Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "Molesten a los pastores porque nosotros podemos darles la leche de la gracia, de la doctrina y de la guía". Me encomiendo: "¡molesten a los pastores para que le den la leche de la doctrina y de la gracia!": es la recomendación que el Papa Francisco ha dirigido hoy a los 50 mil peregrinos reunidos en la Plaza de S. Pedro para recitar la Regina Coeli. La ocasión fue dada por la liturgia del IV "domingo del Buen Pastor".
El pontífice invitó a todos a rezar "por los Pastores de la Iglesia, por todos los Obispos, también por el Obispo de Roma, y por todos los sacerdotes", y explicó hablando libremente "como el pueblo de Dios ayuda a los obispos y sacerdotes a ser buenos pastores" con un escrito de S, Cesario de Arles: "Cuando el ternerito tiene hambre, va a lo de su madre, pero la vaca no le da enseguida, casi para tenerlo cerca de sí. El ternerito busca con su nariz a la teta de la vaca para acceder a la leche".
Así ustedes deben golpear a la puerta de los pastores para que les den la leche de la gracia, de la doctrina, de la guía". Y por bien dos veces repitió: "¡molesten a los pastores para que les den la leche de la gracia, de la doctrina y de la guía!"
El Papa subrayó que "a imitación de Jesús, cada Pastor "a veces se pondrá delante para indicar el camino y sostener la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía simple y misericordiosa, y en algunas circunstancias deberá caminar detrás del pueblo, para ayudar a aquellos que se quedaron atrás".(Exhortación apostólica "Evangelii gaudium", 31). ¡Que todos los pastores sean así!".
El domingo del Buen Pastor es también dedicado a la oración por las nuevas vocaciones. Y citando su Mensaje para este año, él recordó que "cada vocación requiere en cada caso un éxodo de sí mismo para centralizar la propia existencia en Cristo y en su Evangelio" (n. 2) Por esto la llamada a seguir a Jesús es al ismo tiempo entusiasta y comprometida. Para que se realice es necesario siempre entrar en profunda amistad con el Señor para poder vivir de Él y por Él".
"Recemos- agregó- para que también en nuestro tiempo, el el cual la voz del Señor arriesga de ser sofocada por tantas voces, todos los bautizados, las familias, las parroquias, los movimientos asuman el compromiso de promover las vocaciones con conciencia y convicción".
Después de la Regina Coeli, el Papa Francisco dirigió saludos a los distintos grupos de peregrinos. Entre éstos, recordó a las "Comunidades Neo-catecumenales que en estos domingos del tiempo de Pascua llevan el anuncio de Jesús resucitado en 100 plazas de Roma y en tantas ciudades del mundo. "Que el Señor les dé la gracia de la alegría del Evangelio!" ¡Y continúen! Ustedes son buenos"
Al final el pontífice quiso rezar por las mamás, dado que hoy en Italia se celebra la Fiesta de la Mamá, recitando el Ave maría junto a los fieles.
Antes de la plegaria mariana, el Papa Francisco había presidido la misa de ordenación de 13 nuevos sacerdotes entre los cuales 6 italianos, 4 originarios de América Latina, uno de Paquistán, uno de Corea del Sur, uno de Vietnam. Durante la homilía, el pontífice pidió a los nuevos sacerdotes que sean testigos de la misericordia de Jesús: "Con el sacramento de la Penitencia-dijo- perdonaran los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y aquí quiero detenerme y pedirles por amor a Jesucristo: ¡jamás se cansen de ser misericordiosos! ¡Por favor! ¡Tengan aquella capacidad de perdón que tuvo el Señor, que no vino a condenar, sino a perdonar! ¡Tengan, tanta, tanta misericordia! Y si les viene el escrúpulo de ser demasiado "perdonadores", piensen en ese santo cura del que le hablé, que iba adelante del Tabernáculo y decía: "Señor perdóname si perdoné demasiado. ¡Pero fuiste Tú quien me dio el mal ejemplo! Es así...pero yo les digo, realmente, a mí me duele mucho cuando encuentro gente que no va más a confesarse porque fue bastoneada- mal- les gritaron; han sentido que ¡las puertas de las iglesias se les cerraban en la cara! Por favor, no hagan esto: ¡Misericordia! ¡Misericordia! El buen pastor entra por la puerta y la puerta de la misericordia son las llagas del Señor: si ustedes no entran en vuestro ministerio por las llagas del Señor, no serán buenos pastores".