Kurunegala (Asianews) - Los católicos de Sri Lankan tienen una devoción y un profundo respeto por el culto Mariano, especialmente en dos meses -mayo y octubre- que la Iglesia dedica a la Virgen María. En las últimas semanas miles de fieles participaron en funciones eucarísticas y reuniones de oración, con el rezo del Santo Rosario y la adoración en diversas partes del país. Este año en particular, el día más importante se celebró el pasado 16 de octubre cuando una multitud de miles se reunieron en Kurunegala para recitar un especial "rosario" que se centró en el tema "a Jesús por María". Al evento-organizado por la Legión de María, bajo los auspicios del obispo local, Mons. Harold Anthony Perera- asistieron los líderes de la Iglesia católica estadounidense.
Muchos católicos asisten el día de oración Mariana porque quieren compartir su devoción a Nuestra Señora. Una mujer llamada Ramani Fernando, de la diócesis católica romana de Kandy, Provincia Central, dice a Asianews que "orar así, como una gran familia, es una gran bendición para nosotros". Le hace eco una niña pequeña, Yohani Rodriguez de la diócesis de Gall, en el sur de la provincia, que cuando le reza a la Virgen siente "gran alivio y protección".
La jornada de oración el 16 de octubre en Kurunegala comenzó a las 10 de la mañana en los terrenos de la Universidad de St Anne, asistieron miles de fieles de todo el país y terminó con una misa solemne en la explanada de Maligapitiya. Más tarde en el día se celebraron oraciones y cantos en las tres lenguas nacionales, en el marco de una solemne procesión. Jóvenes, ancianos, enfermos, hombres y mujeres marcharon junto a los obispos, sacerdotes, monjas y religiosos.
También estaban el arzobispo de Colombo Cardenal Malcolm Ranjith, que rezaba en el idioma cingalés y el obispo de la diócesis de Batticaloa, que ha utilizado la lengua tamil. En su homilía el cardenal Ranjith dijo que "tenemos una madre en la tierra y una Madre celestial en el cielo que cuida de nosotros". El cardenal también habló de los "sufrimientos" de Jesús, que "no quería volver al padre por no abandonarnos", pero "nos dio el afecto y cuidado de su madre amorosa". Concluyó subrayando que los católicos se aferran a menudo al amoroso cuidado de María, porque podemos estar "confiados y convencidos que nos ama".