21/10/2020, 14.14
CHINA-VATICANO
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Sigue el silencio de China sobre el Acuerdo con el Vaticano: 'por vergüenza’ o ‘con una esperanza inefable’

de Bernardo Cervellera

Rumores extraoficiales (del lado Vaticano) afirman que mañana se firmará la renovación del acuerdo. Sin embargo, China mantiene un muro de silencio, o se limita a citar la parte vaticana. La hipótesis es que el diálogo está encallado entre una China que exige que se rompan las relaciones con Taiwán y un Vaticano que pide el reconocimiento de los obispos no oficiales. La segunda elegía de Rainer Maria Rilke.

Roma (AsiaNews) – Desde hace varias semanas que pedimos a distintas personalidades chinas que nos digan algo sobre el acuerdo sino-vaticano: si el tema se está debatiendo en el Partido, o si los periódicos se expresan al respecto. Y la respuesta es que todos callan y nadie habla del tema; parece un secreto de Estado del máximo nivel. 

El acuerdo provisorio firmado el 22 de septiembre de 2018 entre China y el Vaticano tiene una validez por dos años, y ya habría expirado. Pero como bien destacó el card. Parolin, siendo que fue implementado a partir del 22 de octubre, su vencimiento sería un mes después, es decir, mañana. 

El 18 de octubre pasado, en un artículo de Massimo Franco publicado en el “Corriere della Sera”, un personaje vaticano anónimo confirmó “sin ningún tipo de cautela”, que el acuerdo se renovará mañana, con una comunicación “en simultáneo”, que será al mediodía del Vaticano y a las 18 horas de Beijing.  

Es bastante extraño que un paso tan importante desde el punto de vista de la diplomacia vaticana y para la evangelización de China se anuncie anónimamente en un periódico laico. Y lo que resulta más extraño aún, es que el "Global Times", la revista del "People's Daily", instrumento oficial del Partido Comunista Chino, cite precisamente el Corriere della Sera y ese artículo para confirmar "la fuerte y saludable relación entre los dos países [China y el Vaticano] para la designación de los obispos". Pero no dice nada sobre la renovación del acuerdo. El mismo Global Times admite que "no se ha hecho ningún anuncio oficial, y la Oficina de Prensa de la Santa Sede no ha respondido a la petición del Global Times". De todas maneras - continúa el artículo -, los "observadores" están "seguros de la renovación" del acuerdo.

El punto es que todos los "observadores" que se citan son del Vaticano ¡y no hay ninguna personalidad política china entre ellos! Y de hecho, entre los observadores se cita a Antonio Spadaro, quien afirma que "no hay ninguna razón para pensar que el acuerdo [no] deba ser renovado sin problemas".

Y se cita una vez más al obispo oficial de Mindong, mons. Vicente Zhan Silu quien fuera anteriormente excomulgado y dice que “la renovación del acuerdo sería para la Iglesia Católica china una clara señal de que el Vaticano procura desarrollar relaciones saludables con China”. 

Frente a esto, la pregunta que surge es ésta: dado que se trata de un paso tan importante, ¿cómo es posible que opte por una comunicación anónima (de parte del Vaticano) y una no-comunicación de parte de China? 

Consultamos a varias personalidades católicas chinas, cuyas respuestas a esta pregunta pueden resumirse en estas consideraciones:

1. China está preocupada por otros problemas (Covid, las elecciones en los EE.UU., una economía para nada brillante, el próximo Pleno del Partido, etc.) y el acuerdo provisorio  parece ser algo de una importancia mucho menor como para prestarle debida atención.

2. Beijing mantiene al Vaticano en una cuerda floja, para alzar la vara de las concesiones que pretende del Vaticano. Para varios expertos, el principal motivo que impulsa a China a dialogar con el Vaticano es la posibilidad de las relaciones diplomáticas, que implican la ruptura de los lazos diplomáticos con Taiwán, que así perdería al único país europeo que reconoce a la República de China. Sin embargo, el Vaticano mantiene la carta de Taiwán hasta el final, para exigir a China una mayor libertad religiosa.  

3. El Vaticano quiere que, con la renovación del acuerdo, sean reconocidos los obispos no oficiales, aún cuando no firmen la adhesión a la "Iglesia independiente", como pretende el Ministerio de Asuntos Religiosos. No es casual que en las últimas semanas muchos obispos no oficiales no reconocidos por el Gobierno hayan sido llevados por la fuerza, aislados durante días y semanas (entre ellos Mons. Julio Jia Zhiguo, de Zhengding; Mons. Pedro Shao Zhumin, de Wenzhou; Mons. Guo Xijin, de Mindong;....) para dialogar con las autoridades.

Cualquiera sea el caso, es sorprendente esta forma de proceder: ninguna personalidad sale a hacer declaraciones, y sin embargo, todos dicen que se renovará el acuerdo. Me viene a la mente un verso de Rainer Maria Rilke de las “Elegías de Duino”:  "Y todo conspira para callarnos, a medias tal vez por vergüenza, a medias con una esperanza inefable”.

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