Taipei (AsiaNews)- Después de 12 años, el pasado 17 de mayo, volvió a reunirse el grupo de artistas católicos, (Taiwaese Catholic Artist´s Guild). El hacho es importante porque en los últimos decenios de S. XX, la historia de la televisión, del cine y de la música taiwanesa han visto una gran influencia de los artistas católicos. En la época, si bien eran una minoría, formaban parte del grupo más famoso a los ojos de los telespectadores taiwaneses y de la más vasta audiencia china también en el extranjero.
El líder indiscutido del grupo, por talento artístico y por su gran personalidad, muerto hace 12 años, fue el actor Sihung Lung (1930-2002). Él constituía una figura internacional única entre los artistas taiwaneses. Fue el protagonista de las 3 primeras películas de Ang Lee, estas son "Pushing hands", "The wedding banquet" y "Eat drink man woman", dos de las cuales nombradas como mejores películas extranjeras (The wedding banquet" en 1994 y "Eat drink man woman" en 1995). Estas le brieron las puertas de la fama internacional para el actor y sobre todo para Ang Lee, que ganó el Oscar como mejor director hace dos años por la segunda vez.
Bajo la dirección de Sihung Lung, la asociación de los artistas católicos gozó de una fuerza extraordinaria. Después de su muerte nadie había tomado en consigna el testimonio de organizar una reunión anual, al menos hasta ahora.
En el encuentro del 17 de mayo, estaban presentes más de 70 personalidades. La reunión se realizó en la sede del Kuangchi Program Service, donde eran grabadas las más importantes transmisiones televisivas de la época, y donde la mayoría de estos artistas trabajo en esos decenios.
El estudio televisivo fue preparado y adornado en los mínimos detalles para re-proponer gags, canciones famosísimas y testimonios.
Entre los organizadores estaba también el p. Jerry Martinson, otra estrella televisiva de la historia de Taiwan, todavía en actividad. En el breve mensaje de recibimiento recordó las 4 características del grupo: anuncio, testimonio, vida espiritual, compartir.
Estaba presente también el obispo de Hualian, mons. Philip Huang Jaw-ming, gran fanático de los artistas reunidos, que expresó una profunda gratitud y una fuerte empuje a todos los artistas católicos en el llevar la belleza y la positividad a la sociedad. El deseo-este el sentido de su mensaje conclusivo- es que muchos jóvenes católicos puedan expresar su propio talento a los mismo niveles de esta "Golden generation", que es todavía la única en el imaginario de la extra grande mayoría de la población taiwanesa y de la vastísima audiencia china, esparcida en diversos continentes.