Cuadros y pinturas como coronas del Rosario. La vocación de un artista filipino
Ryn Nicolás, 30 años y dos hijos, estudió matemáticas, como autodidacta decidió dedicarse a la pintura para hacer de la plegaria un "gesto concreto". Su casa en Quezón es un museo y un santuario al mismo tiempo. Él mira a su arte como a una vocación en grado de acercarlo a Dios, el "Maestro de todos los artistas".

Manila (AsiaNews/Agencias)- Si el arte sacro es "una oración que se vuelve gesto concreto", entonces los artistas de imágenes y de obras religiosas como el prolífico Ryan Nicolás pueden estar inseridos en la categoría de las personas más pías. "Todas las veces que pinto, me elevo en el dar gracias a Dios", cuenta el hombre, recordando sin saberlo las sensaciones del pintor (y monje) Beato Angélico, 500 años antes que él.

Llena de sus creaciones, la modesta casa en La Loma-periferia al sudeste de Quezón City, en la región Metro Manila-es equiparable a un museo y, al mismo tiempo a un santuario. Él muetra con orgullo algunas entre sus muchas obras, que van de la "Traición de Judas a Jesús", a la "Flagelación" [de Cristo] en la columna", "Ecce Homo" hasta la "Coronación de espinas".

La pequeña habitación es una especie de rosario compuesto de figuras, que narran los diferentes "misterios" para transmitir a los que vendrán. Nicolás es también un apasionado coleccionista de estatuas, entre las cuales reproducciones del San Niño. Siguiendo los pasos de Evangelista Lucas, patrono de los pintores, él mira a su arte como a una vocación, en grado de acercarlo a Dios, el "Maestro de todos los artistas".

Con el pincel el artista de 30 años y padre de 2 hijos, prefiere capturar en la tela imágenes tomadas de las escrituras, especialmente de la pasión de cristo. Pero lo que más sorprende es que Nicolás no recibió nunca una real y verdadera educación formal de arte., tanto que es considerado un excelente "autodidacta". Estudió matemáticas, más que nada para complacer a los padres, él encontró en el campo del arte su verdadera realización personal. Y al inicio, la entera familia intentó en todas las formas de disuadirlo en su vocación artística porque habría vivido de "hambre y miseria".

Solo con el tiempo, los padres han aceptado y reconocido su pasión, que acompaña a un trabajo en una fábrica de helados para ganar el dinero suficiente para mantener a la familia y a los hijos. Sus puntos de referencia son los impresionistas franceses y Fernando Amorsolo, quizás uno de los más importantes pintores de Filipinas. "Me concentro- concluye- en los juicios positivos y sobre las críticas constructivas... y puedo asegurarles que son muchas".