Hanoi (AsiaNews / Agencias ) - Vietnam ha aprobado una versión actualizada de la Constitución, que refuerza aún más el poder y la dominación del Partido Comunista en la vida política , social y económica. El Parlamento aprobó ayer el texto de la nueva Carta, con 486 votos de un total de 488 diputados, y sólo dos abstenciones, ninguno en contra. Se decepcionó las expectativas de muchos - activistas, intelectuales, obispos católicos - que en los últimos meses han promovido peticiones e iniciativas de reforma clave por un multipartidista democrático, moderno. El Estado asiático sigue estando bajo el estricto control de los líderes comunistas de Hanoi y de los distintos gobiernos locales, aniquilando las esperanzas de un cambio sustancial en el nombre del respeto de los derechos humanos, la libertad de pensamiento, de religión y de propiedad de la tierra.
La nueva Constitución ( reafirma y refuerza ) el principio de que el Partido Comunista es " la fuerza motriz del Estado y la sociedad". Archivadas, por lo tanto, las perspectivas tímidas de reforma, apoyadas desde el comienzo del año por decenas de miles de ciudadanos que han propuesto cambios, innovaciones, consejos a través de la Red. El gobierno, con una acción sin precedentes, que había pedido sugerencias y propuestas a las personas para la revisión de la Carta, nutrió las ilusiones de un cambio democrático posible.
Entre los puntos centrales de los cambios de los reformistas, estaba la abolición
del art. 4 que protege y tutela el poder del Partido Comunista, así como la
separación de poderes entre el ejecutivo, legislativo y judicial. Sin embargo,
las esperanzas de cambio - por la que luchó en primera persona el Obispo de
Vinh, monseñor Paul Nguyen Thai Hop, que
pidió apoyar el proyecto de la reforma - se han desvanecido.
Duro el comentario de Phil Robertson, vice-director de la sesión Asia de Human
Rights Watch (HRW), según el cual " hemos perdido una gran oportunidad
para poner en práctica las reformas". Un país que, "dice respetar los
derechos, pero los viola todo el tiempo en la práctica". Intelectuales
vietnamitas añaden que "el Parlamento pertenece [y responde] al Partido
Comunista, no al pueblo vietnamita".
Por el contrario, los dirigentes comunistas en Hanoi acoge con satisfacción la
nueva Constitución, hablando de un " momento histórico". El Partido
sostiene el equilibrio de poder en sus propias manos y continúa negando la
formación de otros movimientos políticos. Socavar su autoridad, por otra parte,
sigue siendo un "delito grave" por el cual fueron encarcelados
decenas de activistas. De hecho, desde el comienzo de 2012, al menos 65
disidentes y activistas pacifistas han sido encerrados en la cárcel, al cabo de
veinte procesos fuertemente condenados por las organizaciones internacionales
en defensa de los derechos humanos. También serían por lo menos 75 los presos
de conciencia encerrados en las cárceles del país , a menudo en duras
condiciones de reclusión .
Dura reacción de los opositores y disidentes: el sitio Dân Lam Bao dijo que
"la adopción de la Constitución manifiesta claramente la pertenencia de la
Asamblea Nacional al Partido Comunista". En el mismo sentido el artículo
publicado en varios sitios católicos, según el cual "la nueva Constitución
llevará a Vietnam al abismo". El 28 de noviembre, es considerado por el
Presidente del Parlamento "como un buen día " para la introducción de
la Carta, pero " este supuesto buen día es una fuente de desesperación
para millones de vietnamitas, preocupados por el futuro de su patria".