Mumbai (AsiaNews)- "Un gran suceso después de 14 años de batallas". Así comenta el p. Anand Mathew ims a AsiaNews la clausura del establecimiento de la Coca-Cola en Mehdigang, cerca de Vanarasi (Uttar Pradesh). El 6 de junio pasado el Central Pollution Contro Board (Cpcb), agencia del gobierno central para el control de la contaminación, ordenó la clausura de la fábrica. Considerada la responsable de haber contaminado la falda y empobrecido los recursos hídricos de la zona.
Es desde el año 200 que el p. Mathew, de la Sociedad de Misioneros hindúes (Ims), se opone a la presencia del establecimiento y trabaja al lado de la población local. El sacerdote católico, que por más de 10 años ha dirigido en Vanarasi el centro cultural Vishwa Yjoti Communication, explica a AsiaNews: "Por esta batalla fui encarcelado en el 2004 y en el 2005. El nuestro es un movimiento de mujeres y agricultores marginados por la compañía. En ninguna parte de India existe algo igual, donde personas de diversas religiones confluyen juntas. Para mí fue algo inusual. Que da una gran esperanza para la Iglesia del futuro, una Iglesia que supere las denominaciones".
Las operaciones de embotellamiento de la Coca-Cola en Mehdiganhj fueron objeto de intensas protestas públicas desde el 2003. Al surgir detalles sobre un proyecto de expansión del establecimiento preocupó a muchos miembros de la comunidad. Mehdiganji es una zona agrícola y los campesinos usan las mismas reservas de agua que el establecimiento para todas las necesidades.
Además de un problema de super-extracción de agua, la Coca-Cola es también culpable de contaminar la falda alrededor de su establecimiento. En el año 2003 el Cpcb controlado los residuos de 9 establecimientos de embotellamiento. La agencia descubrió que todos estaban violando en modo peligroso la ley. Los residuos contenían un alto nivel de plomo, cadmio y cromo.
Además la Coca-Cola distribuía sus propios residuos tóxicos, como fertilizantes a los campesinos de alrededor de las fábricas.
En el caso de Mehdiganji, el Cpcb descubrió un nivel excesivo de cadmio y cromo. Otros dos test efectuados por otros grupos (en 2008 y 2010) revelaron una contaminación de terreno alrededor del establecimiento con metales pesados.
En estos años, la Coca-Cola siempre negó las acusaciones.