Joven padre tibetano se prende fuego para exigir el fin de la represión china
Konchon Tseten, 30 años, ha ardido por más de una hora antes de ser llevado por la policía: desconocida su condición actual. La multitud trató de defenderlo y desencadenaron arrestos: detenida también la esposa y los familiares de la víctima. Se trata de la 124ava autoinmolación al inicio de las protestas.

Lhasa (AsiaNews) - Konchon Tseten, un hombre de 30 años, padre de dos hijos, se prendió fuego en Meruma - ciudad en el condado de Ngaba, en el este de Tíbet - para protestar contra el régimen chino, pidiendo el regreso del Dalai Lama al Tíbet y el fin de la diáspora tibetana. No está claro en el momento su situación. Konchon Tseten ardió durante más de una hora antes de ser llevado por las autoridades. Los funcionarios de seguridad también han detenido a su esposa y varios de sus familiares, así como un gran número de personas que intentó defenderlo durante la auto -inmolación.

Una fuente en el lugar dijo a Radio Free Asia: "Todo comenzó en la tarde del 3 de diciembre. Tseten, envuelto en llamas, corrió mucho en la carretera principal antes de caer al suelo. Gritó por el regreso del Dalai Lama y la reunificación de todos los tibetanos. Caído en tierra  continuó orando con las manos juntas, incluso si ya no tenía voz".

La policía, dice otra fuente, "llegó a la escena y trató de llevárselo mientras seguía ardiendo La multitud se opuso y detuvo a los agentes: Toda la cosa duró una hora antes de que se lo llevaron. De inmediato se desataron los arrestos: además de su familia, otros también fueron detenidos. Además, la policía ordenó a todas las tiendas y restaurantes tibetanos cerrar y confiscaron los teléfonos móviles".

Esta es la 124ma autoinmolación llevada a cabo en el Tíbet desde febrero de 2009, cuando explotó una vez más las protestas contra China para una plena libertad religiosa y para exigir el regreso del Dalai Lama. Beijing acusa al líder espiritual del budismo tibetano de ser la inspiración para estas trágicas protestas; el Premio Nobel de la Paz, por su parte, ha pedido reiteradamente a sus seguidores a "respetar la vida más que cualquier otra cosa", y ha pedido a China (sin éxito) abrir una mesa de discusión para detener este reguero de muertos.