Arzobispo de Mosul: de las violencias islamistas, nace una nueva "unidad" entre los cristianos de Irak
Para Mons. Nona en este momento obscuro queda viva "la esperanza". Entre los signos positivos se encuentra una nueva unidad entre los fieles de la Iglesia caldea. Es necesario restituir la dignidad y prospectivas de largo alcance a los evacuados. Un agradecimiento especial por la solidaridad promovida por AsiaNews. Al Maliki deja el campo libre para la formaciĆ³n de un ejecutivo de unidad nacional.

Erbil (AsiaNews)- En un momento de obscuridad para la historia de Irak y de la minoría cristiana es necesario mantener viva la "esperanza", porque delante a personas "que han perdido todo", lo que cuenta es que "estamos aún unidos" y esto es un pequeño "signo positivo". Es más esta situación dramática hizo que se hicieran más fuertes los lazos y "nos han puesto más unidos y cercanos", solidarios ya sea como comunidad cristiana, que a nivel de Iglesia caldea. Es lo que cuenta a AsiaNews  mons. Emil Shimoun Nona, arzobispo caldeo de Mosul, en el norte de Irak, donde más de 500 mil personas-cristianos y musulmanes- escaparon a inicio de junio delante de la avanzada del ejército islámico, que ha fundado un Califato e impuesto la sharía. El éxodo de masa originó una crisis humanitaria, económica y política que luego se extendió en gran parte del País, en particular en el norte y alrededor de la planicie de Nínive.

El prelado ya en mayo pasado, mucho antes de los sucesos militares del Estado ( ex Isis, Estado islámico de Irak y del Levante), formación sunnita jihadista ligada a al-Qaeda, había lanzado el alarma sobre el "drama" que incumbía sobre Irak y sobre su pueblo. Sin embargo, el prelado recuerda que "la esperanza ser la guía de nuestro obrar"; este  es el pedido que le ha dirigido al cardenal Fernando Filoni, enviado especial del papa Francisco a Irak, y a los obispos caldeos. Es justamente la "renovada unidad" entre fieles y al interior de la misma Iglesia  caldea, por largo tiempo marcada por divisiones internas, es la respuesta mejor que dar a quien quiere cancelar toda huella de la milenaria tradición cristiana del País.  

Desde hace semanas mons. Nona transcurre gran parte del propio tiempo curando a las familias de los evacuados, que han debido abandonar sus casas con sólo la ropa que tenían puesta y ahora están en condiciones "realmente difíciles". "Tratamos de llevar a ellos confortación y consuelo- cuenta el prelado- y de contribuir en la obra de asistencia y ayuda. Ayer he visitado algunos núcleos de la zona de Dohuk y Zakho, hay pueblos que hace un tiempo estaban medio vacíos y ahora están llenos de prófugos y refugiados.

Organizaciones internacionales como Unicef y el Alto comisariado Onu para los refugiados han iniciado la obra de distribución de artículos de primera necesidad, de comida y agua; también el Pontífice, a través de su enviado ha donado una suma de dinero para ayudar a las familias. Una gota en el mar, que "si bien es importante, no basta para satisfacer a las necesidades de todos" y que "no representa una solución para un largo período". "La mayor parte de la gente duerme en los jardines y en los parques-advierte el prelado- y el riesgo de epidemias es alto, así que no es posibles que puedan vivir por mucho tiempo así y sin trabajo, sin instrucción para los hijos, sin sus propias casas".

El arzobispo quiere igualmente agradecer a cuántos han promovido iniciativas para Irak y para la comunidad cristiana, como nuestra agencia que ha lanzado el proyecto: "Adopta un cristiano de Mosul", para responder en los hechos y con la vida a la emergencia iraquí. "La propuesta de juntar fondos promovida por AsiaNews es importante- comenta el arzobispo- y aprovecho la ocasión para agradecer a los cristianos de todo el mundo por la cercanía y la solidaridad en este momento crítico de nuestra historia". Nuestro objetivo, advierte, es y queda el de "permanecer en nuestra tierra y reencontrar aquí nuestra dignidad humana".

Mientras tanto en Bagdad se nota una situación que podría poner fin a semanas de estancamiento político e institucional: el primer ministro saliente Nouri al Maliki entiende hacerse a un lado- acogiendo los pedidos de los líderes religiosos de Irak y de la comunidad internacional, entre las cuales EEUU e irán- dejando el campo libre a Haider al-Abadi para la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional. Maliki retirará el recurso de la Corte federal y "apoyará" al primer ministro elegido.

Mientras tanto EEUU, Francia y otras naciones del bloque occidental intentan entregar armas y ayuda militar al ejército de Kurdistán iraquí, ocupados en rechazar a la ofensiva islamista del norte. Para el arzobispo de Mosul, no basta sólo "una solución militar, se necesita encontrar también una vía de salida política, basada en la reconciliación, en el bien común, sobre los derechos humanos". Al respecto el nombramiento de un nuevo primer ministro, concluye mons. Nona, es "una señal positiva para Irak: su nombre recoge adhesiones y consentimientos. El acuerdo es al mismo tiempo una señal positiva, en el tentativo de reconstruir la unidad nacional" (DS).