Han dejado libre a Ni Yula, activista discapacitada que combate contra las expropiaciones de tierras en China
La mujer es una abogada de 54 años, pasó dos años y medio en cárcel por una condena llena de pretextos, que trataba de amilanar su actividad a favor de la población. Ahora pide ser indemnizada y denuncia a las autoridades carcelarias, que no le han permitido curarse en modo apropiado.

Beiging (AsiaNews)- Las autoridades chinas han dejado libre hace dos días a Ni Yulan, activista discapacitada que combate contra las expropiaciones forzadas, después de 2 años y medio de detención. Ahora la mujer, abogada de 54 años, acusa al sistema carcelario chino que no le hayan consentido ni dada la posibilidad de curarse en un modo adecuado a su propia enfermedad y pide una indemnización por las expropiaciones sufridas y por la demolición de su casa. El marido Dong Jiqin también arrestado junto con ella, permanece en la cárcel.

 

La pareja fue arrestada el 7 de abril de 2011, durante la campaña contra la "Primavera árabe" en China. La acusación fue aquella de "haber disturbado" e " insultar" contra el personal del hotel Yuxinyuan, donde se vieron obligados a refugiarse desde el 2010, luego que su casa fue secuestrada y demolida. El hotel era en realidad "una prisión negra", donde Ni era tenida bajo control.

El gobierno la acusó de no haber pagado una cuenta de unos 70 mil yuan. Otra de las acusaciones fue que a un cierto punto la abogada se haya negado a firmar en el registro del hotel a todas las personas que iban a visitarla. Ni además fue acusada de fraude por haber afirmado ser abogada aún no teniendo la habilitación profesional.

Desde hace años Ni Yulan defiende el derecho de las personas para que no sean expropiadas de sus propias casas o en ese caso recibir una justa recompensa. En 2002, mientras filmaba la demolición de la propia casa de un cliente suyo, la policía le pegó en modo salvaje, lo que le provocó la invalidez y luego también la encarcelaron. En 2008, Ni se batió por todas las familias cuyas casas fueron destruidas para hacer lugar a la construcción de hoteles para las Olimpíadas de Beijing. También en esa ocasión fue golpeada y encarcelada. A causa de las heridas recibidas Ni podía sólo arrastrarse por el piso de la prisión, hasta que un miembro de la embajada de los Estados Unidos, luego de haberla visitado, le procuró unas muletas.

No obstante esta persecución no perdió el ánimo. Inmediatamente luego de ser dejada libre declaró: "Si no combatimos por nuestros derechos no tenemos otra cosa que hacer sino esperar la muerte. Quiero que me den lo que me han secuestrado y que me den una indemnización, pues han abatido mi casa sin pagarme el justo precio".