Roma (AsiaNews) - El incendio en una fábrica de Prato en el que murieron al menos siete trabajadores chinos "es una lección dolorosa que sin embargo lleva un mensaje: la seguridad debe ponerse en primer lugar". Lo dijo a AsiaNews el padre. Francisco Javier Wang, capellán de la comunidad china en Prato, quien anuncia para el 8 de diciembre, una "oración especial" por las víctimas y los heridos: la celebración se llevará a cabo en la Parroquia de la Asunción, la sede local de la comunidad católica china.
El drama se consumó ayer en una fábrica textil: "En cuanto me enteré de la noticia - dice el P. Wang - Traté de averiguar más El número de muertos continuó aumentando, hasta siete confirmados. Durante la Misa del domingo oramos por los muertos y los heridos, aún en estado grave: ojalá consigan salvarse".
La de Prato - dice el sacerdote - "es una comunidad china en particular: somos cerca de 40 mil personas, una comunidad muy grande. En estos números hay focos de irregularidades: cada día hay controles, pero es evidente que muchos de ellos viven y desafortunadamente también mueren en la fábrica. Es una tragedia que debe ser combatida, no tiene sentido hacerse el de la vista gorda".
El problema, dice, "es que los chinos carecen de conciencia sobre el tema de la seguridad, aunque tragedias similares, afortunadamente, nunca se habían producido. A veces se utiliza materiales muy peligrosos, probablemente demasiado. Luego están los instrumentos anti-fuego, y algunos propietarios para controlar mejor a los trabajadores cierran las puertas de las fábricas al exterior. Que esta lección dolorosa nos ayude a entender que en el primer lugar siempre está la seguridad, una lección que esperamos sea comprendida por todos".