Mons. Quevedo, primer cardenal de Mindanao y favorecedor del diálogo entre musulmanes y cristianos
Para el p. Sebastiano D´Ambra, misionero del Pime en Zamboanga (Mindanao) el nombramiento de mons. Quevedo es una gran oportunidad para la reconciliación entre cristianos y musulmanes. El arzobispo de Cotabato luchó por decenios por la paz en la isla devastada por 40 años de guerra entre islamistas y el ejército.

Zamboanga (AsiaNews)- Para los musulamnes y cristianos de Mindanao, el nombramiento como cardenal a Mons. Orlando Beltrán Quevedo, arzobispo de Cotabato, es una gran oportunidad para el diálogo interreligioso en la región de mayoría musulmana, devastada por más de 40 años de guerrilla entre el ejército filipino y los rebeldes islámicos.

El p. Sebastiano D´Ambra, misionero del Pime (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) en Zamboanga, amigo personal de mons. Quevedo, afirma a AsiaNews: "El arzobispo de Cotabato es muy apreciado por la comunidad musulmana de Mindanao, sobre todo por haber mantenido siempre una posición de diálogo y apertura durante los momentos de tensión entre cristianos y musulmanes a causa de los atentados cometidos por los rebeldes islámicos de Abu Sayyaf". Par el sacerdote su nombramiento trae una "nueva luz a esta tierra a menudo olvidada e incidirá en el futuro de las relaciones entre cristianos y musulmanes".

El mismo Mohagher Iqbal, líder del Moro Islamic Front (Milf), subrayó que los musulmanes "deseaban que una persona del calibre de mons. Quevedo obtuviese una posición de prestigio y reconocimiento al interno de la Iglesia". Para el fundador del Milf, "todo es bueno para la paz en Mindanao".

Religioso de los Oblatos de María Inmaculada, mons. Quevedo, de 75 años, fue desde 1998 a 2003, presidente de la Conferencia episcopal de Filipinas y es uno de los organizadores de la Conferencia de los obispos de Asia (Federation Asian Bishop´s Conference). Su compromiso como obispo inicia en 1980 durante el régimen de Marcos, en Kidapawan (Mindanao) donde permanecerá hasta 1986. Este período fue marcado por el homicidio del p. Tullio Favali, asesinado en 1985 en Tulunan (Norte de Cotabato) por un grupo paramilitar. En 1986 es nombrado obispo de Nueva Segovia y en 1998 arzobispo de Cotabato, una de las diócesis más golpeada por la guerrilla entre Moro Islamic Liberartion Front y el ejército.

En julio de 2003, en el cúlmen de una gran ofensiva lanzada por el gobierno del presidente Gloria Arroyo contra los rebeldes Moro, mons. Quevedo lee en ocasión de la 27 Asamblea general de los obispos y de los hombres de negocios en Taguig (Manila) un importante documento del título: "La injusticia: raíz del conflicto en Mindanao". Con éste el prelado denuncia la situación de marginación de la población de religión musulmana. El análisis se convierte en uno de los textos fundamentales para el diálogo con los rebeldes y para el lanzamiento del desarrollo humano en Mindanao. Entre los obispos y los arzobispos católicos filipinos, mons. Quevedo es el más comprometido en el proceso de paz iniciado en noviembre de 2012, con la creación de la región autónoma de Bangsamoro. En julio de 2009, los terroristas de Abu Sayyaf hacen explotar una bomba dentro de la catedral de Cotabato, justo cuando estaba celebrando el prelado. En el atentado murieron 5 personas.