Censuras, secuestros y abusos: Vientiane es el régimen "más represivo del Sureste asiático.
Activistas denuncian: "En el País hay un gobierno dictatorial y represivo en tema de libertad individual y derechos civiles". La desaparición de Sombath Somphon una advertencia para los activista y opositores al régimen. Un laotiano confirma: no se puede discutir de política o criticar al partido comunista en el poder. También la religión bajo estrecho control del Estado.

Vientiane (AsiaNews)- El partido único comunista al poder en Vientiane comete "graves violaciones a los derechos humanos, que la mayor parte de las veces pasa bajo silencio a causa del estrechísimo control del gobierno sobre la prensa y las asociaciones activistas. Es cuánto denuncian grupos pro-derechos humanos el día después de la publicación de una relación según la cual Laos es "el estado más represivo" de toda la región del Sud-este asiático. Desde la desaparición del activista y figura de primer plano de la sociedad civil Sombath Somphone, detenido el 15 de diciembre de 2012 en un puesto de vigilancia de la policía, el País terminó en la mira de los movimientos internacionales que luchan por los derechos humanos. Una desaparición detrás de la cual estarían las agencias del gobierno o miembros ligados al poder del estado.

En una entrevista a la Radio Free Asia (Rfa), Phil Robertson, vice director de la Human Rights Watch (Hrw), subraya que "la situación en laos es muy seria", porque el gobierno de Vientiane "usa su poder [...] para controlar las posiciones políticas en el País, en un modo que viola claramente diversos tratados internacionales sobre los derechos humanos". Él habla de ejecutivo "dictatorial" y "represivo" en tema de libertad individual y civil.

En tema de economía, el control del Estado es casi absoluto, si bien se puede hipotizar una posible aceleración en las actividades luego del ingreso a la Organización mundial de comercio (Wto). Sarah Cook, investigadora de Freedom House para Asia del este, reporta los ejemplos de China y Vietnam, en los cuales los gobiernos "se comportan en modo más agresivo" después de haber hospedado eventos internacionales que parecían testimoniar "una parcial pérdida de control". "Por esto en laos- agrega la investigadora- es necesario esperar el año próximo para ver qué sucederá".

Todos los diarios del país están controlados por el partido, continúa Phil Robertson, por esto "no es fácil conocer los casos de abuso que se continúan haciendo. Muchos son los eventos que quedan escondidos". Los ciudadanos están "llenos de miedo" por la desaparición de Sombath, porque "si el que desaparece es un líder de primer plano" significa que "el gobierno puede hacer desparecer a cualquiera". Un ciudadano laotiano, en forma anónima, confirma que "no se puede hablar o discutir de política" y cualquier ley gubernamental "no es pasible de crítica o de confrontación". Si algo "no nos gusta" agrega la fuente, "no podemos ciertamente protestar". "Y para quien organiza conferencias sin permiso, es arrestado". Lo mismo sucede a quienes organizan manifestaciones, punibles con la detención y condena por instigación a la "revuelta civil".

De las últimas estadísticas surge que Laos superó a Myanmar, hasta el 2011 regido por una dictadura militar y ahora guiado por un gobierno semi-civil, como "el régimen más represivo de la región". Sin embargo, concluye el vice-director de Hrw, no es importante establecer cuál sea el País más represivo, lo que cuenta es denunciar y castigar "a cada una de las violaciones de los derechos humanos".

Las represiones, por otro lado, tocan también a los fieles y a las religiones, en particular a la cristiana: de la salida al poder de los comunistas en 1975, con la consecuente expulsión de los misioneros extranjeros, la minoría está obligada a controles estrictos y hay límites evidentes para la práctica del culto. La mayor parte dela población (el 67%) es budista; sobre un total de 6 millones de habitantes, los cristianos son el 2% más o menos, de los cuales el 0,7% son católicos. Los casos más frecuentes de persecución por motivos religiosos son hacia la comunidad cristiana protestante: en el reciente pasado AsiaNews documentó los casos de campesinos privados de comida por su propia fe o de pastores arrestados por las autoridades. Las cosas se complicaron más desde abril de 2011, en ocasión de una violenta represión de la manifestación realizada por algunos grupos pertenecientes a la minoría étnica Hmong.