06/05/2017, 13.07
INDIA
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Sor Parmar: El cuidado de los huérfanos “llena la vida”

de Santosh Digal

Desde 1980 las Hermanas de la Caridad de S. Ana se ocupan de los huérfanos de Niadad. El testimonio de sor Sheetal I. Paramar que desde 2011 sirve junto a otras cuatro hermanas y un equipo de laicos a 30 huérfanos. Para éstos, no sólo amor, sino también la posibilidad de “construirse una vida”.

Nadiad (AsiaNews)- Una experiencia que “da vida”. Son estas las palabras con las cuales sor Pramr define su trabajo con los niños del orfelinato de Matruchhya (Refugio de María) en Indira Nagar, en el distrito de Kheda de la diócesis de Ahmadabad, en el Estado de Gujarat.

Sor Parmar trabaja en el orfelinato desde 2011. Junto a ella, otras cuatro hermanas y un equipo de laicos que se ocupan de 30 huérfanos, cuya edad varía de un día a 27 años.

Sor Parmar cuenta a AsiaNews: “En los últimos seis años, he trabajado con estos niños huérfanos que son un don de Dios para nosotros, para mar y de los cuales hay que ocuparse, vidas que hay que cultivar con alegría, compasión y expresión de la ternura de dios”. Las hermanas y el equipo de Matruchhaya hacen todo lo mejor que pueden para hacer sentir a estos niños el amor de Dios. “Amar a estas criaturas con cuidado y alegría fue hasta ahora la mejor experiencia pastoral y misionera”, cuenta la religiosa. “Es una experiencia que llena la vida”.

 

Ocupándose de estos huérfanos, las hermanas se comprometen en hacer entender a las personas que los huérfanos necesitan amor y tener la posibilidad de construirse una vida, no de simple compasión. “Debemos estar atentas y ser compasivas con todos. Esta debería ser nuestra elección de vida”

Matruchhaya es un orfelinato ligado al hospital de Nuestra Señora de la Columna, reconocido por el Departamento de defensa social de Gujarat y dirigido por las hermanas desde el 5 de noviembre de 1980. Una mañana cuando una de las hermanas abrió la puerta de la farmacia y se encontró frente a sí con un neonato depositado en la entrada de la puerta: el niño había sido abandonado. Ella lo tomó y lo acurrucó. Las curaciones y la lactancia comenzaron y a la hermana le llegó la inspiración de ocuparse de estos niños abandonados. Desde ese instante jamás volvió  atrás, el “Matruchhaya” tuvo allí sus orígenes.

Matruchhaya se ocupa de las necesidades de los huérfanos pobres, abandonados y perdidos, en Nadiad. Su misión primaria es ocuparse de estos niños y jóvenes adultos, ofreciéndoles acogida, instrucción y rehabilitación; para que puedan entrar a formar parte de la sociedad y vivir una vida digna como seres humanos. El niño que entra en esta casa recibe todo el amor, los cuidados, el afecto y sobre todo las atenciones que cualquier otro niño de la sociedad recibe.

“Nos aseguramos que al niño que llega aquí no le falte nada”, narra sor Parmar. “Algunos niños son adoptados, mientras que los otros se los lleva hacia una instrucción superior de instrucción para garantizarles un futuro mejor, realizar sus valores y hacerlos independientes. Los ayudamos también para que se preparen al matrimonio, para que así puedan arreglarse y tengan un futuro asegurado”.

Matruchhaya está dirigida por las Hermanas de la caridad de S. Ana, una institución religiosa que trabaja en todas las eferas de la sociedad. Ellas ofrecen servicios a través de hospitales, escuelas, asilos para ancianos y huérfanos.

 

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