Papa: Los Cardenales deben ser santos; entran a la Iglesia de Roma, no a una corte
En la misa junto a los nuevos cardenales creados ayer, el Papa Francisco pide a ellos "evitar hábitos y comportamientos cortesanos, intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos, preferencias". Vivir la superior justicia del Reino de Dios, haciendo el bien con largueza y amando a los enemigos. "¡Jesús no vino a enseñarnos buenas maneras, modos de comportarnos en los salones!" "Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo". "Un corazón vacío de amor es como una iglesia no consagrada, sacada del servicio divino y destinada a otra cosa".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- La invitación a los cardenales a "testimoniar con mayor celo y ardor... actitudes de santidad", entendiendo que "el Cardenal entra en la Iglesia de Roma, no entra a una corte": es cuánto subrayó hoy el Papa Francisco durante la misa que celebró en San Pedro, junto a los nuevos cardenales, creados ayer en el Consistorio.

El Papa hace una lista en modo detallado de las actitudes "cortesanas": evitar hábitos y comportamientos cortesanos, intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos, preferencias". "Que nuestro lenguaje sea el del Evangelio: 'Sí, sí; no, no'; que nuestras actitudes sean las de las Bienaventuranzas, y nuestra senda la de la santidad",

En positivo, los cardenales deben testimoniar un "suplemento de oblación gratuita". "Por lo tanto, amemos a quienes nos contrarían, bendigamos a quien habla mal de nosotros, saludemos con una sonrisa al que tal vez no lo merece, no pretendamos hacernos valer, contrapongamos más bien la mansedumbre a la prepotencia, olvidemos las humillaciones recibidas".. Dejémonos siempre guiar por el Espíritu de Cristo, que se ha sacrificado a sí mismo en la cruz, para que podamos "ser canales" por los cuales pase su caridad. Esta es la actitud, esta es la conducta de un Cardenal".

Y ha recordado que la santidad de las personas "no es ante todo obra nuestra, sino fruto de la docilidad- querida y cultivada- por el Espíritu de Dios, tres veces Santo". "¡Sin el Espíritu Santo-reafirmo- sería vano nuestro esfuerzo!".

El pontífice sacó sus comentarios del Evangelio de la misa de hoy (Mateo 5,38-48), en el cual Jesús explica la "nueva ley" de la santidad, mostrando "algunas antítesis entre la justicia imperfecta de los escribas y de los fariseos y la superior justicia del Reino de Dios".

"La primera antítesis-explica el Papa-... tiene que ver con la venganza. "Habéis visto que fue dicho: "Ojo por ojo y diente por diente". Pero yo les digo... si uno te da una bofetada sobre tu mejilla derecha, ponle también la izquierda". (Mt.5,38-39). No sólo no debemos restituir al otro el mal que nos ha hecho sino que debemos esforzarnos en hacer el bien con largueza.

La segunda antítesis hace referencia a los enemigos: "Habéis visto que fue dicho: "Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo". "Pero yo te digo: amad a vuestros enemigos y rezad por aquellos que os persiguen" (ver. 43-44) A quien quiere seguirlo, Jesús le pide que ame al que no lo merece, sin contracambio, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo. ¡Jesús no vino a enseñarnos los buenos modales, modales de salones! Para esto, no era necesario que bajase del Cielo y muriese en la cruz. Cristo vino a salvarnos, a mostrarnos la vía, la única vía de salida de las arenas movedizas del pecado, y ésta es la misericordia".

"Ser santos-agregó- no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo". Y casi para demostrarlo, él se refirió a la lectura de S. Pablo de la misa de hoy (Cor.1,16-23), en la cual el apóstol afirma: "Santo es el Templo de Dios, que son ustedes".

"En este templo, que somos nosotros-continuó- se celebra la liturgia existencial: la de la bondad, del perdón, del servicio, en una palabra, la liturgia del amor. Este tiempo nuestro es como profanado si dejamos de lado los deberes hacia el prójimo. Cuando en nuestro corazón no encuentra lugar el más pequeño de nuestros hermanos, es Dios mismo que os encuentra lugar. Cuando aquel hermano se queda afuera, es Dios mismo el que no es acogido. Un corazón vacío de amor es como una iglesia ya no consagrada, eliminada del servicio divino y destinada a otra cosa"

Francisco continuó su homilía, con un pedido: "Queridos Hermanos Cardenales, ¡permanezcamos unidos en Cristo y entre Ustedes! Les pido que estén cerca de mí, con la oración, el consejo, la colaboración. Y todos ustedes, obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y laicos, únanse a la invocación al Espíritu Santo, para que el Colegio de los Cardenales sea siempre más ardiente de caridad pastoral, más lleno de santidad, para servir al Evangelio y ayudar a la Iglesia a irradiar en el mundo el amor de Cristo".