Mullathivu (AsiaNews)- Coronar el deseo de un hijo gracias a la intercesión de la Virgen María sucedió en Sri Lanka en Vijitha, tamil y devota hindú desde su nacimeinto. "He enfrentado muchas dificultades en mi vida- cuenta la mujer a AsiaNews- pero siempre encontré confortación en la devoción a la Virgen María. Después de 7 años de oraciones nos donó a mi marido y a mí, una hermosa niña, haciendo de nuestra vida feliz y serena".
Vijiyha, 42 años, vive en el pueblo Mulllivikkal del distrito de Mullathivu (Provincia Norte). La zona es de mayoría tamil y fue golpeada en manera dura por la guerra civil. "Este es nuestro pueblo natal-explica- , si bien hemos perdido la casa en el conflicto. Ahora vivimos en barracas temporáneas, en las cuales es difícil vivir cuando hace mucho calor".
La vida de esta mujer fue difícil desde cuando era chica: "A los 3 años perdí a mi mamá y mi papá se volvió a casar. Con la nueva mujer tuvo otros 6 hijos, varones y mujeres, pero con ellos no tuve grandes relaciones. Es de entonces que comencé a ser devota de la Virgen. Sufrí mucho por esto, pero pensaba que si ellos no me querían, tenía conmigo a la Madre más grande que todas, María".
Terminados los estudios, trabajé en un centro de rehabilitación de los padres jesuitas. En junio de 1994 se casó con Anandarasa, su coetáneo, que era pescador. Después de algunos años de matrimonio han intentado tener hijos, pero sin suceso. Al final, cuenta. "me dirigí a Nuestra Señora y le rezaba para que nos diese un hijo. Con el tiempo mi fe en Ella creció y me confiaba en Ella por tantas cosas que sucedían en mi familia". Vijitha empieza a ir a misa.
"Después de 7 años-subraya- la Madre María escuchó mis plegarias y quedé embarazada. Estaba realmente feliz, y mi marido fue atento y amoroso conmigo. Después de 9 meses, el año pasado traje al mndo a una niña". La pequeña se llama Tibexsha, pero en el pueblo los habitantes la llaman: "Hija de Nuestra Señora".
No obstante las bendiciones recibidas, Vijitha no quiere convertirse al cristianismo: "Por el momento no quiero bautizarme ni yo ni a mi hija. Pero cuando crecerá tendrá plena libertad de decidir si quiere convertirse. Mientras tanto la llevo a la iglesia, a la misa y a los eventos que organiza la iglesia local".