Bangkok: decenas de miles a las calles contra el gobierno, temores de violencia
Los "camisas amarillas" piden la caída del poder ejecutivo y la dimisión del primer ministro Yingluck Shinawatra. En el objetivo de los manifestantes la propuesta de amnistía del gobierno, que le habría permitido el regreso a Thaksin. Para los opositores es el verdadero "líder" del actual gobierno. Sigue vivo en la memoria la represión de las protestas del 2010, con 90 muertes.

Bangkok (AsiaNews/Agencias) - Decenas de miles de personas salieron a las calles hoy en Bangkok, por tercer día consecutivo, en una escalada de protestas encaminadas a conseguir la dimisión del primer ministro Yingluck Shinawatra y la caída del gobierno. Los manifestantes se dirigían a 13 diferentes áreas sensibles de la capital tailandesa, incluyendo el cuartel general del ejército y la policía, así como cinco estaciones de televisión controladas por los militares o por el poder ejecutivo. Según los manifestantes la verdadera eminencia gris del liderazgo actual es el hermano de Yingluck, Thaksin Shinawatra, el multimillonario que hace un tiempo se exilió para escapar de una sentencia de prisión por corrupción.

Las protestas de los "camisas amarillas" -anti-Gobierno- contra-los hermanos Shinawatra son las más impresionantes desde la crisis del 2010, cuando el reino fue sacudido por una serie de eventos que terminó con un baño de sangre y muerte de 90 civiles. "Tenemos los bolsillos llenos del sistema de poder de Thaksin," dijo el jefe de la oposición Suthep Thaugsuban, dirigiendose a la multitud. Los manifestantes respondieron cantando el estribillo "Thaksin vetel, sea bienvenido al ejército"; una referencia implícita a la intervención de los militares en una nación que ha visto 18 golpes o intentos de derrocar el poder desde 1932, cuando se convirtió en una monarquía constitucional.

En este momento el temor es que se pueda repetir la violencia del pasado entre soldados y manifestantes, con nuevas víctimas y fuertes repercusiones en la economía del país. Por ello la nación es el teatro desde 2006, con la caída del poder ejecutivo liderado por Thaksin, de cíclicas protestas y actos públicos que contribuyen a la inestabilidad política y social.

Para el gobierno del primer ministro Yingluck es el momento más crítico desde la subida al poder en 2011. También ayer 50 mil "camisas rojas", - partidarios del gobierno- se reunieron en un campo de fútbol en la capital, para desarrollar estrategias en apoyo del poder ejecutivo, su líder y del hermano Thaksin.

Durante semanas, la capital de Tailandia ha sido escenario de manifestaciones organizadas por la oposición, irritada por un proyecto de ley sobre amnistía, que concede (entre otros) la oportunidad a Thaksin Shinawatra de regresar del exilio. La propuesta, rechazada recientemente por la cámara alta del Parlamento (el Senado), ha enfurecido incluso a los partidarios de la rama ejecutiva, porque concedería el indulto a los responsables de las masacres de 2010.

El actual líder de la oposición Abhisit Vejjajiva, ex jefe del gobierno en la época de la violencia y su adjunto Suthep están acusados de asesinato por haber coordinado la operación militar que terminó en una matanza. Durante las fases más críticas, los soldados utilizaron balas reales para dispersar a la multitud de "camisas rojas", apoyados por tanques y vehículos blindados.

La semana pasada, el gobierno tuvo que soportar otra parada durante el voto en el Senado: el Tribunal Constitucional que ha rechazado una propuesta de reforma elaborada por el Ejecutivo, destinado a la elección directa de todos los representantes de la Cámara alta. En este momento el partido demócrata está examinando la posibilidad de una moción de no confianza hacia el gobierno y el primer ministro Yingluck; el objetivo es llegar mañana a votar, aunque el oficialismo domina la Cámara de diputados por un amplio margen y es muy difícil que el movimiento pueda obtener el objetivo.