Bao Tong: Xi expulsa a "los tigres", pero contra la corrupción es necesario no tapar la boca a la opinión pública
de Bao Tong
Suscitó un verdadero eco el arresto del ex vicepresidente de la Comisión militar central y de otros altos funcionarios. El presidente Xi aparece como el baluarte en la lucha contra los negocios ilícitos. En realidad el sistema está articulado y difundido, mientras que los activistas y los ciudadanos quedan relegados y marginados. Un análisis de Bao Tong, ya colaborador de Zhao Ziyang, por años encarcelado y ahora en arresto domiciliario por haberse declarado contra la masacre de Tienanmen.

Beijing (AsiaNews)- Suscitó un vasto eco, por lo que escuché, la identificación de Xu Caihou  ex vicepresidente de la Comisión militar central, con un tigre [Desde su elección Xi Jinping condujo una contra los "tigres y moscas", o sea contra funcionarios de cualquier grado, culpables de robar dinero público o tener un estilo de vida exagerado, ndr]. Hubo un reacción positiva muy fuerte: El presidente Xi Jinping, que debe enfrentar un millón de problemas diariamente, logra igualmente encontrar el tiempo para seguir el capítulo que se refiere a la corrupción y a solucionar los daños provocados por sus predecesores. Todo esto es muy conmovedor.

Xi Caihou es un soldado de ventura que pagó por su propia posición, y esto sólo porque había entrado en las gracias del presidente Jiang Zemin, que lo puso como jefe de políticos y altos oficiales del sector militar. Él ha sembrado confusión al interno del Ejército popular de liberación (Pla) y fue impuesto al presidente Hu Jintao en el momento del "retiro" de Jiang, convirtiéndose a todos los efectos en su brazo derecho. Desde su posición de vicepresidente de la Comisión militar central, él continuó corrompiendo y destruyendo la capacidad de lucha de las fuerzas armadas.

En el pasado, el presidente Jiang lo adoraba. El presidente Hu estaba asustado. Hoy el presidente Xi no lo ama, ni le teme, y se está moviendo para echarlo del Partido en nombre de los militares, una movida que debería constituir también una espina en el plano moral.

Y Xu no es el solo tigre. Según los expertos en política local, si se considera alguno de rango superior al jefe provincial o al ministro como un tigre, entonces el presidente Xi ya echó a más de 30 desde su toma de posesión, y Xu entra por poco entre aquellos "bastante grandes". (Y cuando digo "bastante grande", tomo por ejemplo al presidente Hu y el primer ministro Wen Jiabao, que han obligado a la expulsión [el ex jefe del Partido Chingqing] Bo Xilai; por lo tanto esto no entra dentro de la casuística).

¿Qué otra nación en el mundo, de África a América, del Norte de Europa hasta Asia del Sur han echado 30 tigres en un solo año? Ninguna, sólo China. ¿Y en cuál otra era de la historia de china fueron capturados tantos tigres? En ninguna otra era. Sólo en esta, que por esto debe ser considerada una especie de edad de oro que no tiene iguales en el mundo y en ningún otro período dela historia.

Y si lo que estamos diciendo fuese verdadero, entonces deberíamos considerar al presidente Xi como el héroe en la lucha contra los tigres.

Preguntas

Este tipo de reacción hace nacer en mí preocupaciones para el futuro del presidente Xi y para el futuro de la misma China. Si la lucha es tan despiadada, ¿cuándo nuestros líderes podrán dar un paso atrás y relajarse? ¿Estará el presidente Xi en grado de hacer frente a un compromiso tan importante? Aplastado como está por una montaña de documentos, sumergido en los papeles y documentos, ¿cómo podrá nuestro líder estar en grado de responder en modo sereno a las cuestiones internas y a las problemáticas internacionales?

El presidente Xi puede ser esa especie de genio que nace sólo una vez cada 100 años, pero ¿qué sucederá si viene remplazado dentro de 10 años por una persona común? ¿Quién estará en grado de asumirse tal compromiso?

¿Cuáles serán las personas a quienes dirigirse, para ponerse a salvo en aguas tan agitadas? Si ya es difícil capturar a este tigre muerto, Xu Caihou, ¿cómo es posibles a nosotros hacer frente a todos estos tigres todavía vivos y muchos más potentes e influyentes?

El sucesor de Xi ¿se lavará las manos de toda esta tarea? Porque, es obvio, hay más de 30 tigres rotos en China; quizás 5 o 10 veces más, o más o menos. Esta es una lucha terrible que podría durar hasta 50 años.

Y, ¿cómo deberíamos comportarnos con todos esos nuevos tigres que se encuentran a lo largo del camino? ¿Deberíamos perseguir y dejar la otra? Y, ¿hacia cuál deberíamos apuntar? Y,¿ a cuál en vez deberíamos dejarla ir?

Y, ¿sobre qué bases deberíamos confiar para este acercamiento selectivo-o marcado- en la lucha contra la corrupción? Quizás que el sistema disciplinar interno del Partido defiende la independencia de la magistratura, ¿o se atiene a la estrecha aplicación del derecho?

Si hacemos cerrar la boca a la opinión pública y prohibimos a los ciudadanos la posibilidad de tomar parte en la lucha contra la corrupción, ¿no estamos pisoteando del todo a las masas y el principio supremo de "servir al pueblo"?

Si arrestamos a todos los ciudadanos que piden a los funcionarios que declaren públicamente sus propios bienes y sus patrimonios, ¿no terminaremos en una guerra de fachada a la corrupción, bajo forma de sesión de lucha política, impuesta desde arriba hacia abajo?

En circunstancias como estas...,¿cómo puede la batalla de 1,3 billones de personas contra la corrupción tener una eficacia general para todos?

Temores no banales

Pienso que si la gente continúa preocupándose de estas cosas, sus propios miedos podrán tener también una escasa prioridad, pero no serán ciertamente infundados.

He aquí, por qué pienso que nosotros, en cuanto nación, llegamos al punto en el cual debemos mantener la sangre fría.

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