Papa: Lean cada día un pequeño pasaje del Evangelio y luego ofrézcanselo a los otros
En el Ángelus, el Papa Francisco sugiere un modo práctico de vivir la Transfiguración: leer cada día un pasaje del Evangelio, llevando consigo en el "bolsillo" un "pequeño librito". "Escuchar a Jesús" es "la invitación del Padre", "no lo dice el Papa". Una oración para los pasajeros de la Malaysia Airlines y por sus familiares. Los saludos a la Comunidad Juan XXIII y a la escuela católica de Erbil, del Kurdistán iraquí.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Leer cada día un "pequeño pasaje del Evangelio" para luego "ofrecerlo" a quien encontramos durante la jornada: es la propuesta que el Papa Francisco hizo hoy antes de la plegaria del Ángelus delante de decenas de miles de peregrinos reunidos en la Plaza de S. Pedro.

Comentando el Evangelio de la misa de hoy, del segundo domingo de Cuaresma, que nos presenta la Transfiguración (Mt. 17,1-9), el pontífice se detuvo en las palabras que el Padre dice a los apóstoles presentes en el monte donde sucede el milagro: "Escúchenlo" (v.5).

"Es muy importante- agregó- esta invitación del Padre. Es importante esta palabra que dice Dios: Escúchenlo. Escuchen a Jesús. Y esto no lo dice el Papa. Nosotros, discípulos de Jesús, somos llamados a ser personas que escuchan su voz y toman en serio sus palabras".

Y separándose del texto distribuido a los periodistas, prosiguió: "Escuchemos a Jesús también en la palabra escrita. Les hago una pregunta. ¿Ustedes leen todos los días un pasaje del Evangelio? Y después de haber observado las reacciones de la muchedumbre, comentó. "Algunos sí, otros no, mitad y mitad. Pero es importante. Es una cosa buena tener un pequeño Evangelio y llevarlo con nosotros en el bolsillo y leer un pequeño pasaje en cualquier momento de la jornada. Y es allí donde Jesús nos habla. Piensen en esto, no es necesario que lleven los 4 Evangelios, basta uno".

"De este episodio de la Transfiguración- continuó- quisiera tomar dos elementos significativos, que sintetizo en dos palabras: salida y descenso. Nosotros necesitamos apartarnos, subir la montaña en un espacio de silencio, para reencontrar a nosotros mismos y percibir mejor la voz del Señor. ¡Pero no podemos permanecer allí! El encuentro con Dios en la oración nos empuja nuevamente a "descender de la montaña" y volver abajo, a la llanura, donde encontramos a tantos hermanos aplastados por las fatigas, las injusticias, la ignorancia, la pobreza espiritual y material. A estos hermanos nuestros, que están en dificultad, estamos llamados a llevar los frutos de la experiencia que hemos hecho con Dios, compartiendo con ellos el tesoro de gracias recibidas"

Y hablando libremente, agregó. "Cuando nosotros escuchamos la palabra de Jesús y la tenemos en el corazón, la palabra de Jesús crece en nosotros... Y ¿cuándo crece? Cuando nosotros la proclamamos, la damos a los otros. Esta es la misión de la Iglesia: escuchar a Jesús y ofrecerlo a otros" Y casi dialogando con la multitud: "¿Harán esto [del Evangelio]? El domingo próximo me lo dirán si lo hicieron. Leer un pequeño pasaje del Evangelio todos los días".

Después de la plegaria mariana, el Papa Francisco saludó a diversos grupos presentes en la plaza. Entre estos a "la Comunidad Papa Juan XXIII, fundada por don Oreste Benzi, que el viernes próximo, por la noche, guiará por las calles del centro de Roma una especial "Via crucis" por las mujeres víctimas de la trata. Son buenos éstos, ¡Eh!

Otro especial saludo fue hacia las "numerosas escuelas de muchas partes de Italia y de otros Países". "¡No puedo nombrarlas a todas!", dijo, pero ha querido recordar en particular a "la escuela católica "Mar Qardak" de Erbil, en Kurdistán, y aquella de la diócesis de Londres en Ontario-Canadá"

Entre los saludos, precedido por un momento de silencio, Francisco invitó a todos "a recordar en la oración a los pasajeros y sus familiares del avión de la Malasia (desaparecido o raptado). Estamos junto a ellos en este momento".