Bagdad, el gobierno declara a la Navidad "fiesta nacional"
de Joseph Mahmoud
En los días pasados el Patriarca caldeo se dirigió a las autoridades pidiendo el reconocimiento oficial de la festividad. Mar Sako recuerda que "Jesús no vino sólo por los cristianos, sino para todos". Y subraya el "respeto especial" de los musulmanes. Un nuevo e importante reconocimiento para una minoría por mucho tiempo perseguida.

Bagdad (AsiaNews) - El gobierno iraquí aceptó la propuesta hecha por el Patriarcado caldeo y ha establecido el 25 de diciembre como jornada festiva nacional y de vacaciones para todos los ciudadanos del País. Un nuevo e importante reconocimiento en relación con la minoría religiosa por parte del ejecutivo de Bagdad; que ya en los días pasados, puso un árbol de Navidad de cinco metros en las orillas del río Tigris, demostración de "solidaridad" y tentativo de "frenar el éxodo" de las comunidades que sucede desde hace 10 años. Este árbol lo colocaron en el barrio de Karrada, en el lado oriental del río, donde conviven en modo pacífico cristianos y musulmanes shiítas y sunitas.

La semana pasada su Beatitud, Mar Louis Raphael I Sako, habpi enviado una carta al primer Ministro Nouri al- Malki, pidiéndole que declarase el 25 de diciembre "día de asueto para todos los iraquíes". Un modo de reconocer el valor y la importancia de una "comunidad" que, por siglos ha contribuido en manera activa al crecimiento de la nación.

En la misiva, el Patriarca caldeo recuerda que "Jesús no vino sólo por los cristianos, sino para todos"; él subrayó también el "respeto especial" que los musulmanes "tienen hacia él".

En respuesta, ayer por la mañana, el concejo de ministros reunido en Bagdad y presidido por el primer ministro tomó "esta importante decisión". Además, las autoridades de la capital han colocado luminarias y otros arbolitos decorados en diversos barrios para "mostrar el respeto y la cercanía" hacia la comunidad cristiana en estos días de fiesta.

Después de la invasión de EEUU del 2003, los extremistas islámicos han tomado de mira a la minoría religiosa, matando centenares de personas entre ellas un obispo, sacerdotes, hombres de negocio, médicos y políticos. Tal situación obligó a miles de cristianos a huir de Irak, y  redujo la comunidad en 10 años de 2 millones a menos de 300 mil.