ortodoxa, son la “punta de diamante” del patriotismo ruso. Los sacerdotes ortodoxos son adiestrados en Omsk para conducir tanque de guerra anfibios y usar medios de comunicaciones bélicas.

Moscú (AsiaNews)- En las celebraciones del centenario de la Revolución de Octubre del año pasado, siguen otras celebraciones, ligadas a los dramáticos acontecimientos del nacimiento de Rusia soviética. En febrero de 1918, después de la liquidación de la Asamblea Constituyente por parte de Lenin, inició la Guerra Civil que en la historia quedó como contraposición entre “blancos” y “rojos”. Se constituyeron varias milicias contra-revolucionarias, comenzando por aquellas organizadas por el general Lavr Kornilov, que había intentado enfrentar la llegada de los bolcheviques ya desde agosto de 1917. La respuesta de los comunistas fue la creación de la Armada Roja el 23 de octubre de 1917, bajo la guía del verdadero jefe “en el campo” de los acontecimientos, León Trotsky.

El ejército constituye hoy el más importante elemento de continuidad con el régimen soviético ahora desaparecido, junto a la “punta de diamante” del KGB del cual proviene el mismo presidente Putin y la Iglesia ortodoxa. Como lo afirma el máximo histórico y teórico ruso, el prof. Sergej Antjushin, a través de las épocas, en las fuerzas armadas se conservan los sentimientos basilares del patriotismo ruso: la intransigencia sobre los principios, la capacidad de sacrificio y el sentido de la justicia final, principios que hace de los rusos prácticamente invencibles. Junto a la gloriosa flota naval, fundada en los inicios del /00 por Pedro el Grande, la Armada Roja es el orgullo de los rusos, el instrumento para difundir en el mundo la justicia y la paz contra cualquier enemigo de la verdadera justicia y de la “verdadera fe”, ya sea la comunista o de nuevo de aquella cristiana ortodoxa.

Nada más de la “seguridad militar” puede unir a los rusos en un grupo granítico. Es justamente este ideal que garantizó la popularidad del presidente Putin por casi 20 años, que después de las elecciones del 18 de marzo se dirigirán a la tercera década. En la conciencia rusa no existe una real “división de los poderes” entre la política y el ejército, que por otro lado se une también la Iglesia. La revolución rusa se realizó justamente por la soldadura de las relaciones entre los exponentes de los “soviet”, los consejos de los obreros y los soldados: cuando el Soviet de Petrogrado emitió el Decreto n. 1, el 14 de marzo de 1917, todos los oficiales fueron sometidos al poder del pueblo y la nueva Armada comunista fue la verdadera clave de suceso de Lenin y compañeros.

Los jegendarios comandantes de las grandes vistorias rusas, como el príncipe Aleksandr Neysjij que venció a los suecos y teutónicos; el conde Aleksandr Suvorov, el último “generalísimo” antes de Stalin (fue también “príncipe de Italia”) con sus victoias contra los turcos y los polacos; el general Michail Kutuzov que resistió y expulsó a napoleón del país; y para terminar con el más grande héroe soviético, el mariscal Georgij Žukov che salvò al mondo de Hitler, son desde siempre objeto de devoción por parte del pueblo. No por casualidad, la Iglesia Ortodoxa rusa cuenta entre sus filas de santos diversos de estos condotieros, como Nevskij y Dimitrij Donskoj, el vencedor de los tártaros acompañado por los monjes guerreros enviados por san Sergio de Radonež.

No es extraño, por lo tanto, que también hoy la iglesia rusa muestre gran atención y sintonía con las fuerzas armadas del país. Uno de los primeros acuerdos restablecidos por el Patriarcado de Moscú con las autoridades en los años 90 fue la posibilidad de enviar capellanes militares al ejército y desde entonces la presencia de la iglesia entre los soldados fue siempre más capilar. Este año, justamente en coincidencia con el centenario de la Armada Roja, fueron abiertos cursos de instrucción y servicio militar dedicados a los sacerdotes, no ya como asistentes espirituales por los tanto, sino como verdaderos y propios “compañeros de armas” en la guerra de la fe, como los monjes de Dmitrij.

En la base de Omsk, en Siberia, desde inicios de febrero inició la selección y el adiestramiento de 30 sacerdotes para agregar a las tropas del ejército y de la Aviación rusa. Ellos se convertirán en ayudantes de campo de los oficiales de comando, además de ocuparse de las actividades de educación moral y religiosa de los militares. A los sacerdotes-soldados les enseñan a manejar tanques de guerra anfibios de transporte BMD-4M, de última generación y también las reglas para la utilización de los medios bélicos de comunicación. De la eparquía ortodoxa de Omsk, algunos representantes han comentado que “a menudo los sacerdotes presentes en acciones bélicas deben prestar ayuda a los soldados heridos, también transportándolos del campo hacia lugares seguros y deben estar preparados para este tipo de intervención”. La base de Omsk es conocida en Rusia justamente por la formación al uso de medios móviles de acción, sobre todo los cañones y los carros para los misiles, que se espera sean ahorrados a loa sacerdotes-Rambo.

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
A 100 años de la Revolución de Octubre, el martirio de la Iglesia católica en la URSS
24/10/2017 14:01
Revolución de Octubre: la memoria de los mártires y el destino del mausoleo de Lenin
13/11/2017 12:26
La Iglesia ortodoxa, promotora de la cultura rusa
28/03/2018 15:30
Patriarca di Moscú: La Revolución rusa, la acusación a la inteligencia
03/04/2017 13:32
Para Kirill, el martirio del zar Nicolás II fue culpa de Occidente
18/07/2018 12:45


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”