El sueño del califato se extiende a Asia, temores de la violencia en Indonesia y Malasia
Kuala Lumpur y Yakarta advierten: los seguidores del Estado islámico listos para golpear en los países de origen. En la mira los gobiernos, los lugares públicos y otros objetivos sensibles. Ellos quieren eliminar las constituciones seculares y pluralistas, para introducir normas inspiradas en la sharia. Al menos 20 ciudadanos malasios en Siria para luchar contra la jihad, primeras adhesiones de las Filipinas.

Kuala Lumpur (AsiaNews / Agencias) - Los expertos antiterroristas de Malasia e Indonesia informó de que varios compatriotas, unidos recientemente al grupo terrorista Estado Islámico (anteriormente Isis) activo en Irak y Siria, aparentemente están planeando ataques y la violencia en los países de origen. La fascinación ejercida por militantes filtrados de Al Qaeda, capaces de ganar más terreno en Irak y autores de la violencia brutal contra las minorías, se ha extendido a varios países de Asia sudoriental. Como le había dicho AsiaNews recientemente, movimientos fundamentalistas y lideres islamicos locales han encontrado inspiración en las hazañas de los combatientes sunitas e intentan apoyar la lucha por el establecimiento del califato islámico.

Los organismos de lucha contra el terrorismo en Kuala Lumpur y Yakarta advierten que los seguidores asiáticos del Estado islámico quieren derrocar al gobierno legítimo en el poder, ya que las dos constituciones nacionales se basan en el principio del Estado laico. Por otro lado, quieren imponer la ley Sharia, la ley islámica y aplicar una visión rígida e integral de la religión musulmana.

Los analistas y expertos políticos locales hablan de aumento de la amenaza terrorista en el sudeste asiático: Malasia ha detenido al menos a 19 sospechosos de tener vínculos con grupos extremistas en los últimos siete meses; durante los interrogatorios han surgido confirmaciones de "ataques contra el gobierno", y atentados contra los centros nocturnos, bares y otros lugares de entretenimiento.

Al menos 20 ciudadanos de Malasia han viajado a Siria para combatir en las filas del Estado islámico, aunque el número real podría ser mucho mayor. Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, ha prohibido el apoyo al movimiento extremista, haciendo numerosos arrestos, pero la amenaza sigue viva y la inercia de algunos altos funcionarios, incluido un ministro, no ayuda en la labor de prevención y represión.

Aparte de Malasia e Indonesia, en Filipinas ya hay los primeros intentos de alistamiento en las filas del Estado islámico.