Colombo (AsiaNews)- Prohibición absoluta de hablar con los medios, de dejar Sri Lanka, y la obligación de entregar sus computadoras y celulares a los agentes del anti-terrorismo. Es lo que se ordenó desde la corte de Colombo al p. Praveen y a Ruki Fernando (v. foto), los activistas para los derechos humanos liberados- sin acusaciones a su cargo- el 19 de marzo pasado por un magistrado. A AsiaNews el p. Ashok Stephen, director del Cristhian Solidarity Movement (Csm), refiere que los dos "han ya hecho recurso contra esta decisión".
Quin pidió tal orden restrictiva fue el propio Departamento anti-terrorismo (Tid), que el 16 de marzo en KIlochchi (norte del País) arrestó al sacerdote tamil y activista singalés. Los dos se encontraban en la zona para pedir informaciones sobre Balendran Jeyakumari, activista por los derechos tamil, arrestada junto a su hija de 13 años, con la acusación de "dar refugio a un criminal".
"Lo que han hecho- explica a AsiaNews- el p. Sarath Iddamalgoda, miembro del Csm- responde a su fe y a su conciencia, El pedido de visitar a los prisioneros, explotados y oprimidos, y ocuparse de ellos, es siempre inspirada por Dios. Ninguna autoridad puede impedir la práctica de la fe. Lamentablemente, pocos son bastantes corajudos para hacerlo. Dos de ellos son el p. Praveen y Ruki, actuales profetas".
Según el p. Iddamalgoda, "la jerarquía debería discutir inmediatamente la cuestión con el gobierno (y pedir) por qué en nuestro País se impide profesar la propia fe".