Beirut (AsiaNews) - El grupo político militar libanes Hezbollah "no quiere una guerra con Israel, pero no tenemos miedo y estamos listos a combatir. No pedimos un conflicto abierto pero tenemos el derecho a responder a las agresiones donde quiera que se produzcan". Lo ha dicho el líder sunnita Hassan Nasrallah conmemorando en Beirut las víctimas del bombardeo aéreo del pasado 28 de enero.
Ocurridos en las fronteras entre Siria, Israel y Libano los ataques recíprocos entre Hezbollah e Israel han provocado diversas víctimas. El ejercito israelí ha aumentado el número de las tropas presentes, pero a los habitantes de la zona se les ha dado permiso de retornar a sus casas. El primer ataque ha sido lanzado contra un convoy de Israel, golpeado por un misil de Hezbollah que ha matado dos soldados y herido otros siete.
Israel ha respondido lanzando morteros sobre el sur de Libano. Un soldado del Unfil, la fuerza de paz de la Onu, ha sido muerto. Se trata del capitán Francisco Javier Soria Toledo, 36 años. Originario de Málaga, participaba por segunda vez en una misión de la Unifil. El embajador español en la Onu, Toman Oyarzun Marchesi acusó a Israel de su muerte y ha pedido una investigación profunda del asesinato.
En la base del raíz contra el convoy hubo otro ataque ocurrido el 18 de enero, en el cual fueron muertos seis miembros de Hezbollah y un general iraní. Según los sunnitas, ha estado la mano de Israel: "no queremos una guerra - ha repetido Nusrallah en el funeral - pero no tenemos miedo. Debemos distinguir entre estos dos hechos y queremos que Israel haga lo mismo".