Papa: serán beatificados el p. Mario Vergara e Isidoro Ngei Ko Lat mártires de la fe en Myanamar
El misionero del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras, desarrolló su misión entre los carianos de la tribu de los Sokú, una de las más pobres de Birmania, pre- independencia. Arrestado por los británicos al empezar la II Guerra mundial, después de 4 años de prisión vuelve a las montañas donde organiza un orfelinato y un sanatorio. Junto al p. Galastri, continúa su misión, no obstante la independencia de Birmania haya desencadenado una guerra entre rebeldes de religiones diversas: viene asesinado por los bautistas junto a su catequista el birmano Isidoro Ngei.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Serán beatificados los siervos de Dios, el p. Mario Vergara, sacerdote del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (Pime) e Isidoro Ngei Ko Lat, laico y catequista, esesinados en odio a la fe en Shadaw (Myanmar) el 24 de mayo de 1950. Lo decidió el Papa Francisco, que ha autorizado a la Congregación para las Causas de los Santos publicar el decreto referido al martirio de ellos. Inició el proceso diocesano para la causa en el año 2003, mons. Sotero Phamo, obispo de Loikaw e hijo de un catequista de p. Mario. La iglesia birmana celebra así a su primer beato.

El p. Mario Vergara nace en Frattamaggiore (Aversa), el 18 de noviembre de 1910. En 1929, después de los estudios en el seminario menor de los jesuitas en Posillipo, es admitido al seminario de Monza del Pime. En 1932 recibe la tonsura y las órdenes menores por el obispo de Aversa Carmine Cesarano. En agosto de 1939 es admitido al noviciado del Pime en San Ilario Ligure bajo la guía del p. Emilio Milani, que había sido misionero en China. El 26 de agosto de 1934 es ordenado presbítero por el card. Ildefonso Schuster en la iglesia de Bernareggio y a fines de septiembre parte para las misiones del Pime en Birmania.

En esa época el País era un protectorado británico. A su llegada el p. Vergara es acogido por el obispo Sagrada, vicario apostólico residente en Toungoo. En 1936 se le confía el cuidado del distrito montañés de Citació, habitado por los carianos de la tribu de los Sokú, una de las más pobres y primitivas de Birmania. Aquí el p. Vergara afina su método misionero, asegurando a todos los pueblitos la catequesis y la celebración de los sacramentos e instituyendo varias actividades de formación y asistencia: organiza un orfelinato para 82 pequeños birmanos y un sanatorio.

En 1941, al estallar la Segunda guerra mundial, es internado en los campos de concentración ingleses en India, junto a otros misioneros italianos, todos considerados "fascistas" por los ingleses. Después de 4 años caracterizados por problemas de salud, en el curso de los cuales llega hasta la extirpación de un riñón, lo liberan y parte en tren para Delhi y Hyderabad. En otoño de 1946 logra volver a Birmania y en diciembre es enviado por el obispo Lanfranconi a los montes de la Cariania al oriente de Loikaw, donde reconstruye en soledad las actividades misioneras que la guerra había arrasado: lleva la catequesis en los pueblitos y construye dispensarios y lugares de asistencia. De septiembre 1948 es ayudado por otro joven misionero del Pime, el p. Pietro Galastri.

Después de la independencia de Birmania, en 1948, los lugares donde trabajan los padres Mario, Piero y sus catequistas se convierte en teatro de enfrentamientos armados entre grupos locales que se enfrentan para afirmar sus tradiciones, creencias religiosas e ideologías diversas. No se desanima nunca: viaja a pie para encontrar a las comunidades más distantes y cura a todos los carianos sin distinción de religión, no obstante algunas fuerzas rebeldes habían iniciado una persecución anti- católica. En este contexto, el p. Vergara toma la defensa de los oprimidos y se atrae el odio de los rebeldes, de religión bautista.

Rápidamente la situación precipita el 24 de mayo de 1950 es arrestado junto al maestro catequista Isidoro Ngei Ko Lat. Ambos vienen asesinados por los rebeldes al día siguiente y sus cuerpos, cerrados en una bolsa son abandonados a la corriente del río Salween. También el p. Galastri, fue arrestado mientras rezaba y es asesinado poco tiempo después.

La beatificación representa una fuente de gran alegría también para la Iglesia birmana, que en Isidoro Ngei ve a su primer beato. En mayo de 2008, la Conferencia episcopal escribe una carta a Benedicto XVI para "pedir humildemente al Papa la autorización el estudio de la causa". La beatificación del p. Vergara y de su catequista, escribían los obispos: "sería un gran aliento para toda comunidad católica de Myanamar para vivir una fe más en conformidad con el Evangelio y a testimoniar con coraje y heroica la propia fe, alentados por el ejemplo del catequista Isidoro que no dudó en ofrecer su propia vida por el Evangelio junto al P. Vergara".