Colombo (AsiaNews)- "No tiene sentido expresar compasión después de haber deportado a un grupo que pedían asilo, que buscaban refugio en Sri Lanka. El Alto comisariado Onu para los refugiados (Unhcr) debe dialogar con el gobierno". Es cuánto afirma a AsiaNews el abogado cristiano Lakshan Dias, activista por los derechos humanos, comentando la deportación- sucedida entre el 1 y el 5 de agosto- de 36 ciudadanos paquistaníes, que después de 2 meses pasados en estado de arresto en Colombo, fueron deportados.
Al inicio de este mes el Departamento para la inmigración y la emigración refirió que las personas de nacionalidad paquistaní y afgana en visita en Sri Lanka no recibirán más la visa de turista antes de la llegada al aeropuerto, y que los que pidan asilo que no estén en la isla si una visa de larga duración, serán deportados a sus Países de origen.
El departamento agregó que la operación prevé el repatrio de 147 paquistaníes y 85 afganos, arrestados por las autoridades esrilanquesas.
Entre los que requieren asilo, muchos son cristianos y musulmanes shiítas y sunnitas, en fuga de Paquistán y Afganistán pues son amenazados por los extremistas religiosos. "Los talibanes nos están matando", cuenta a AsiaNews un joven afgano. "No podemos vivir allí en modo pacífico y es por esto que vinimos a Sri Lanka en busca de protección, con el objetivo de luego transferirnos a otro País".
"No debemos olvidarnos- recuerda a AsiaNews Lakshan Dias- que hay al menos 4 millones de esrilanqueses en el extranjero en busca de protección como refugiados. Estos paquistaníes, viene a pedir protección de sus vidas, no son un peso insostenible para Sri Lanka. Debemos enfrentar esta cuestión con un sentido de hermandad, porque todos somos seres humanos".
La agencia de las Naciones Unidas exhortó al gobierno de Sri Lanka a frenar las deportaciones y conceder a ellos el poder ver y encontrar a los refugiados y a los que piden asilo todavía detenidos en Colombo, para evaluar sus condiciones.
Arane Rummery, vocero de la Unhcr, declaró: "Comprendo que las recientes acciones del gobierno esrilanqués fueron una respuesta al aumento de los que piden asilo, pero pedimos a las autoridades respetar el principio de non-refoulement, según el cual ningún estado contrayente podrá expulsar o mandar a otro país en ningún modo a un refugiado, contra su voluntad, hacia un territorio donde teme ser perseguido".