Siberia, el gobierno quiere convertir los gulag en atracciones para los turistas
Yekaterina Kormilitsyna, Ministro para el Desarrollo turístico y de negocios de la República rusa de Saja, quiere atraer a más turistas gracias a su terrible reputación de los campos de trabajo soviéticos en las inmediaciones de la M56, el "camino de los huesos". La ONG Memorial ataca: "Sería como convertir los campos de concentración nazis en un resort".

Moscú (AsiaNews / Agencias) - Los gulag de Siberia Oriental pronto podría convertirse en atracciones turísticas, lugares de entretenimiento diseñados para atraer a la zona - uno de los más fríos en el mundo - un mayor número de visitantes del extranjero y de Rusia. La propuesta es de Yekaterina Kormilitsyna, Ministro para el Desarrollo turístico y de negocios de la República rusa de Saja, (también conocido como Yakutia), durante una reunión de los funcionarios locales en la aldea de Oymyakon, conocido por ser la aglomeración urbana más fría del mundo.

En los años 40 y 50 del siglo pasado miles de presos políticos y de conciencia, opositores al gobierno, fueron obligados por el régimen soviético a trabajos forzosos en el distrito de Tomponsky, donde se construyó la autopista M56 que más tarde se conoció como " el camino de los huesos "por el gran número de víctimas que perecieron durante el trabajo. Ellos vivían en campos de trabajo conocidos como el gulag.

Según el ministro, "hoy el gulag tienen el potencial de atraer a los turistas. Este proyecto preservará el legado histórico no sólo de la región sino a toda la nación". Los funcionarios reunidos habían acordado cooperar en la construcción de sitios turísticos cerca de dos gulag, aquel de los forzados de la M56 y uno donde los mineros que se vieron obligados a excavar en busca de del orpimento, mineral conocido como "el arsénico amarillo".

La propuesta ha suscitado la reacción indignada de Memorial, organización no gubernamental que trabaja para preservar la memoria histórica de la represión política en la URSS. Yan Rachinsky, activista de la ONG, sostiene que abrir el gulag por razones comerciales y no para educar a los turistas "tenderá a crear una ficción pseudo- histórica, una falsa comparación con lo que ha sucedido. Sería como abrir los campos de concentración alemanes y convertirlos en centros turísticos".