Obispos coreanos: El hombre está al centro de la economía, necesitamos una nueva moral
En un mensaje sobre el trabajo enviado a todas las diócesis, el presidente de la Comisión episcopal Justicia y paz escribe: "Tragedias como la del Sewol nacen de un sistema de valores corruptos. Se necesitan nuevas políticas que quiten poder al mercado y respeten los derechos de los trabajadores, sean coreanos o inmigrantes".

Seúl (AsiaNews)- Corea del Sur "debe unir todas las fuerzas a disposición para restaurar la moralidad de la sociedad y del País. La economía y el mercado no son superiores a los otros valores: debemos empujar al gobierno a preparar nuevas políticas de trabajo que pongan al hombre al centro, y no que sean números. Tragedias como la del Sewol son tragedias que nacen de un corrupto sistema de valores". Lo escribe mons. Mattia Ri Long-hoon, obispo de Suwon y presidente de la Comisión episcopal Justicia y Paz, en un Mensaje sobre el trabajo enviado a todas las diócesis.

El texto se llama "El hombre justo se ocupa de los derechos de los pobres" y describe un retrato desconsolador de la actual sociedad coreana: "Tenemos que rezar para que la dignidad del trabajo y los valores auténticos de la humanidad sean realmente fructíferos en nuestro país, y mientras tanto hacer el esfuerzo para ver que esta revolución empiece a nacer". El hundimiento del Sewol- por el cual el obispo manda su pésame a las víctimas- "es un desastre hecho por el hombre que no debe repetirse nunca más. Tenemos que unir nuestras fuerzas para restaurar la moralidad de nuestra sociedad y de nuestro País".

La desocupación, la instabilidad laboral y las cuestiones salariales que en los últimos años han golpeado la situación de los trabajadores ya sea coreanos que inmigrantes "nacen de la enfatización del mercado, en vez que de la centralidad del hombre. Los derechos de los trabajadores son más importantes de cualquier otro principio, sea este económico o financiero. El gobierno y las varias comunidades políticas del trabajo eficaces que defiendan al hombre, y no dejar todo en manos del mercado"