Mumbai (AsiaNews) - "En la
llamada universal a la
santidad, no nos olvidemos
de la importancia de la espiritualidad laica, proclamada y aplicada
por San Josemaría Escrivá de Balaguer." Esta es la invitación hecha por mons. Agnelo
Gracias, obispo auxiliar de Bombay, en la homilía de la
fiesta del fundador del Opus Dei, que se celebró con una misa especial el 26 de junio en la Iglesia
de San Andrés en Bandra. Incluso en otras
diócesis de la India - en particular en Kerala,
Nueva Delhi y Orissa - se han celebrado liturgias en memoria del
santo.
Durante su
homilía, Mons. Gracias recordó un
incidente cuando era seminarista:
"Durante las
vacaciones, uno de mis compañeros decidieron dejar el seminario, porque se dio cuenta que no
tenía una vocación al
sacerdocio Cuando volvimos del
retiro, el rector leyó una
carta dejada por este joven. Una frase en
particular me impresionó para siempre:
'No soy un candidato para el sacerdocio, pero
siempre voy a ser un candidato para la santidad'".
"El Concilio Vaticano II -, dijo el prelado - ha
subrayado esta llamada universal a la santidad. Todo un capítulo de la Lumen Gentium se centra en
esto. En la Iglesia no hay ciudadanos de
primera o de segunda clase.
Respecto a la santidad, todos somos iguales" .
"La contribución de San Josemaría Escrivá - dijo el prelado -ha sido esta: él ha transformado su misión
en la vida para que la gente tome conciencia de su vocación a la propia santidad. Con esta idea en mente, fundó el Opus Dei "la obra de Dios", para alentar a los católicos a poner en práctica las enseñanzas de Dios, para resolver problemas económicos, sociales y políticos, de una manera cristiana, a
la luz del Evangelio".
Sin embargo, agregó, "el camino para
alcanzar la santidad puede ser diferente. Para los laicos será diferente de la de un sacerdote o una
monja, pero vivirá de un modo que podemos llamar una "espiritualidad laica"."Según Mons. Gracias, hay tres características de la espiritualidad laica: "En
primer lugar, la santidad laica significa
comprender el valor sagrado
de lo que generalmente se considera profano, porque es a través
de nuestro trabajo diario que construimos el Reino de Dios.".
Luego está "la santidad del matrimonio. En el día de la boda, la pareja va a hacer
un don recíproco de la gracia, y durante toda su vida
va a ser una fuente de gracia uno para el otro. Si un esposo
es un buen miembro de la comunidad, pero
niega su familia habrá fracasado en su vocación, e igual para esposa".
Por último, "tenemos una espiritualidad orientada a los servicios, que se manifiesta en el acto de cuidarse
y amarse uno al otro. La oración y
la Eucaristía nos lleva a desear una cosa: poner a prueba nuestra espiritualidad en la acción de
nuestra vida cotidiana".